Recuerdo que en octubre del año 2006 se daba mucha publicidad al diferendo limítrofe por la isla conejo cuando estaban como presidentes de El Salvador y Honduras, Tony Saca y Manuel Zelaya, nosotros seguimos los acontecimiento pero desde ese momento dejamos en claro nuestra posición al respecto como una burla a nuestra inteligencia.
Incluimos luego un par de bromas sobre el mismo tema, una de las cuales era una propuesta para la revista Playboy y la otra una noticia del servicio de espionaje del H.I.P.T.
Lo cierto es que la Isla conejo sigue siendo un peñón de tierra en disputa con una importancia para algunos salvadoreños y hondureños, similar a las Malvinas para Argentinos e Ingleses, a las islas Senkaky/Diaoyo para Japón y China o la isla Calero, en el delta del río San Juan para Costa Rica y Nicaragua o el islote de Mbañe, para Francia y Guinea Ecuatorial, pedazos de tierra aparentemente sin valor más que su posición estratégica geopolíticamente o como entrada a recursos naturales.
Se dice que en los primeros años del conflicto civil salvadoreño la bendita isla estaba olvidada por Dios y por el hombre, pero que fueron los militares salvadoreños destacados en el departamento de La Unión, quienes pidieron la ayuda al ejército Hondureño para que “Vigilaran” nuestras costas a fin de evitar que los guerrilleros salvadoreños pudieran llevar armas y pertrechos de guerra desde la entonces sandinista Nicaragua, Nicaragüita…
Desde entonces unos cuantos soldados hondureño se turnan para “vigilar y cuidar” el pequeño territorio, en donde como muestra de lo macho que es el pueblo Catracho, han construido un helipuerto e izan el pabellón Hondureño cada cierto tiempo en un actito oficial que es transmitido y magnificado por los medios que curiosamente siempre han sido proclives al escándalo limítrofe.
A estas alturas ninguno de nuestros flamantes militares, se hace cargo de “haber dado ese permiso”, así como nadie se hace cargo de las barbaridades que ocurrieron durante el conflicto civil salvadoreño.
Da la casualidad que cuando Mel Zelaya lo hizo, el presidente de El Salvador era Tony Saca, siendo una provocación de un presidente de izquierda seguidor de las doctrinas Chavistas a uno de derecha neoliberal y amigo de las libertades y hoy que nuevamente se dan estos sucesos de disputa territorial, el presidente Hondureño es Juan Orlando Hernández, un hombre de extrema derecha enemigo de los comunistas quien hace gala de machito frente a “Leonel”…digo Salvador Sánchez Cerén un referente de la izquierda latinoamericana que funge como presidente de El Salvador, siendo nuevamente “una provocación” pero esta vez de derecha a izquierda.
Quizá para terminar el estúpido e inútil conflicto, dejando intacto el honor de ambas naciones lo mejor sería que un buen terremoto real o “creado” hundiera de una vez por todas el maldito peñón mandándolo al fondo del mar y así se acabaría tanta jodedera.
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