Dentro de las estrategias de contención, el presidente anunció la cuarentena domiciliar de treinta días a todo el país salvo algunas excepciones.
Entre estas excepciones están los trabajadores de salud, de comida, de supermercados, servicios financieros y de transporte, luego amplió a ciertas empresas como Textileras y otros rubros no bien definidos.
Durante la cadena nacional, Nayib dijo a los dueños de las grandes empresas privadas que consideraran el hecho de que ellos «Tienen suficiente para vivir varias vidas» y que difícilmente se gastarán lo que tienen en su vida, que valoraran la vida de la gente.
Como espaldarazo tenía a Murray Meza al lado cuando pidió unidad de todos los sectores.
Apeló al «Teletrabajo», lo cual es una medida que funciona para cierto tipo de labores, por ejemplo, algunos Call Center sacaron sus módulos y los instalaron en las casas de los operadores y ellos desde su casa trabajan como si estuvieran en su sitio, pero no todas las empresas están listas para este tipo de operación y muchos directivos de nuestras «modernas» empresas salvadoreñas no creen para nada en el Teletrabajo, ni siquiera para gente que sí puede hacerlo como los equipos de desarrollo de software o de soporte (Mesas de ayuda de Tecnologías de Información).
La empresa privada, en especial, la más poderosa económicamente no admite «dejar de ganar«, porque en realidad ellos nunca pierden, sino que lo más que les puede pasar es dejar de percibir cierta utilidad, la mano de obra no es el máximo gasto de la gran empresa industrial, talvéz si lo sea en el caso de las PYMES, pero defínitivamente no lo es en el caso de la gran empresa, cubrir un mes de sueldo de sus trabajadores no los va a quebrar.
Desde el anuncio de la cuarentena, las organizaciones empresariales están negociando fuertemente con el ejecutivo para no «paralizar» al país, por eso este día, no estoy seguro de la hora, será anunciada una nueva cadena nacional para lanzar «reformas al decreto», seguramente estas reformas serán una ampliación de las empresas que podrán laborar, tal parece que se pretende que las empresas trabajen siempre que aseguren no aglomerar personas, es decir que se mantenga distancia segura entre los colaboradores.
Probablemente se darán nuevas directrices de cuales empresas y cómo podrán los empleados circular para poder asistir al trabajo, bajo las nuevas disposiciones que la empresa privada ha negociado, lo que deja en entredicho el nivel de pánico al que el mismo presidente Nayib Bukele llevó a la población con sus famosas y polémicas «gráficas logarítmicas o apocalípticas como dice Oscar Picardo» y que terminó de adornar con la cereza en el pastel anunciando el inicio de la tercera guerra mundial.
Si se habla de contención total de la gente para evitar el crecimiento exponencial de las infecciones, sacar de nuevo a la población a las calles sería contradecirse a sí mismo, ya que aumentará ese riesgo al nivel que según dice, quiso evitar, pero sabe, por ser parte de ella, de que la empresa privada no puede dejar de ganar y mucho menos perder.
Lo que haría falta para volver a encerrar a la gente es anunciar nuevos casos «confirmados» y no dos sino unos cinco y luego duplicarlos por la tarde y al día siguiente otra vez el dóble.
Ahí si se le doblaría el brazo a la todopoderosa empresa privada de El Salvador.
Pero lo que veremos en esta nueva cadena nacional será lo contrario, más apertura a que la empresa privada siga trabajando in situ, aunque algunas puedan hacerlo a distancia, recordemos que no creen en el «Teletrabajo», necesitan ver a la gente calentando los asientos.
Veremos si en realidad Nayib mantiene lo que dijo en ese momento a los empresarios, cuando les pidió que pensaran en la gente más que en su dinero, pero eso es imposible, si ya lograron asegurar diez vidas en bienes, es inconcebible perder la oportunidad de asegurar diez mas.
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