A lo largo de la historia la diplomacia ha tenido doble cara. Una es la cara pública, la que vemos todos los ciudadanos. Es la cara elegante, del embajador, el encargado de negocios, el agregado militar, el cónsul, etc. Los vemos bien vestidos, con la dignidad de la representación pública de su país. Lenguaje refinado y rebuscado. Especialistas en el buen comer, conocedores de vinos y licores finos. Correctamente sentados escuchando conferencias, asistiendo a múltiples compromisos sociales. Los vemos inaugurando proyectos de ayuda a personas necesitadas, entregando donativos para alguna obra benéfica.
Pero también hay otra cara menos conocida. Toda representación diplomática busca información del país en el que opera, elaboran informes de la situación nacional de cada país, de la situación del gobierno y de sus principales funcionarios. Buscan información económica, política, militar y de cualquier otra índole que pueda ser considerada de importancia para el país que representan. Esto es lo que llamamos servicio de inteligencia o de espionaje.
En cada país existen diferentes instituciones que reciben la información recolectada por sus representaciones diplomáticas. La Cancillería recibe información política y económica. Las Fuerzas Armadas o los Ministerios de defensa reciben información de los agregados militares, etc. Esta es la cara menos conocida. La importancia de la información depende de cada país.
Todo funcionario de una representación diplomática está permanentemente comunicado con su país. Se envían informes regulares y periódicos sobre distintas temáticas. Muchos de los informes consisten en las apreciaciones personales que el funcionario diplomático tiene de una determinada situación. Este traslada su valoración personal, elabora una primera interpretación de una situación determinada. El valor de esta información depende de la capacidad de análisis e interpretación del funcionario. Y el valor que tendrá en su país es difícil de predecir.
Hasta donde he logrado entender, el grueso de la información que WikiLeaks ha publicado, consiste en la correspondencia que funcionarios de las representaciones diplomáticas de EUA envían a distintas instancias de su gobierno. Es decir, que más que documentos que puedan servir para probar hechos, lo que reflejan es la opinión de estos frente a diversos problemas en los distintos países del mundo. Lo que el mundo conocerá es lo que los diplomáticos norteamericanos, dispersos en todo el mundo informaban a su gobierno, la forma en que interpretaban los hechos, sus valoraciones y recomendaciones.
Lo valioso de esta información estriba en el tipo de hechos y opiniones con que se alimentaban las distintas instituciones estatales en los EUA y con que niveles de exactitud y objetividad operan los EUA cuando toman decisiones que afectan o benefician a distintos países o regiones. Esto servirá no solo para conocer la calidad de los funcionarios diplomáticos de los EUA, también pueden dar luces sobre las razones por las cuales los EUA han tomado muchas decisiones, muchas de ellas muy controversiales, a lo largo de casi medio siglo.
Según he leído hay más de mil documentos que se refieren a El Salvador. Este día los medios de comunicación han empleado espacios destacados para informarnos de los primeros documentos hechos públicos por un periódico español, en los cuales se habla de las preocupaciones del Presidente en su relación con el ala radical FMLN, y una supuesta solicitud de apoyo en materia de seguridad para el Presidente, que habría hecho un miembro de Amigos de Mauricio a un funcionario de la embajada. Esto llevó al funcionario norteamericano a calificar de esquizofrénico al gobierno salvadoreño.
Es difícil imaginar que si Funes sintiera que su seguridad peligra por las acciones de este sector del FMLN sería a EUA donde acudiría a pedir ayuda. Me parecería más lógico que lo solicitara a otros gobiernos amigos, más cercanos en su pensamiento ideológico como sería el de Brasil.
Pero para los medios de comunicación, dominados por la derecha, esto es la constatación de la tesis que nos han vendido durante este último año y medio. Si fuésemos mal pensados podríamos señalar que es la derecha la que quiere atentar contra el Presidente Funes y han montado esta campaña mediática para culpar al FMLN como lo hicieron en los primeros días del asesinato de los sacerdotes jesuitas.
Además es importante recordar que hay muchísimos documentos sobre El Salvador que pronto pueden salir a la luz pública. Puede que en unos días tengamos interesantes opiniones sobre la forma en que se privatizó la banca salvadoreña y sobre como las familias de poder económico se apoderaron de esta. Puede que pronto conozcamos como vio la Embajada el rol del ex presidente Cristiani en el asesinato de los sacerdotes jesuitas. Puede que conozcamos de las golpizas que un ex Presidente de la República propinaba a su esposa. Podemos tener bonitos comentarios de cómo las cúpulas empresariales han sido verdaderos poderes detrás del trono de los gobiernos areneros. Hasta podríamos divertirnos un rato con los informes sobre una famosa “Jaula de las Locas” que operaba hace unos años en CAPRES. Lo anterior solo para poner ejemplos.
A la derecha salvadoreña se le olvida que, con esto de los documentos que irá haciendo públicos WikiLeaks, tiene un techo de vidrio más grande que el de la izquierda. La ventaja que tienen es que seguramente los medios de comunicación no darán las maderas ni los espacios privilegiados. Pero algún ruido podremos hacer desde los espacios alternativos.
Ayutuxtepeque, miércoles, 08 de diciembre de 2010.
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