Recibí de un amigo mexicano el siguiente artículo que quiero compartir con mis parientes, compañeros y amistades. Me parece apropiado para que no sobredimensionemos el problema pandémico, dejándonos llevar por el pánico generado en los medios.
El Capi F. J. Gómez Cadavid
UN VIRUS CON BUENA PRENSA
Juan Miguel Zunzunegui
En 1918 – 1919 una verdadera pandemia de influenza mató a 50 millones de personas en 14 meses en todos los rincones del mundo. El virus causante se identificó como H1N1, desconocido hasta entonces y por lo tanto letal. Las siguientes epidemias de influenza en el mundo fueron por virus mutados, ya que el original había producido anticuerpos en el ser humano.
Una pandemia es una epidemia que se hace global, es decir, que presenta casos en diversos continentes, aunque sea uno en cada uno, es decir, no quiere decir que hay millones de muertos. LA fase 6 ahora famosa de la OMS no significa el advenimiento del fin de los tiempos con millones de muertos a causa de un virus, sólo significa que hay brotes, aunque sean pocos, en muchos continentes; tampoco significa que se aumenten medidas y que nos vayan a encerrar en nuestras casas como algunos piensan.
Pero los doy otros datos de pandemias que sufrimos hoy en día:
VIH: 2 millones de muertos al año
Paludismo: 1 millón de muertes al año
Tuberculosis: 500 mil muertes al año
Neumonía: 50 mil muertes al año
Hepatitis C: 50 mil muertes al año
Ébola: 200 muertes al año
Meningitis 3,000 muertes al año.
SARS: 1,500 muertes de 2003 a 2009.
Gripe Apiar 200 muertes de 2000 a 2009. Este es el virus H5N1
Todos estos virus, bacterias, bacilos o agente patógeno que corresponda fluyen por el mundo entero provocando todas estas muertes que NO SALEN de momento en la tele, y por lo tanto, no existen. ¿Cuál es la gran diferencia de la actual “epidemia” o del actual “nuevo virus”? muy simple: tiene muy buena prensa, es la enfermedad que se ha decidido promocionar en estos días, aunque sea de risa en comparación con los ya mencionados. Eso es todo; este virus tiene buena prensa, lo que habría que preguntarse es por qué.
Veamos ahora las contradicciones. Primero nos hablan de una llamada influenza porcina y muchos ciudadanos se enteran por primera vez de la OMS y sus fases de alerta epidemiológica; nos dicen que primero era una enfermedad que se transmitía de cerdo a cerdo, pero mutó y se pasó de cerdo a humano, hasta que volvió a mutar y se hizo peligrosa al pasar de humano a humano.
Perfecto, pero luego nos dicen que no debemos preocuparnos de los cerdos, que esos inocentes animalitos están bien, que no hay problema con ellos, que están sanos. ¿Pues qué no comenzó con ellos la enfermedad? Ahora resulta que pasó al humano y desapareció entre los primos de Porky. Pero además esa enfermedad de origen porcino surgió en las ciudades y no en el campo. Pero aquí viene lo PEOR, y la gran mentira. Si suben unas cuantas líneas en este texto verán el nombre del virus que mató a 50 millones de personas en 1918, el virus H1N1… ¡que es el virus del que nos hablan hoy!, dónde está la mutación, dónde está novedad, dónde está el nuevo virus letal.
Luego nos dicen que ante cualquier síntoma corramos al hospital, perfecto, esto es correcto hoy y siempre, pero nunca nos dicen el nombre de la o las medicinas que lo atienden o cuál es la sustancia activa que la compone. Luego sabemos que se cura con TAMIFLU, un medicamento de hace más de diez años, y como ya estamos aterrorizados no pensamos en la imposibilidad de que un medicamento de más de diez años de antigüedad cure un virus mutado del 2009. Peor aún, si un mexicano quiere ir a la farmacia a adquirir dicha medicina, no se la venden, ya que debe de tener receta, único antiviral genérico y común con receta, pero además, receta firmada por el Hospital Ángeles ¿y qué pasó aquí? Pero el Tamiflu es un medicamento que cura influenza A y B, es decir, las clásicas; es decir, eso es lo que tenemos en el aire, la influenza de siempre pero con más publicidad.
Pero los ciudadanos de la sociedad industrial contemporánea construyen su realidad en los omniscientes medios de comunicación, que nos introducen el gran virus del miedo, ante el cual, toda capacidad crítica es destruida y la gente deja de pensar, a grado tal, que quien se atreve a discutir la cuestión, como en este artículo, recibe los más virulentos ataques por no creer la información oficial del sistema y cometer la herejía de cuestionarla.
Nos hablan también en los medios de todos los casos de enfermedades respiratorias (ojo, en general), y son casi 2 mil. Luego ya casi nadie se entera de que 9 de cada 10 de esos “casos” no tenían influenza sino neumonía bacterial, resfriado común, migraña. hipertensión, pero sobre todo; psicosis masiva e hipocondría, es decir, no tenían nada más que miedo, mucho miedo alimentado por los medios.
El 1 de cda 10 que queda, sí tenía influenza, pero la estacional, la de tipo A y B que lleva un siglo entre nosotros y que se cura fácilmente. Al final resulta que hay sólo 9 casos perfectamente aceptados como contagiados por virus porcino, que no es el H1 N1, que repito, no es nuevo, sino nuestro viejo visitante de 1918. Luego hay quien dice que todo debe ser verdad, ya que hasta alguien conocido de la política como Camacho Solís, se contagió…, si, pero fue dado de alta en tres días y NO fue virus porcino.
Y luego están las hermosas coincidencias que tanto me gustan: nada se decía del brote antes de la llegada de Obama, no fuera a cancelar. Se va el señor y pocos días después, 23 de abril por la noche, se emite la alarma, pero ya viene el fin de semana y simplemente salimos menos. Ya después se anuncia la cancelación de clases hasta el 5 de mayo, que coincide con el megapuente que ya había autorizado la SEP tiempo atrás por el 1 y 5 de mayo, muy conveniente. Conveniente igual que coincida con la temporada alta de marchas, trabajadores el 1 de mayo y maestros el 15.
De los familiares y funerales de los fallecidos ni hablar, en el imaginario colectivo, finalmente lo dijeron en la tele. Hay quien dice, yo conozco a alguien que murió de esta epidemia, pero es inexacto; conocerán tal vez a alguien que murió por enfermedades respiratorias de cualquier otro tipo, ya que, insisto, sólo 9 casos están confirmados como porcinos. En total, 160 muertos de enfermedades respiratorias, cabe señalar, cifras similares a la de años pasados en esta época…, pero ahora hay publicidad en TV.
¿Y los Narcos, y los Zetas, y la crisis, y el desempleo, y los 45 mil millones de dólares que recibió México en préstamo porque su economía no está tan sólida como presume; y el enriquecimiento de uranio de Corea del Norte, y los roces de Estados Unidos con China, y la falta de agua, y el caso de espionaje en Rusia y la OTAN, y las tropas rusas que marchan de nuevo sobre Georgia, y la ley de narcomenudeo en México, y la comparecencia de nuestro país en un tribunal mundial por las muertas de Juárez?…, todo eso qué importa si tenemos que preocuparnos por la falta de cubrebocas y la próxima declaración de pandemia por la OMS, que por cierto responde al G-7.
Que la gente no se reúna, que las universidades cierren y por tanto no debatan, que los medios se concentren sólo en los casos de enfermedades y no hablen de más cosas, que el ocio quede cancelado; todo eso sirve para que la gente sólo se concentre en el pánico y no discuta, no critique, no analice, no cuestione, y consideren loco al que si lo hace. ¿Cómo cuestionar lo que sale en la sacrosanta TV?
Repito, hay muertes de enfermedades respiratorias, tantas como en cualquier otro año, nada comparado con las verdaderas pandemias que expuse al principio pero que no tienen promoción de momento. No hay nada, así de simple, virus, como siempre, muchos, como siempre, muertes, como siempre, miedo, como siempre. ¿Información privilegiada y para elites?, como siempre. Si el sector empresarial no tuviera información sus capitales ya estarían en fuga.
Vuelvo a decirlo, yo elijo vivir sin miedo, pero respeto el derecho inalienable de cada quien a ser presa del terror. Elijo vivir criticando, pensando, analizando y cuestionando, pero respeto el sagrado derecho de cada individuo a construir su realidad en los medios. Sólo comparto aquí mis deducciones con base en información y análisis, sin ánimo de ofender a nadie; no invito a no seguir las medidas sanitarias, ya que nunca sobran, pero cuidado con la peor de las pandemias: el miedo.
Lo aseguro, por imposible que sea contener un brote en una semana, a partir del 6 de mayo veremos menos de esto en los medios, e iremos volviendo a la normalidad y nos iremos enterando de que la virulencia baja, así de pronto. ¿Querrá decir que terminó?, claro que no, sólo que el virus dejará de tener buena prensa, como los ya mencionados que aniquilan a cientos de miles de personas de forma pandémica, pero, principalmente en África y Medio oriente, además males ya conocidos, ya pasados de moda, por lo tanto, sin publicidad.
Fuente: http://cavernadezunzu.tripod.com/id188.html