Mario Acosta Oertel acusado de violencia intrafamiliar

"tomado prestado" de la Prensa Gráfica

Nuevamente este personaje esta  en el centro de la controversia, recordemos su altercado con Juan Carlos Sura, del cual, menos mal, al parecer se trató de un mal entendido, sin embargo la acusación actual es mucho más grave, de incluso consecuencias legales, su esposa lo acusa de violencia intrafamiliar,  las noticias vertidas en el Diario de Hoy y la Prensa Gráfica , no dejan lugar a dudas del infierno que vivió su señora  …  » Entre lágrimas, la mujer relató a los periodistas algunas de las agresiones sufridas por parte de su cónyuge por más de 30 años. “La agresión ha sido continua, yo he vivido en medio de golpes, amenazas, incluso en una ocasión me llevó El Playón, fue el 18 de enero de 2004, allá por Opico, y sacó su arma, me disparó pero no me cayó la bala”, señaló»...

La violencia intrafamiliar no tiene color político,  credo religioso, estatus económico, aunque uno tendiera a pensar que es más exclusivo de las capas pobres de la población por su poca educación, en realidad se da en toda la sociedad, como parte de toda una cultura de machismo, que incluso se va trasmitiendo de generación en «degeneración».

…»La violencia intrafamiliar o en el contexto de las relaciones afectivas, es la manifestación más frecuente de la violencia de género contra las mujeres. Puede ocurrir en las relaciones familiares, de pareja, domésticas o de confianza, cuando la persona que agrede tiene parentesco con la mujer agredida o ya sea por afinidad, adopción o incluso en relaciones de noviazgo, etc. Este contexto se le conoce como ámbito privado.

Puede incluir desde insultos, golpes, lesiones, insultos, manejo económico, amenazas, chantajes, control de actividades, abuso sexual, aislamiento, prohibición de trabajar fuera de casa, abandono afectivo, humillación e irrespeto a las opiniones propias….»

Muchas veces la diferencias entre la violencia contra la mujer en la clase económicas altas y bajas se deben al hecho que es más fácil observar la violencia en estas últimas, las casas están tan juntas que entre vecinos se escucha todo, mientras que las clases altas, tienden a encubrir con más facilidad el problema, y cuando el perpetrador tiene poder económico y político las mismas instituciones gubernamentales encargadas de la protección hacen la vista gorda, resulta evidente cuando la noticia en la Prensa Gráfica menciona: «Esta no es la primera vez que la mujer denuncia a su esposo. En septiembre de 2007 lo hizo en el Instituto Salvadoreño de la Mujer (ISDEMU) pero dice que su expediente fue reportado como extraviado…»

Para ponerle una ginda al pastel (como dicen los españoles), … «La abogada Silvia de Bonilla, militante del partido ARENA, le brindó la asesoría y llamó a Acosta Oertel, quien la habría amenazado al decirle que le iba a pasar cualquier cosa si ella retomaba el caso del divorcio.»

Bien por la Señora Ana Marta Rodríguez, quien tendrá un gran trabajo para recuperar esos 30 años de martirio, así mismo ojala que cientos (si no miles) de mujeres Salvadoreñas que sufren ese mismo tormento tomen como ejemplo este caso, ningún hombre tiene el derecho de golpear, violentar, ultrajar a una mujer.