De violencia, armas e impunidad.

Leemos dos noticias similares en cuanto a los efectos de la violencia homicida, pero diferentes en cuanto a su origen.

Por un lado el joven Rafael Eulogio Romero va a juicio por el presunto asesinato de dos hombres tras una discusión en el parqueo de un restaurante y por el otro Julio Napoleón Rodríguez un señor de mas de 60 años de edad que agredió y asesinó a tiros a un joven capitan por una discusión por el parqueo en su colonia de residencia.

En ambos caso el motivo fué una discusión por parqueo, algo tan baladí que ni siquiera merecería recordarse como motivo de discusión en una sociedad sana, pero que en el caso de nosotros, salvadoreños, lleva hasta el asesinato.

Primero, somos una sociedad que ha crecido con la violencia y el irrespeto a la vida como parte de nuestra educación y Segundo somos una sociedad armada hasta los dientes.

Quienes defienden la portación de armas, solo ven el lado de la "seguridad ciudadana" que pasaría al desamparo si hubiese restricción de armamento general, lo cual es totalmente falso, ya que lo que sucede en realidad es que la falsa sensación de seguridad que ofrece andar armado, hace que a la menor provocación la gente saca el arma y dispara, pensando en que tarde o temprano podrá salir libre gracias a nuestro ineficiente y corrupto sistema judicial.

Tener y portar un arma solo es portar una bomba de tiempo y las estadísticas nos demuestran que no somos una sociedad apta para hacer uso de este "derecho a matar", quien porta un arma de fuego es un homicida en potencia ya que la línea entre el asesinato a mansalva y la autodefensa es tan difusa y poco clara que una mala dosis de bilis es suficiente para convertirnos en criminales por muy respetuosos de las leyes que seamos o digamos ser.

Ojalá que en ambos casos la justicia prevalezca y se castigue al culpable con las penas correspondientes, porque enviar mensajes erróneos favoreciendo la impunidad es la mejor manera para empeorar las cosas que ya están de por sí muy malas en nuestro pais.

Es importante que las autoridades comienzen a enviar el mensaje correcto, que aquí se castiga al que delinque y aunque esto requiera una depuración fuerte de nuestro sistema de seguridad y de justicia debemos hacerlo.

La impunidad fenece en nuestro pais. Yo sinceramente creo que esa afirmación es cierta, pero no solo se trata de asistir como espectadores a su fallecimiento, nosotros como sociedad debemos darle una pronta muerte (a la impunidad), para que las cosas comienzen a marchar mejor en nuestra tierra.