Al momento de escribir estas líneas el gobierno de Egipto reconoce oficialmente la muerte de 235 personas y más de 2,000 heridos como consecuencia de los desalojos de dos campamentos donde miles de personas protestaban ante el reciente golpe de Estado que derrocó al presidente electo en las urnas hace más o menos un año. El estilo de protesta es el mismo, o muy parecido al que en España usaron decenas de miles de jóvenes para protestar por la falta de oportunidades, el mundialmente calificado “Movimiento de los Indignados”.
Pero volviendo a Egipto, hace un poco más de un año hubo protestas similares y mucho más numerosas que las actuales. La población cansada de un gobierno que se había mantenido en el poder por varias décadas salió a las calles y se estacionó en las plazas para exigir su salida del poder. El ejército intervino, puso un ultimátum para su retiro del poder y luego convocó a elecciones. Ahora este mismo ejército realiza el desalojo, aunque use para ello instrumentos policiales.
Cuando se desarrollaban las protestas de hace un año, los grandes medios de comunicación hablaron de la “Primavera Árabe”. La calificaron como la gran esperanza que la democracia llegaría a esta zona del mundo tan distinta en lo cultural y religioso a nuestro occidente cristiano. La institucionalidad democrática comenzaba a abrirse paso en un lugar del mundo caracterizado por regímenes dictatoriales. En aquel momento el ejército vendía la imagen de ser el “seguro de la democracia” los garantes de la voluntad popular. Ahora juegan el papel contrario.
Construir democracia no es una tarea fácil, ni en occidente ni en el oriente. Es un esfuerzo de generaciones, significa levantar instituciones sólidas, ir creando un cuerpo legal que se convierta en un Estado de Derecho, generar garantías de respeto a los derechos humanos y a la participación. Esto solo para mencionar algunas de las tareas más importantes.
Pareciera, que así como sucede en la naturaleza, la primavera solo llega después de un largo y crudo invierno que no culmina fácilmente.
Ayutuxtepeque, miércoles 14 de agosto de 2013.
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