Esta vez la borrachera de fin de año se convirtió en … (hic)… «zumba» de cuatro días, el Honorable H.I.P.T. terminó con una goma de esas que inspiran canciones como aquella entrañable composición de Antonio Aguilar que comenzaba más o menos así:
«Hoy les voy a describir
Antes de poder morir
A los que quieran oir
Que espantosa es una cruda…»
O aquella otra alegre canción de Armando Hernandez que todos bailamos alguna vez:
«Este guayabo que tengo no lo aguanto
y yo no vuelvo a tomarme un traguito (BIS)
Sera que ya estoy viejito y no puedo tomar tanto(BIS otra vez) …»
(Hic)… pero es que el ambientazo se puso muy bueno pasados los abrazos y la cada vez mas leve tronazón de cuetes al terminar un 2017 que con más pena que gloria se paseó por nuestras y en nuestras vidas.
Así que las profecías 2018 se han retrasado un poco por razones obvias, y será hasta que los honorables miembros del Hunnapuh’s Investigatorum Perseculorum Tremens salgan de las unidades de cuidados intensivos de los diversos hospitales del país.
(MArjuna, ya había programado sus publicaciones no crean que se libró de la cruda, aquí lo tengo de compañero de cuarto de hospital con un litrón de suero bajándole directo a la vena, luego de estar amarrado con Delirium Tremens…)
Hasta entonces.