¡Ajá! Cipotes y cipotas locas…
¿Ya comieron las primeras aceitunas para después andar con los dientes morados?
¿Ya pusieron la cruz en el patio de la casa para que el cachudo se… espante?, a mi es la paterna la que más me encanta en este día y cuando fui niña siempre pensaba que las paternas parecían monjitas con corbata roja…
Para esta fecha un sin fin de bichos y bichas del vecindario se arrejuntaban en el gran patrio de mi casa, allá en el barrio La Merced de San Miguel en gran algarabía para la celebración.
El ritual de los cipotes en la casa era que un día antes, nos poníamos a bajar el montón de frutas porque mi casa parecía finca, habían palos de guayaba, de mango mechudo, de coco, de jocotes tronadores, de naranjas, de papaya, de caimitos, de nísperos, de papaturro, de marañón, de anonas y de almendras, en realidad parecía finca el gran patio de la casa y como mi mama nos ponía a regar todos los días y nosotros por estar en la jodarria, siempre decíamos que si, para tirarnos las grandes huacaladas de agua encima y a la vez regar los arboles, así que casi siempre y mi papa rapidito a levantarla, pero la jodida, solo se sacudió y dijo:
«Que fue lo que me cayó encima? y todos comenzaron a reír y yo super asustada le decía: «Estas viva Pruden, Estas viva Pruden»…
Y mi papa le decía: «Prudencia, es que no fuiste prudente». Por suerte yo en esa época era como un chirivisco de delgadita, no pesaba casi nada y más me dolían los huesos a mí, que a Prudencia el haberme recibido en la caída olímpica que me di sobre su cuerpo.
Son tantos los gratos recuerdos de esas fechas y época que recuerdo tanto las veces que me encaramaba en los palos de Jocote, de Mango, de Papaturro, de Paterna, etc., etc., porque como ya se los dije, nuestra casa parecía finca, había de todo, tanto que cuando no me gustaba la comida, no me afligía, solo me subía al palo de almendras o guayabas, o naranjas y me ponía a comer arriba de los palos y mi mama se ponía a gritarme: «Cipota chiliyuda bajáte diay que te vas a “quer”, ya pareces gallina allí arriba» y mi papa le decia: «Dejala vos, eso quiere decir que no le gusto la comida» y mi mama le contestaba: «Y vos que tanto amolas». ahi nomas
Así que volviendo al tres de Mayo Día de la Cruz, mi papa ante el ritual de la cruz, siempre pedía que ojala lloviera para que las cosechas fueran buenas y yo decía que ojala lloviera para hacer los barquitos de papel y tirarlos en la cuneta y ponernos a correr a la par de los barquitos y ver como se los tragaba el tragante.
¡Púchica!, el tres de mayo me llena de nostalgia de infancia…Poníamos una Cruz súper grande en medio del gran patio de la casa y le poníamos de todo lo que cayera y nos gustaba enojar a la Tía Lucila, porque a ella no le gustaba que robáramos la frutas antes de todo el ritual y nos decía: «Hay que persignarse antes de agarrar una fruta cipotes malcriados!», y yo con mis dedos sin estilo que parecen dedos de garrobo, como me decía mi mama, me persignaba y quería abarcar de un solo todas las frutas agarrando nada más que una aceituna. ¡Ja ja ja ja!
Lo único que no teníamos en el gran patio de la casa era palos de coyol…Mi mama se iba al mercado a comprar los coyoles y así festejábamos ese gran día, esa gran celebración ancestral que yo misma ignoro sus verdaderos orígenes pero que siempre me encanto y son de las fechas que en este exilio de mierda, extraño tanto…
Aunque para ser realista…Así como ésta la realidad nacional en mi país El Salvador, allí mismo la celebración del 3 de mayo, se volvió todo un comercio, tanto que en vez de mangos a la cruz se le ponen manzana y uvas…
Mayor descaro que para nuestra dignidad ancestral es un insulto.
Vaya queridos amigos y amigas, ya les conté algo propio de las vivencias de un día tan lleno de historia indígena que muchos por no decir casi todos desconocemos: El verdadero origen, las raíces del 3 de mayo. Yo sigo en la ignorancia de esas raíces…
Lo mío fue vivencias, recuerdos del ritual del 3 de Mayo Día de la Cruz…El día en el que también se espantaba al cachudo para que no siguiera haciendo sus males. Con verdadera alegría, les comento la mariposita que les quiere mucho.
Nunca más he sabido de mis amigas de la barriada en esa época, ni de Mirian enchiladas, ni de Mila la tortillera, ni de Prudencia la chiquita, ni de Nena la bella, ni de Telma la seria, ni de Sonia la Negra…Todavía las ando buscando y ojala un día las encuentre para que grafiquemos esos años tan lindos cuando todavía la vida tenía un valor…Hablo de la época de mis 16 años para abajo y hoy tengo 54…
Es decir un pijo de años atrás.
4 comments for “3 de Mayo. ¿Van a decir que no se acuerdan?”