Este fin de semana el país vivió su primera situación de emergencia como consecuencia de la primera tormenta tropical del invierno, que apenas comienza. En medio de la crisis los salvadoreños observamos un accionar de las autoridades mucho más efectivo y responsable, que denota que se han producido importantes cambios.
El sistema de protección civil ha pasado de ser una instancia que regalaba chumpas a los altos funcionarios para salir en conferencias de prensa anunciando las alertas, a ser una institución con capacidad de enfrentar las emergencias. Para ello se ha reestructurado internamente, ha abierto canales de comunicación con otras instancias relacionadas, han adquirido recursos, especialmente para la comunicación y el monitoreo, y han comenzado a construir una red ciudadana en el territorio.
Además ha cambiado el concepto, ahora las alarmas se declaran antes que los hechos lamentables sucedan. La idea es prevenirlos. El caso más evidente lo vimos cuando el Presidente de la República decretó la alerta roja. Este llamado, permitió que muchos recursos del Estado entraran de inmediato a disposición para atender la emergencia. Ello evitó daños y tragedias humanas más graves, y el accionar de las instituciones Estatales se volvió más efectivo.
También fue de particular importancia la presencia del Presidente Funes, a la zona de Monte Bello a incentivar a la población a que abandonara sus lugares de vivienda. Esta zona tenía un alto riesgo de deslave si llovía durante la noche.
Nuestra gente teme abandonar sus viviendas, por temor a perder sus bienes muebles que con tanto sacrificio han adquirido. Por ello ha sido importante que las evacuaciones hayan sido acompañadas de un plan policial de protección de las propiedades de los pobladores. Esto será importante fortalecerlo en el futuro.
Es necesario recordar, que la Asamblea Legislativa tiene pendiente la aprobación de la Ley de Reordenamiento Territorial. Una buena parte de la vulnerabilidad territorial que padecemos es consecuencia de la tala indiscriminada de árboles; de la forma desordenada en que han crecido las ciudades, gracias a esquemas de construcción de viviendas basados en el lucro. Que esta ley todavía no haya sido aprobada a pesar de tener muchos años de estar en estudio, demuestra los poderes económicos que están atrás deteniendo su concreción.
El invierno apenas está comenzando y ya las tragedias rondan cerca de nuestras viviendas. Por ello los cambios en el sistema de protección civil son positivos, esta emergencia debe servirles para ganar experiencia, lo más seguro es que tendremos que enfrentar varias más antes que comiencen a llegar los vientos de octubre (que ahora llegan en noviembre).
Pero la responsabilidad no es únicamente de las autoridades, todos los salvadoreños debemos involucrarnos en la protección de nuestras familias y vecinos en estas situaciones de emergencia. La protección y seguridad civil debe ser tarea de todos.
Ayutuxtepeque, lunes 31 de mayo de 2010.
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