Cuando era bastante niño tuve la oportunidad de tener en mis manos un libro de letras para quinto o sexto grado que más que un libro de lecciones de gramática era un compendio de extractos de historias, leyendas o libros famosos en un lenguaje sencillo y motivador, siendo una de las lecturas que atesoré durante mucho tiempo, retomando su lectura cada cierto tiempo.
Ahí conocí la leyenda del príncipe del Cisne, una reseña del Cid Campeador, la historia de las Horcas caudinas y muchas otras mas.
De este libro me aprendí la Canción del Pirata de Espronceda y leí con deleite varios poemas surrealistas que eran puestos como «feo ejemplo» de lo que la mala literatura moderna era.
Creo que de hojear y repasar hasta el cansancio este libro, fue que adquirí el gusto por la lectura, pero lo que me trajo a la memoria este libro es el tema del cual quiero escribir esta noche que es sobre los políticos y la juventud.
El libro en cuestión tenía varias historias de héroes romanos como Muscio Scévola el joven soldado que inmoló su mano o la de Lucio Quinto Cincinato, patricio, cónsul y general a quien acudía Roma cada vez que se encontraba en peligro otorgándole el poder absoluto como «dictador» y una vez pasado el trance o peligro, entregaba el mando al senado y se retiraba a su «Arado» como pacífico y sencillo agricultor que también era.
Cincinato representaba la mas elevada aspiración o idealización de lo que un político debería ser, un servidor público, un servidor para la nación, interesado únicamente en defender a la patria, no en enriquecerse a costa de esta.
Cincinato era un ideal inalcanzable aún en su propia Roma, cuna del derecho y la política tal cual la conocemos y vivimos en nuestros días, con una conceptualización altamente civilizada y sabia pero llena de corruptos, ladrones y aprovechados, no todos hay que reconocerlo.
Hace un par de años escribía en este blog sobre el consejo indirecto de Roque Dalton a los jóvenes para que se involucraran en política y sería muy bueno que los jóvenes se involucren poco a poco en la misma, lo malo es que muchos políticos viejos al contrario de Cincinato, creen que sin ellos el país estará a la deriva y no permiten ni les gusta que aparezcan nuevas caras o peor aún, jóvenes caras en el ruedo político.
Algunos políticos viejos sueltan su sarcasmo o su malestar a la voz pública, pero en estos tiempos de la viralización, es peligroso hacerlo sin cuidar si lo que uno dice es políticamente correcto o no.
Por eso cuando escuché el Trend Topic o el Hashtag en Twitter de #VosEstasMuyJovencito recordé cuando hace casi dos años, la diputada arenera Milena Escalón de Sol tuvo un desliz semejante, refiriéndose a jóvenes metidos en política.
Don Norman Quijano las tiene a cuadritos con el candidato que le han puesto, ya que este si conecta con la juventud y para rematar, el candidato arenero con su comentario se pone a menospreciar a la juventud, que es quien domina las redes sociales, por lo tanto, el efecto es totalmente negativo para sus aspiraciones de reelección.
Es cierto que los temas en internet tienen una alta volatilidad y no tienden a durar mucho pero al igual que sucede con los medios de comunicación y su bombardeo constante, crean e imprimen una percepción en la psique de las personas.
Decirle a un contrincante político “Vos estás muy jovencito”, sobre todo si este contrincante no es un novato, sino que ya trae una trayectoria de innovaciones y logros en su gestión municipal como sus argumentos políticos, es atacar no al mensajero, si no al público que escucha el mensaje, lo cual es un grave error.
Si bien recuerdo, Schafik les pidió a sus diputados que pusieran un límite de períodos continuos que un diputado del FMLN podía serlo, parece que era de tres períodos dicho límite, pero ellos se inventaron la forma de reciclarse en alcaldías cuando terminaban este período y al cabo de uno o mas períodos como alcalde, regresaban como diputados.
De esta manera tuvimos muchos alcaldes que ni eran de los municipios que gobernaban y que al no estar interesados en sus alcaldías sino en hacer el trabajo político para cuando fueran diputados nuevamente, descuidaron sus comunas y la gente les pasó la factura, perdiendo casi todos los municipios de San Salvador.
En ARENA es más fácil hacer relevo generacional ya que todos son empleados del Gran Capital S.A. de C.V. y les guste o no deben ahuecar cuando les digan, sin embargo los absorben en sus empresas.
En el FMLN la política es el modus vivendi de algunos diputados o alcaldes e igual sucede quizá con ARENA y ciertas alcaldías que dependen más de la persona que del partido y por esta razón no quieren soltar su huesito.
Por suerte nos estamos acercando a un relevo generacional pero por edad, lo malo es que todos estos dinosaurios no dejan que surjan nuevos liderazgos, así que será cosa de los jóvenes entrar aunque sea por la fuerza para ir desalojando tanta momia del ámbito político salvadoreño.
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