Cómo debemos vivir en nuestra sociedad

El sentido que uno adquiere en las dificultades es parte de un aprendizaje feroz por la vida, sino entendemos esto nunca hemos de acabar con tanto sufrimiento, sino es con la muerte.

Entonces, ¿De qué sirve? No habremos aprendido nada.

La constancia en el diario vivir es lo que hace que la vida tenga sentido. Si hay alguna forma de que esto no acabe es por el acatarse a las reglas engañosas del juego de la sociedad y su consecuencia: la adaptación. Si no se es tan vigoroso como individuo, es decir de tener un impulso y canalizarlo por medio de la cultura de manera adecuada. Este ámbito de canalización de las fuerzas vitales es el ámbito de la vida, esto es algo que de alguna manera tiene una consideración práctica.

Las acciones humanas están tan ligadas a ámbitos utópicos del Ser en su mas incognoscible creencia. Lo cual supone que todo ha de dar frutos por la lucha sin tregua contra las pasiones desde las mas antojadizas a las mas serias.

Ello es cuestión de conocimiento y auto conocimiento, en la vida uno se encuentra con tantas dificultades, las cuales hacen que racionalicemos el dolor (en algunos casos) que lo sintamos como algo propio, como algo que es la constutividad misma del ser vital.

Esta inteligencia vital no se da en todos los individuos, esto viene mas bien de una especie de autoposesión intrínseca a la vida mental. Esto tiende a una adaptación de una manera precisa a las situaciones en las que nos vamos encontrando.

Por eso mismo es que las sociedades se rigen por normas que algunas se diluyen en un comportamiento ineficaz el aprehender es algo propio de los seres humanos, no así de los animales, los cuales estamos siempre pendientes de las correcciones que nos infringe la sociedad, aún cuando esta se comporte injustamente con el individuo.

El crecimiento mismo de la persona es algo que va en pos del conocimiento de la realidad y de los sentimientos y afecciones y esto hace que se entre en la conciencia de una manera precisa, es decir en la Historia.

Casi siempre concordamos en que la sociedad nos pide, esto no significa que debamos abandonarnos a ella, ya que esta es fiel en el castigar (Focault) y si de algo hemos de estar seguro este ha de ser implacable.

Es la eterna lucha por la socialización (Durkheim) algo que nos lleva a la injusticia de que no todos pensamos igual, que el ser humano es un microcosmos.

De alguna manera esta socialización nos entra. Pero a veces esta contra las mas elementales reglas de convivencia. El futuro y la fe en el es el que muchas veces nos hace sostenernos por medio de la espera o esperanza, o lo que antes habíamos llamado la utopía.

Todo ser humano anhela mejorar, este es capaz de soñar y no dejarse llevar por la marejada estúpida con la que nos atiborra la sociedad consumista de masas.

En un país como el nuestro donde existe tanta pobreza, el calamitoso fango del dejarse llevar acaba por destruirnos sistemáticamente. SI logramos una sociedad mas justa ojala sea por el cambio desde las raíces del sistema mismo que nos somete.

La estupidez y las condiciones de vida deplorables son el combustible de esta sociedad injusta. Solo actuando de una manera en que la consecuencia de nuestros actos contra la realidad impuesta lograremos salir adelante de este orden económico-social mundial injusto.

Esto no se puede hacer si no hacemos un esfuerzo personal y colectivo. De nada sirve que los políticos y analistas hablen tanto si no logramos que se viabilice todo ese esfuerzo mediante un disciplinamiento social.

En este país tenemos el defecto que cada quien hala agua para su propio molino, donde todo mundo hace lo que quiere sin respetar a los demás.

La historia misma ira desvaneciendo esas costumbres atávicas, y de esa forma constituirse en una sociedad mas educada, desarrollada moderna. Es cuestión de dirigir bien el manejo del Estado y la economía con políticas públicas adecuadas para salir de este estado semi-salvaje, con un caos y relajo que parece gustarnos.

Esto ahuyenta la capacidad espiritual y solidaria para ganarnos el sustento de manera honrada y honorable, estamos tan acostumbrados a la matonería, a insultar, a la violencia y a andar a la defensiva que todas las ciudades de nuestro tercermundista país viven en una situación calamitosa de subdesarrollo.

Hay que reflexionar, ya llevamos bastante tiempo de historia como naciones en nuestro país y en la región y no le hacemos frente a las tareas mas urgentes, no es posible que un grupito de oligarcas nos mantenga siempre sometidos.

No logramos desarrollarnos y hacer estas sociedades mas justas y equitativas, pero sobre todo nos estamos convirtiendo en un país invivible.

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