Según Montaner, los gobiernos del ALBA son creadores de catástrofes.

Carlos Alberto Montaner, columnista de nacionalidad cubana, estuvo esta semana en el país como invitado de la Cámara de Comercio a desarrollar una ponencia a los empresarios salvadoreños. Este señor, que desde hace varios años publica con regularidad sus comentarios en un periódico matutino, vino a iluminar la mente de nuestro empresariado.

Tanto en su ponencia, como en una entrevista que concedió a una reconocida cadena de TV que opera por las mañanas, Montaner nos previno del peligro Chavista, de los riesgos de ser parte de la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA). Comentó que estos países son creadores de catástrofes, que sus sociedades viven de crisis en crisis, que usan la arrogancia como estilo de gobierno, que debilitan a los empresarios y son una desgracia desde el punto de vista político. Por el contrario, puso como ejemplos de estabilidad, democracia, desarrollo y bienestar a países como Canadá y Suecia.

Para los salvadoreños, la descripción que hizo Montaner de los horrores del Chavismo y del Socialismo del Siglo XXI no son nada nuevo, además los hemos vivido en carne propia con los gobiernos de ARENA, que de tanto odiar a Chávez terminaron pareciéndose mucho a él.

Durante los veinte años de gobiernos areneros, el país fue de crisis en crisis, la arrogancia y el autoritarismo fue su estilo de gobierno, pusieron el aparato estatal al servicio de un pequeño grupo de empresarios, debilitando a la gran masa de grandes, medianos y pequeños empresarios; fue tal su desgracia política que el pueblo los sacó del gobierno en la última elección y después de esa derrota se dividieron.

El señor Montaner tampoco les explicó a los empresarios salvadoreños, que en Suecia y Canadá hay Estados de bienestar, que son de tendencia social demócrata. Ellos no necesitan tanta inversión extranjera, pues ellos son la inversión extranjera que llega a nuestros países. Una empresa sueca compró las cementeras salvadoreñas, un banco canadiense compró hace años el Banco de Comercio de El Salvador, La controversial empresa minera Pacific Rim es de nacionalidad canadiense.

Una de las claves del desarrollo de los países nórdicos, entre los cuales está Suecia, es que la riqueza está mejor distribuida, no existen las diferencias abismales entre ricos y pobres que caracterizan nuestra sociedad. El Sr. Montaner tampoco les explicó a los empresarios salvadoreños, que en esos países que puso de ejemplo, los impuestos que los empresarios pagan son más del triple que en El Salvador y que además no hay muchas posibilidades de evadirlos sin ir varios años a la cárcel.

Tampoco el señor Montaner les explicó que en Suecia y Canadá la libertad de organización de los trabajadores es algo sagrado que todos respetan. Se le olvidó decirles que una de las claves para que en Suecia la crisis económica mundial no haya causado desempleo, fue que rechazaron las teorías de la flexibilización laboral.

Estas y otras omisiones en el planteamiento de Montaner, dejan vacío su discurso. Sus tesis solo recuerdan los viejos tiempos de la guerra fría. Además ese discurso es ya poco creíble en nuestro país. Pero los reducidos grupos de derecha cavernaria salvadoreña no entienden que estos argumentos los usaron hasta la saciedad en la pasada contienda electoral sin éxito alguno, por ello siguen insistiendo trayendo figuras como don Montaner.

Traer al país estos personajes a decir medias verdades, que tratan de ocultar bajo un manto ideológico los problemas reales de El Salvador y las alternativas para alcanzar el desarrollo, no benefician a los empresarios ni a nadie. Los empresarios salvadoreños necesitan ideas de cómo invertir mejor, de cómo resolver sus problemas de insolvencia financiera, de cómo obtener ayuda profesion

al y técnica para sus proyectos, de cómo lograr apoyo y asesoría para abrir nuevos mercados aprovechando los tratados de libre comercio.

Los empresarios salvadoreños necesitan discursos que les infundan optimismo en el futuro, no que les hablen de los horrores delinfierno comunista. Los empresarios necesitan formas eficientes de comunicación con el Estado salvadoreño, que minimicen  la obsesión ideológica que las cúpulas empresariales le imprimen a la relación con el gobierno, por no ser de su partido.

Lástima por los que fueron a oír esa ponencia, perdieron su tiempo y perdieron su dinero.

Ayutuxtepeque, viernes, 22 de octubre de 2010.