LO QUE TOMA LLEGAR A LA CIMA:
Eloísa Salaverría
Enviado por Betotronik
El Washington Post nos regala un reportaje sobre la historia del salvadoreño Carlos Castro, quien hace más de 30 años, a la edad de 24, decidió emigrar a USA en busca de un futuro mejor para él y su familia. Aquí el link, aunque la noticia está en inglés.
En los años 80s, cuando nuestro país atravesaba el oscuro período de la guerra que duraría 12 años, sumido en la pobreza, con una esposa y dos hijos que mantener, Carlos toma la decisión de iniciar la aventura hacia el norte.
Su primer intento de ingresar a Estados unidos falló y, después de dos semanas de haber emprendido el viaje junto con su primo, fueron detenidos por la patrulla fronteriza acabando en la cárcel para luego ser deportados.
Ese primer fracaso no los detuvo y después de un segundo intento, lograron llegar a California donde permanecieron un tiempo haciendo trabajos esporádicos para luego mudarse al Distrito de Columbia.
De allí comenzó un rosario de trabajos de todo tipo: limpiar baños, lavaplatos, cocinero y también se paró en las esquinas durante los inclementes inviernos esperando que alguien lo contratara por el día para realizar algún tipo de faena.
Lo que importaba era ganar dinero para enviar la remesa mensual a su esposa Gladis quien se reuniría con él en el año 1982. Unos años después, en 1985, adquirió un vehículo que le permitió realizar una serie de trabajos varios para luego comenzar una pequeña empresa constructora. Diez años después de su llegada a Estados Unidos, en 1990, abre su primer supermercado latino “Todos” en la zona de Woodbridge, Virginia.
Después de largos años de arduo trabajo, Castro, ahora con 55 años de edad, vive otro panorama completamente diferente. Es dueño de una cadena latina de supermercados, una empresa corredora de seguros y una empresa de notaría pública y preparación de impuestos para sus clientes.
Castro es ahora ciudadano estadounidense, millonario y su negocio ha sido galardonado y reconocido como uno de los 50 Negocios Fantásticos del Estado de Virginia durante los últimos cinco años.
Su negocio se especializa en vender víveres para la comunidad latina, caribeña y africana y sus instalaciones en la zona de Woodbridge y Dumfries pronto crecerán de un espacio de 16,000 pies cuadrados a uno de 53,000.
Castro expresó sentirse afortunado a pesar que él también ha sentido la desaceleración en sus negocios debido a la crisis económica, obligándolo a hacer recortes en su presupuesto de publicidad, bajarse su salario a la mitad, congelar plazas vacantes, reducir sus márgenes de ganancia y renegociar precios con sus proveedores para hacerle frente a la baja en sus ventas mientras dure la crisis. Lentamente, Castro expresa que nota que las ventas en sus tiendas se están levantando y espera pronto salir de la difícil situación que se ha presentado.
Carlos Castro está a favor de la inmigración y reconoce que no es fácil dejar a la familia detrás para forjarse un mejor destino en tierra desconocida. Recuerda que al principio, cuando su familia estaba a la espera para reunirse con él, ahorraba cada centavo que podía, desayunaba café y bollos que le brindaban en su lugar de trabajo, luego el almuerzo lo guardaba para consumirlo a la hora de la cena y poder así ahorrar dinero para enviar a su familia, quienes vivían en la casa de sus padres en El Salvador.
Nos llena de orgullo contarles esta historia de un salvadoreño que emigró hace 30 años y logró prosperar a base de sacrificio y esfuerzo, que está cosechando los frutos de su trabajo.
Sin duda el que se propone salir adelante lo logra, a pesar de la adversidad.
16 comments for “De inmigrante a millonario, Salvadoreño dueño de la cadena de supermercados TODOS.”