Daniel Estulin: "Estamos a las puertas de un colapso económico mundial y del desmantelamiento del sistema capitalista"

Andrés Guerra
La Vanguardia
13 noviembre 2017

En su nuevo y ya controvertido libro, el excoronel de contrainteligencia rusa Daniel Estulin nos desvela un pulso a nivel global que puede terminar con mundo tal como lo conocemos

whitehouse

© Paul J. Richards / AFP

Daniel Estulin se hizo mundialmente famoso con su serie de libros sobre el Club Bilderberg. Gracias a él supimos que existe un poder en la sombra, más allá del control de los gobiernos, que mueve los hilos de la economía mundial para perpetuarse en el poder. Hasta ahora, el modelo implementado por David Rockefeller y Henry Kissinger que convirtió al capitalismo en un modelo extractivo voraz en busca del crecimiento infinito no encontraba oposición. Ya la tiene.
Y Donald Trump es la cara visible de un contrapoder tejido por los intereses comunes de otros gigantes: el Imperio Británico, Hong Kong, los Rothschild y la aristocracia europea son el soporte del actual presidente de EEUU. Y ambos modelos no pueden coexistir. Así lo explica Estulin (autor también de obras como Conspiración Octopus, Demontando Wikileaks y Fuera de Control ) en el trabajo que acaba de publicar, La trastienda de Trump (Planeta).Según él mismo asegura es la mejor de todas sus libros.
Todos los gobiernos de EEUU han intervenido en lugares lejanos (de Vietnam a Nicaragua o Afganistán) en función de su propio interés. ¿Con Donald Trump en la Casa Blanca estamos más cerca de un conflicto a escala global?
Lo dudo mucho. Trump es un 90% por ciento una reacción inevitable a la política exterior de Estados Unidos y, seguramente, también a la política interior, porque hoy en día la línea que separa ambas se ha desdibujado mucho. La soberanía nacional ha sido sustituida poco a poco por la soberanía empresarial. Nutridas inicialmente por el Estado, las principales empresas transnacionales, instituciones financieras globales y comunidades internacionales en línea se han vuelto lo suficientemente potentes como para reivindicar políticas independientes y, en algunos casos, dictar las necesidades y oportunidades de países enteros, incluido Estados Unidos. Estos actores, que no son Estados, son los que dan forma a la actual agenda global.
¿Quiénes en Washington temen que Trump pueda acercarse a Rusia y a China, los enemigos tradicionales de EEUU?
Cualquiera vinculado al modelo liberal/banquero/financista. Desde la crisis financiera de 2008, las élites de los círculos financieros se han limitado a seguir expandiendo su asalto salvaje contra los estándares de vida de su población y las leyes del progreso económico físico, mientras seguían enriqueciéndose. Su sistema financiero está condenado y podría explotar en cualquier momento, lo que desataría un caos social inimaginable en todo el mundo. La idea de que Donald Trump unirá Estados Unidos con Rusia, China y la India en un nuevo paradigma de desarrollo económico se observa por su parte, no sin acierto, como una amenaza mortal a su existencia.
Ni siquiera en el partido republicano el apoyo a Donald Trump es total, altísimos cargos del partido, como John McCain, han hablado mal de él. ¿Sería adecuado usar la metáfora que, para hacer frente a Clinton, algunos alimentasen demasiado a la bestia y se les fue de las manos?
Trump está luchando contra el Estado Profundo. Y el Estado Profundo no distingue entre los partidos: su modelo económico está basado en el crecimiento ilimitado en un planeta con recursos naturales limitados. Por eso, tanto los republicanos como McCain y expresidente Bush padre votaron en contra de Trump; ellos y los demócratas tienen a Trump como su enemigo. Es evidente que la única posibilidad que tienen los financieros de garantizar su propia supervivencia es controlar el sistema de la Reserva Federal desde la Casa Blanca. Es por eso entonces que los banqueros/financieros promocionan a determinadas personas (Hillary Clinton) para ocupar el cargo de presidente de Estados Unidos. De haber sido elegida Clinton presidente, les hubiera protegido del descalabro en marcha.
Ese Estado Profundo del que hablas, el Gobierno de la Empresa Mundial S. A. como también le llamas en otras ocasiones -del que Bilderberg y otros clubs privados serían la punta semivisible-, tiene hombres en todas partes. ¿Cómo no les fue posible truncar el ascenso de Trump hasta llegar a presidente?
Porque la gente detras de Donald Trump son infinitamente más poderosa que los que le apoyaron a Clinton. Trump vs Clinton era una batalla por la supervivencia de dos modelos económicos que no pueden coexistir. Es la lucha entre Clinton como la cara visible de un poder transnacional centrado en la figura de Rockefeller, banqueros transnacionales, Empresa Mundial S. A., es decir, poderes fácticos económicos con más poder que cualquier gobierno en la Tierra. A ellos se suman globalistas, Silicon Valley, Hollywood, la burocracia de Washington, Wall Street, las agencias de inteligencia y los medios de comunicación contra Donald Trump. Y a él lo respaldan los financieros no americanos centrados en la City de Londres, Singapur, Hong Kong (centro mundial de lavado de dinero procedente de las drogas y bajo la inteligencia y control británicos), los restos de la elite del Imperio Británico, los Rothschild y, finalmente, las elites europeas representadas por la vieja aristocracia continental de las Casas de Sajonia, Austro-Húngara y nobleza otomana, los Guelfos y la Nobleza Negra Veneciana.

Comentario: Sería interesante ver de dónde saca la idea el Sr Estulín de que son esos grupos los que respaldan a Trump. Por otro lado, el ascenso de Trump a la presidencia pudo ser simplemente producto del hartazgo de la población estadounidense con las mentiras de siempre, y Trump les pareció, aunque no perfecto, por lo menos más genuino, y sin duda el menor de los males.

El Gobierno Mundial S. A. debe ser en extremo tentador. ¿Cómo prevés que pueden estar tentando a Trump, un multimillonario que, tras entrar en el Despacho Oval, lo tiene todo?
El juego es mucho más grande que Gobierno Mundial. Se trata del salvar el mundo de una tercera guerra termonuclear. Si llegásemos a un desplome económico (y vamos a llegar si en menos de un año no encuentran modelo económico alternativo) empezará la guerra. El grupo alternativo (los aislacionistas que respaldaban a Trump) lo entienden y por eso ya en 2014 también empezaron a posicionarse para las siguientes elecciones generales de 2016 en Estados Unidos. ¿Por qué Trump? No es político, porque los políticos piensan ante todo en cómo evitar exponerse y, por ende, quedar vulnerables. Al contrario, Trump piensa en cómo obtener resultados. Por lo tanto, no se produjo una división entre partidos (Republicano vs Demócrata), como en 2014, sino en su propio seno: los republicanos ganaron porque el plan para poner en marcha la imprenta de dinero y así salvar el sistema financiero mundial se asoció a los demócratas, mientras que el plan para salvar la economía nacional se asoció a los republicanos. Los aislacionistas más destacados, es decir, los defensores de la economía nacional, fueron Rand Paul y Trump, del Partido Republicano, y Bernie Sanders, del Partido Demócrata. Por eso el presidente Obama, al principio, respaldaba firmemente a Sanders. La cronología de los hechos es fácil de seguir: el caso Strauss-Kahn tuvo lugar en 2011; el escándalo de Goldman Sachs ocurrió en 2013; Obama detuvo la impresión monetaria (expansión cuantitativa) en 2014, y en 2016 se produjo el brexit en el Reino Unido y la victoria de Trump en Estados Unidos.

Comentario: Una tercera guerra mundial es siempre una posibilidad, pero incluso con un desplome económico nos parece (esperamos que sea) poco probable.

En el libro usas conceptos durísimos contra los gobiernos occidentales y los despachos de Londres y Wall Street que tus lectores ya conocemos. Me refiero a las acusaciones de ser aliados de los cárteles de la droga y de los traficantes de armas. ¿Cómo puede interferir la llegada de Trump en este lucrativo tinglado internacional?
La droga es el lubricante de la economía mundial que mueve 950 mil millones de dólares al año en efectivo. La mejor manera de quitarle el poder al Estado Profundo detrás del negocio de la droga es eliminar los agentes que mueven este mercado, sobre todo, la CIA. Asi que, con Trump, estamos viendo al realineamiento de una parte de las finanzas privatizadas con el ejército y la inteligencia militar. La Oficina de Inteligencia Naval, la Agencia de Inteligencia de la Defensa, la Oficina Nacional de Reconocimiento, la Agencia de Seguridad Nacional, etc, todas se están alineando con Trump. Lo que están haciendo es dejar a la CIA a la intemperie. Si tienes a esas agencias, ¿para qué necesitas a la CIA? Lo único que hace la CIA y que tú podrías necesitar está relacionado con el tráfico de drogas y las operaciones encubiertas. Excepto que las otras agencias de Inteligencia son igual de capaces de llevar a cabo ese tipo de operaciones. En otras palabras, parece que estamos asistiendo a un caso clásico de aislamiento. No van a quitarse de encima a la CIA; solo van a convertirla en irrelevante. Gradualmente, con el tiempo, el presupuesto se hundirá y los recursos financieros de seguridad nacional se irán a las otras agencias. Si esta lectura es correcta, y tenemos que asumir que lo es, entonces sospecho que en algún momento de su primer o segundo mandato, si Trump es reelegido, asistiremos a una gran reestructuración de toda la Inteligencia de Estados Unidos.

Comentario: Es un escenario interesante e incluso optimista, pero una vez más nos preguntamos ¿cómo lo sabe Estulín? Según vemos la cuestión, la CIA está lejos de ser convertida en irrelevante, y el Estado Profundo del que habla Estulín parece haberle ganado la partida a Trump.

Lo más interesante de tus libros es que desvelas organismos, grupos e intereses que los ciudadanos no conocían. Afirmas que Trump tiene intereses con la mafia rusoisraelí. ¿Quién es lo que algunos llaman la ‘kosher nostra roja’?
Son multimillonarios oligarcas de la antigua Unión Soviética, todos judíos, o al menos eso dicen, que están relacionados con las actividades comerciales tanto de la Trump Organization como de las empresas Kushner. Las empresas de medios de comunicación occidentales han estado explicando mal este importante dato y han inventado frases arrojadizas para distraer la atención, como piratas informáticos rusos, agentes de Putin, guerra informática rusa y otros términos peyorativos para Rusia. En ninguna parte de la escandalosa propaganda sobre las conexiones criminales de Trump se ha oído decir: rusoisraelí, ucranianoisraelí, uzbekoisraelí, baskiroisraelí, kazajoisraelí o kirguizoisraelí y, en cambio, son gángsteres multimillonarios y magnates procedentes de las repúblicas de la antigua Unión Soviética quienes dominan los imperios de empresas de Donald Trump y su yerno Jared Kushner. Que los medios de comunicación no sean capaces de mencionar que la mafia de Europa del Este conectada con Trump/Kushner es judía resulta tan hipócrita como que estos mismos medios no reconocieran que los cárteles de la droga de Sinaloa y Los Zetas son mexicanos; la Cosa Nostra, la Camorra y la ‘Ndrangheta, italianas; la Yakuza, japonesa, y las bandas de los Crisps y los Bloods, afroamericanas. 

Comentario: Es cierto que Trump tiene una posición demasiado favorable a Israel, que lo han respaldado multimillonarios judíos y que las historias de los hackers rusos son inventadas. Pero es la primera vez que escuchamos hablar de mafia israelí.

El futuro global que prevés es el colapso económico total. ¿Podrías explicar brevemente cuándo ocurrirá y por dónde comenzará?
Hay dos escenarios. Con Clinton hubiésemos tenido otros seis u ocho meses de expansión cuantitativa con emisión de cantidades ilimitadas de efectivo. Durante ese periodo, los precios del petróleo y los mercados hubieran ido al alza y finalmente, en ocho meses, ese dinero habría vuelto al mercado estadounidense. Eso hubiera provocado una elevadísima inflación (por encima de la actual tasa de inflación estratosférica) que hubiera hecho estallar todas las burbujas de los mercados financieros (bonos, derivados, valores, bienes raíces, etc). El resultado final, el colapso económico, es el mismo con Clinton y con Trump. Estamos a las puertas de un colapso económico mundial y del desmantelamiento del sistema capitalista. La única diferencia es que Clinton nos habría llevado a una guerra mundial, lo que probablemente habría significado el fin de la humanidad tal como la conocemos. ¿Acaso es la guerra una forma de condonar la deuda? Pues no. Con la guerra anulas la responsabilidad, pero el resultado final es el mismo; el planeta Tierra, tal como lo conocemos, deja de existir.
Entonces, vienes a decir que Hillary Clinton hubiese desatado el infierno. ¿Qué ocurrirá con Trump?
Donald Trump representa otro escenario, que fue testigo de cómo Obama ponía la imprenta en modo inactivo en 2014. Trump antepone los intereses nacionales de EEUU, centrándose en mejorar la economía y en deshacerse de la ingente deuda. Así que ¿cómo se hará cargo Trump de la deuda? La teoría es muy simple: aumentando el coste de los préstamos y cancelándolos en el marco de un proceso de quiebra, ya que será imposible hacer frente a la deuda que se va acumulando. En ese momento, la economía estadounidense empezará a respirar. Sin embargo, eso comportará la caída de los bancos que incluyen esa deuda en sus balances como principales activos. Dicho de otro modo, los planes de Trump suponen un intento de salvar la economía estadounidense a expensas de los bancos y del propio sistema financiero. Mientras que Clinton hubiera tratado de rescatar a los bancos a expensas de la economía estadounidense y de un empobrecimiento cada vez mayor de sus ciudadanos. Así que sería ingenuo pensar que pueden llegar a un consenso. Los planes de Trump y Clinton (mejor dicho, de las fuerzas a sus espaldas) son incompatibles. Además, si Trump sigue adelante con sus planes, acabará con las élites que apoyan a Clinton (Wall Street, los fondos de cobertura, los intereses financieros especulativos). Seguirán vivos -admito que pueden pasar muchas cosas- pero perderán los recursos que solían tener. Los planes de Clinton pondrían en peligro al sector real de la economía estadounidense que llevó a Trump al poder. Al igual que en la película Los inmortales, solo sobrevivirá uno.
Hace un par de días leía en prensa que la UE alerta de que Rusia está lanzando propaganda en Cataluña con el fin de debilitar al Estado español y así, en suma, a la UE. Si alguien sabe qué hay de cierto en eso es un excoronel de contraespionaje ruso, es decir, Daniel Estulin. ¿Lo hay?
Llevamos un año en EEUU con miles de comités del Congreso y los medios de masa investigando la supuesta injerencia rusa. Resultado: un dossier de Steele totalmente desacreditado. Y hace dos días, Bill Binney, uno de los más legendarios agentes de la NSA y creador de sus programas más sofisticadas diciendo públicamente que el hackeo era interno y que los rusos no tenían nada que ver. Aun así, las fuerzas liberal/banquero/financista están jugando su supervivencia y no tendrán ningún problema morir matando, es decir llevar el mundo a la destrucción vía tercera guerra termonuclear.

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