Con este título pretendo abordar uno de los problemas fundamentales que atañen a nuestra realidad de países pobres y deshumanizados.
Mucho se ha dicho de la delincuencia como problema de la juventud, las maras y del crimen organizado, ligado a la drogadicción, a la falta de oportunidades, la falta de educación y las desigualdades económicas, pero también esta el problema de la mendicidad y la enfermedad mental que es muy palpable en El Salvador y en muchos paises del mundo.
Esto refleja la falta o falla en que ha caido el capitalismo con su avalancaha neoliberal. Este ha sido un problema de siempre en nuestros paises no es un problema coyuntural sino mas bien estructural, no del modelo sino del sistema.
En casi todas las esquinas de San Salvador se nos presenta este problema con gente limpiando parabrisas, gente marginada y con problemas psiquiatricos no atendidos por el Estado.
Llama mucho la atención que el alcalde San Salvador ande renovando parques y plazas desalojando vendedores que el único mal que hacen es ganarse la vida, pero con esto ya suma votos para las proximas elecciones entre quienes no sienten en carne propia lo que es hambre y el desempleo.
Si bien es cierto que esto es parte del crecimiento de la población vegetativa, esto no debería ser excusa para que los políticos hagan algo por toda esta gente.
El punto es que deberían hacer un acuerdo las instituciones como la Secretaria de Inclusión Social, El Ministerio de Salud, Policía Nacional Civil y el de Seguridad y Justicia y las alcaldías del Gran Salvador, para disminuir este grave problema.
Pero nos encontramos que un país imperialista como lo es los Estados Unidos presiona para que se de la renuncia del Ministro Melgar por estar invlucrado en cosas que ya son del pasado y que ellos se lo buscaron como es la muerte de los Marines en la Zona Rosa.
Un país que nos trata como su colonia o patio trasero no debe ser tomado en cuenta, eso es un irrespeto a nuestra soberanía.
De las masacres que ellos propiciaron entrenando al ejercito y finanaciando la guerra nada se dice.
Es necesario que nos replanteemos nuestros propios problemas no en base a las prioridades de dominación de un país que mantiene sometidos a tantos países metiendoles guerras y que mantiene el nivel de vida de los ricos de su país solo en base a una economía de guerra, al Complejo Militar Industrial.
Centrandonos en nuestra propia sociedad que no crea empleos, que es el pais mas vulnerable del mundo en cuanto a catástrofes naturales y uno de los mas volentos del mundo con armas por todos lados se puede decir que es un Estado en permanente estado de calamidad.
Uno no puede subirse a los buses tranquilamente sin el temor de ser asaltado, a que los motoristas no respeten a los ancianos, mujeres y estudiantes y los vendedores que si bien se ganan la vida de esa manera no interrumpan la tranquilidad, ademas que son discotecas ambulantes.
Volviendo al tema de los excluidos que andan divagando por las esquinas y durmiendo en las calles, los ricos de este país deben pagar mas impuestos para combatir esta pobreza urbana.
Ya se acercan las elecciones y nuevamente los políticos ofreceran en sus discursos electoralistas combatir esta pobreza, pero aquí las cosas siguen igual.
Bien decía Horacio Castellanos Moya en su novela «El Asco» que este es un país en el que la gente se diferencia por el que tiene carro y el que viaja en bus.
Deberíamos ser mas cuidadosos con el problema del transporte ya que es necesaria una solución integral que no solo se quede en meras promesas como las de Quijano el Alcalde de San Salvador con su Metrobus, mas que un metrobus, lo que necesitamos es resolver primero el problema de la pobreza y luego con la cooperación internacional y los impuestos de a la gasolina, construir un Metro como en las grandes ciudades superpobladas, proque nos hemos vuelto muy dependientes de ese combustible.
Para los violentos y criminales la carcel, para los drogadictos y enfermos psiquiatricos rehabilitacion, somos un país que se ha vuelto dependiente del petroleo, sin producir ni una gota de este eso si es un verdaro desajuste. Todos los ciudadanos estámos implicados en estos problemas lo que nos falta es coraje e imaginación.
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