Recuerdo que a finales de noviembre del 2011, cuando recién nombraban al General en retiro David Munguía Payés como ministro de seguridad, yo cuestionaba sobre lo poco acertado de esta decisión presidencial, más allá de que si era constitucional o no, por el hecho de que pensaba que un militar al frente de la cartera de seguridad no significaba nada mas que el endurecimiento de las fracasadas medidas que desde los tiempos de Cristiani se habían tomado en torno al problema de la seguridad pública.
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Hablaba de que el problema del entonces Ministro de Seguridad, Manuel Melgar era su “mala relación” con el gobierno de los Estados Unidos ya que lo vinculan con “La masacre de la Zona Rosa”, un atentado guerrillero en el que murieron 13 personas incluyendo 4 marines norteamericanos, queran los presuntos blancos del sangriento y criminal atentado, por lo tanto, un personaje con estas credenciales no era para nada grato para los norteamericanos, como titular de la cartera de seguridad pública de El Salvador. Sumado a esto, Manuel Melgar había seguido con las políticas de represión pura y dura a las maras, que ya habían probado su total ineficacia en los cuatro gobiernos anteriores del partido ARENA.
En ese momento también se estaba sacando al ejército a cumplir labores de vigilancia, ayudando a la seguridad pública, lo que levantaba otro debate en torno a lo legal o inconstitucional de estas acciones.
Recordemos lo que el Presidente Funes mencionó recientemente en su programa radial del sábado pasado cuando achacó a los gobiernos de ARENA el incremento de la membrecía y capacidad operativa de las pandillas, lo que es absolutamente cierto, las medidas de represión pura solo permitieron que las maras afinaran su modo de operar, adaptándose a la persecusión constante utilizando la protección de su «base social», tácticas, que usaron en su tiempo los miembros de la guerrilla salvadoreña.
Regresando a ese post, yo traía al recuerdo lo que me contó una pareja de profesionales que habían visto y vivido como los gobiernos de ARENA habían “desviado” fondos internacionales que estaban destinados a un proceso de prevención del impacto de la postguerra en las generaciones jóvenes, buscando la forma de incentivar y hacer crecer en número y calidad a las instituciones que serían claves en la formación de las nuevas generaciones post-conflicto en una cultura de paz (como los grupos juveniles religiosos, boy scouts, etc.), fondos que bajo la gestión de ARENA, terminaron siendo utilizados en la formación de los cuadros juveniles de su partido, y la pareja en mención solo pudo indignarse, viendo como ese dinero se gastaba en inútiles y caros eventos de empresarios juveniles, juventudes nacionalistas, etc.
http://hunna.org/los-grandes-robos-y-la-situacion-de-violencia-actual/
El ex-General Munguía Payés siguió al frente de la cartera de estado y al inicio todo indicaba que buscaría la continuidad de dar una solución represiva al problema.
Sin embargo a pesar de su formación militar, David Munguía Payés dio otro enfoque al problema y permitió apertura a otras alternativas de solución, así como tuvo el cuidado de mejorar en lo posible el accionar de la PNC en cuanto a calidad preventiva, pero fue hasta que se comenzó a gestar la cuestionada tregua entre pandillas, en la que no quiso ser actor principal, a pesar de que estaba mas al tanto de lo que admitía, que se vieron resultados concretos en la reducción de homicidios, lo cual había sido una de sus promesas al asumir el cargo de Ministro de Seguridad.
Imagino que tener éxito en donde los cuatro gobiernos seguidos de ARENA no solo habían fallado estrepitosamente sino que habían elevado el problema a niveles de alerta roja, era una afrenta directa y una malísima muestra de la incapacidad del partido ARENA, para resolver los problemas del país, por lo que a pesar de atacar la tregua con todo lo que tenían, ésta daba resultados puntuales, aunque no resolvía ni de lejos el problema de las maras.
Pero como todo en este país es percepción, la disminución del número de asesinatos diarios era algo que golpeaba las caras de todos los involucrados en los gobiernos anteriores había que buscar frenar esta tendencia e imagino que surgió la presión por quitarse de encima al general y hacer fracasar los planes de seguridad del gobierno.
Igual creo que habrá presión para quitar a la Ministra de Salud o al Ministro de Obras Públicas que son las carteras mas exitosas que tiene el gobierno.
Personalmente me agrada que los magistrados hayan declarado inconstitucional el nombramiento del ex General David Munguía Payés, no por que tenga algo contra él, que al final me pareció que hizo un excelente trabajo, o contra los militares que lo apoyaron, sino porque “dura lex sed lex”, el espíritu de los acuerdos de paz era precisamente tener civiles al frente de estas carteras, solo que los honorables magistrados lo hubieran hecho en el momento adecuado, es decir en diciembre del 2011, hacerlo ahora solo nos hace pensar en que hubo malicia, presión y posible cohecho para esta decisión.
Pero el presidente Funes no la tiene tan complicada, ya que debe poner al frente a un civil que comulgue con los proyectos que se tenían en materia de seguridad y que éste pida apoyo consultor a quienes han llevado este proceso.
Veremos como tratan a las carteras de Salud y Obras Públicas de aquí en adelante ya que desde estos momentos todo es hacer fracasar al gobierno ante los medios y la opinión pública y resaltar al máximo la figura de su propio candidato, lo cual es complicado dada la mediocridad evidente que tiene, pero no podemos negar que la publicidad es sumamente efectiva ante una masa poco ilustrada.
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