Por: Francisco Quintanilla
Tres fueron las frases más destacadas por el presidente electo de El Salvador, cuando anduvo en la campaña proselitista: a) Cuando nadie roba, el dinero alcanza, b) Devuelvan lo robado, y c) Por los frutos los conoceréis.
A partir, de las tres frases, que fueron las columnas de la campaña proselitista del Nayib Bukele, se valora a continuación parte de discurso dado por el presidente electo de El Salvador, en EEUU, específicamente en la Fundación Heritage.
Pero, antes hay que señalar, que dicha fundación, su naturaleza esencial, es promover y respaldar las acciones intervencionistas de los gobiernos estadounidenses en los países latinoamericanos que intentan liberarse del dominio estadounidense, que intentan recuperar su soberanía, es decir, la capacidad de construir su propio destino, no alineándose a ningún imperio capitalista o socialista.
Las intervenciones que EEUU ha hecho a lo largo de su dominio para el caso en América Latina, desde la década de los setenta del siglo recién pasado, han sido fortalecidas y ´potenciadas por la Fundación Heritage, bajo el manto sagrado de considerarse el imperio estadounidense como el Big Brother, y que está llamado a proteger a los hermanos menores que corren el riesgo de ser envenenados por las ideas y por los ideales socialistas.
No es casualidad que el año en que fue creada la Fundación Heritage en 1973, en este mismo año el gobierno de turno estadounidense (Richard Nixon), impulsó y participó en el derrocamiento del presidente de Chile, Salvador Allende, como lo planteó en su momento el máximo exponente de la revolución cubana, Fidel Castro.
Desde su creación, esta fundación estadounidense, se convirtió en parte activa de la política exterior intervencionista de los Estados Unidos en América Latina.
Pues, ante esta institución, es que el presidente electo de El Salvador, dicto su discurso, cuya finalidad según el Diario La Página, era lograr el apoyo de grupos conservadores a su gestión.
Bukele, en el período proselitista, con frecuencia mencionaba que de ganar las elecciones presidenciales a diferencia de los gobernantes presidenciales de ARENA y del FMLN, haría bien las cosas, explicando su horizonte a partir de un par de versículos bíblicos de alta profundidad y compromiso no sólo en términos teológicos, sino que también humanos. Él dijo en varias entrevistas y en varios discursos que pronuncio ante la multitud de hombres y mujeres, niños y niñas, que “No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos”, “Por los frutos los conoceréis”, que es parte del libro Mateo 7: 15-20. Lo que nunca aclaró, el hasta entonces candidato presidencial, ¿Bueno y malo para quién o quiénes?
Como ya se dijo, lo primero que hizo, Bukele como presidente electo de El Salvador en su gira por Estados Unidos, es la presentación de las líneas que guiaran su plan de gobierno y su gobierno en materia de política exterior, y lo hizo nada más y nada menos que ante la Fundación Heritage, experta en impulsar, potenciar y acompañar las acciones intervencionistas de los gobiernos estadounidenses sobre todo en países de Latinoamérica que han intentado o continúen intentado luchar por su libertad y por su liberación del dominio de cualquier imperio. Y si, de alguna manera sería “válido”, lo que dijo Bukele, que en Venezuela y en Nicaragua hay gobiernos totalitarios y que son violadores de los derechos humanos, con mayor razón, tenía Bukele que aceptar, que los máximos violadores de los derechos de todos los seres humanos en este planeta en general y en particular de los países latinoamericanos, son y han sido los gobiernos estadounidenses, desconocer esto, es darle la espalda a la historia mundial y latinoamericana, basta conocer y recordar que pasó con el gobierno de Salvador Allende en Chile en 1973, o qué pasó con la intervención de Estados Unidos en muchos países latinoamericanos y en particular en El Salvador en las décadas de los 70 y 80 del siglo XX, o el comportamiento trinquetero del gobierno estadounidense de turno en la forma como le robaron vastos territorios a México, o como lograron que la provincia de Panamá (hoy república de Panamá) se separa de Colombia todo con el propósito de que les permitieran construir el canal de Panamá, esto ya lo habían intentado en Nicaragua, o los múltiples intentos de derrocar a Fidel Castro y a Hugo Chávez, etc.
Todo este comportamiento de los gobiernos estadounidenses y de lo que los Estados Unidos son, se puede caracterizar con palabras del gran escritor uruguayo, Eduardo Galeano en su excelsa obra, “Las venas abiertas de América Latina”, cuando se refiere a los países europeos, afirmación que es válida para el país estadounidense: Los países europeos son lo que son porque los países latinoamericanos somos lo que somos, es decir, que el enriquecimiento europeo ha sido y continua siendo a costa del empobrecimiento de los países de Latinoamérica y de otros países empobrecidos del mundo, de igual forma el enriquecimiento de los Estados Unidos, ha sido a costa no sólo del empobrecimiento de los países latinoamericanos sino que también a costa del empobrecimiento de muchos países del mudo.
El comportamiento del presidente electo en y ante Fundación Heritage, fue como el del personaje central en la obra literaria de Goethe, el Fausto ante Mefistófeles, es decir, ante el demonio, ante el diablo. Donde Mefistófeles hará todo lo que Fausto quiera mientras esté en la tierra, y a cambio Fausto servirá a Mefistófeles de por vida. En otras palabras, Bukele fue a dar su discurso en la misma caldera del demonio, para hacer un pacto con él, que le ayude a “sacar” al pueblo de El Salvador del infierno donde se encuentra.
Le pidió contradictoriamente al demonio, al amó del infierno, que le ayude a sacar al pueblo salvadoreño del infierno donde se encuentra, es decir, que lo saque, para meterlo en otro infierno o en una profundidad mayor del infierno donde se encuentra, para lo cual, como Bukele dijo, no se vale sólo pedir, es necesario también dar algo a cambio. ¿Qué ofreció dar a cambio al demonio mismo?: Por supuesto, ofreció dar más que Fausto, ofreció no sólo su alma, sino que también el alma del pueblo salvadoreño y la imposibilidad de construir algún día su propio camino con mayores dosis de libertad y de autodeterminación, se le fue a arrodillar al dios de las tinieblas.
Bukele, en este sentido es un árbol, que al desperdigar por el viento sus semillas y caer en el suelo cuscatleco, los ha abonado con las aspiraciones diabólicas del neoliberalismo. En este sentido, un árbol que en sus entrañas fluye la sabia neoliberal, no puede dar frutos llenos de amor y de solidaridad por los pobres y por los más pobres de este país y del mundo entero, sino que dará frutos cuyo sabor y olor, estarán teñidos de egoísmo caníbal, de la envidia, que busca nada más beneficiar a unos pocos en contra del sufrimiento y empobrecimiento progresivo de la inmensa mayoría de este país.
En virtud de lo anterior, se subraya de nuevo, un mal árbol no puede dar buenos frutos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego, así por sus frutos los conoceréis. (Mateo 7:18- 20).
El versículo bíblico, preciosamente escrito y expresado de que por los frutos los conoceréis, está muy vinculado, con un conocido refrán: árbol que nace torcido, jamás su troco endereza. Ese árbol, antes de iniciar oficialmente su gobierno presidencial, fue a mostrar ante esta fundación, cuan torcido está y cuyas raíces llegan hasta el paraíso de Adán y Eva.
Por su puesto, para lograr capturar, de que el presidente electo, es un árbol neoliberal, que, por su propia naturaleza, desde su nacimiento, se torció, es necesario como lo sostuve en otra reflexión, que el pueblo se comporte como colectivo y no como masa, como sujeto histórico con conciencia crítica y creativa y no como objeto sin conciencia, rendido a los pies de su ídolo.
Tomando la palabra del presidente electo, que quería que el pueblo le señalara cuando se equivocara, pues ya cometió la primera gran equivocación, que no es cualquier equivocación, sino que es una equivocación de enormes magnitudes, que es su base y a la vez su horizonte: irle a pedir ayuda a la máxima expresión del neoliberalismo, cuando es este modelo y quienes lo han impulsado y patrocinado, los responsables mayores en este mundo de que centenas de millones de hombres y mujeres, de niños y niñas vivan en condiciones infrahumanas, sin derecho a una alimentación, a una salud, a una educación y a un trabajo dignos, condenados a morir rápidamente o a pausas, y a gran escala.
Otra de las afirmaciones del presidente electo ante la fundación ya mencionada, es que se compromete a que, además de detener la migración, existirá un compromiso para erradicar el tráfico de drogas y de armas de El Salvador hacia Estados Unidos, para lo que poseen un plan. Ante esto surge una pregunta ¿Si el presidente electo tiene conciencia de lo que dijo con este discurso?, porque como la realidad histórica muestra y demuestra que el tráfico de armas por ejemplo jamás ha sido de un país que además de pobre no producen armas hacia un país que aparte, de inmensamente rico invierte o malgasta anualmente miles de miles de millones de dólares en la fabricación de armas cada vez más sofisticadas y cada vez más destructivas y aniquiladoras de la vida humana.
En El Salvador, lo más, que grupos que se mueven al margen de la ley, fabrican, son armas hechizas, ante esto surge la pregunta ¿para qué, grupos que se mueven al margen de la ley en Estados Unidos van a comprarle armas hechizas a grupos en El Salvador, si en su país pueden acceder incluso legalmente a armas más sofisticadas y no digamos ilegalmente? Noam Chomsky analista político de los más reconocidos a nivel mundial, con frecuencia en sus artículos y en libros tales como “Quién domina el mundo? o “Hegemonía o Supervivencia”, señala, que Estados Unidos es el país que posee la maquinaria armamentista más pesada en el mundo, ningún país se le equipara, y que el tráfico de armas legal e ilegal que los gobiernos estadounidenses realizan hacia muchos países de diferentes continentes, les genera a empresas de armas estadounidenses ganancias archimillonarias por contraposición de centenas de millones de personas que han sido asesinadas con esas armas, basta con recordar las dos bombas atómicas que fueron a tirar en dos ciudades de Japón en la segunda guerra mundial o las miles de miles bombas lanzadas en varios países del medio oriente, asesinando a centenas de miles de personas. Se sabe además, por la extinta guerrilla de El Salvador, que la mayor cantidad de armas que ingresaron a este país durante la guerra civil de los años ochenta, para ambos bandos, venían de Estados Unidos.
Algo similar ocurre con el tráfico de drogas, El Salvador en su esencia, no es un país donde se produzca a gran escala drogas ni de la calidad que el pueblo estadounidense necesita para vender y para consumir internamente como para venderla a otros países. A nivel mundial, se sabe que Estados Unidos es el país y el pueblo considerado el máximo importador y exportador de drogas, y El Salvador sólo es parte de un puente por donde pasan por toneladas la droga que se producen en otros países.
Entonces, tanto en el caso del tráfico de armas y de drogas que dijo el presidente electo que iba erradicar de El Salvador hacia Estados Unidos, es una enorme falacia, una enorme ofensa a la inteligencia salvadoreña y latinoamericana, pero para captar que esta es una ofensa, el pueblo tiene que comportarse como dije anteriormente, como un ente crítico, espulgador, de lo que diga y haga el presidente electo y demás funcionarios públicos, sin fanatismo, con la mayor objetividad posible.
En el caso de detener la emigración de salvadoreños(as) hacia Estados Unidos, sólo en este aspecto, tiene el presidente electo una pequeñísima porción de verdad, pero también, aun en este aspecto, tiene en lo que afirma, mucha dosis de mentira.
De verdad, porque existen causas internas estructurales e históricas que han generado que miles de miles de personas se vean obligadas a emigrar a varios países, sobre todo hacia los Estados Unidos. Estas causas no son, si no la expresión condesada de la injusticia social, donde unos pocos se han hecho muy ricos a costa de empobrecimiento de muchísimos en este país. Causas que habría que hacer un sobre esfuerzo humano para poder superarlas en forma progresiva si se quiere detener realmente la emigración, sin embargo, esta superación no puede impulsarla alguien que es proclive al neoliberalismo, ya que como se dijo anteriormente, el neoliberalismo por su naturaleza, produce la riqueza de unos pocos a costa del empobrecimiento y la eliminación de centenas de millones de personas en todo este mundo.
La buena dosis de mentira que tiene esta afirmación de erradicar la emigración, es que por una parte, el presidente electo obvia que las causas estructurales que la generan, no sólo son internas a un determinado país, si no que en un mundo globalizado como el actual, las causas trascienden a las fronteras de un determinado país, y se encuentran dichas causas también a nivel de la estructura neoliberal mundial, donde de nuevo unos cuantos son los dueños de la mayor cantidad de riqueza mundial a costa de empobrecimiento de centenas de millones de hombres y mujeres , de niños y niñas que viven muy por debajo del umbral mínimo que todo ser humano necesita para vivir dignamente, obligados a morir a pausas, y por otra parte, también obvia que la migración ha sido un fenómeno como el de la natalidad, que se ha promovido, cuando a los dueños de los medios de producción a nivel nacional y mundial les interesa tener una mano de obra a gran escala y barata, y que luego hacen todo lo necesario para detenerla, cuando ya no necesitan dicha mano de obra.
Este es el juego del capitalismo y de los grandes capitalistas sobre todo en su expresión neoliberal. Además, el presidente electo, oculta, que este mundo se ha forjado históricamente por medio del fenómeno de la migración, este ha sido un mundo de migrantes, desnaturalizada, por medio de la creación de fronteras, y como lo dijo recientemente el Papa Francisco, en alusión principalmente a Trump, presidente de los EEUU: Al que crea muros se está encarcelando así mismo y a su pueblo, Jesús Cristo mismo fue migrante.
Todo este escenario que de alguna manera describió el presidente electo con su discurso, expresa o refleja en forma anticipada, en gran medida, el tipo de árbol que es, pero también refleja a nivel nacional, que es muy probable, que la expresión devuelvan lo robado, sólo es y fue una frase vacía, que sirvió nada más para que buena parte del pueblo salvadoreño vaciara o canalizara su descontento con todos los gobiernos de ARENA y del FMLN y contra muchos miembros de sus gabinetes, que robaron a granel de las arcas del Estado miles de millones de dólares, traduciéndose dicho descontento popular en los votos que llevaron a Nayib Bukele a la silla presidencial, pero al final, todo va indicando, que nadie de los grandes tiburones devolverá lo robado, queda entonces, nada más, que en el gobierno de Bukele nadie robe, para que el dinero alcance para hacer unas cuantas obras, sin tocar, la esencia del neoliberalismo.
Somnoliento, buena parte del pueblo salvadoreño, no se percatará, por ejemplo, que así como Bukele, dijo que su propaganda proselitista se orientó a poner al descubierto que ARENA y FMLN, son la misma cosa, ahora después de las elecciones, los dirigentes de estos dos partidos, han hecho que el presidente electo, caiga en la trampa, quedando al descubierto, que es una persona arrogante a la enésima potencia, que no admitirá ninguna sugerencia de parte del pueblo, y que lo que le gusta es siempre ganar protagonismo, para ser visto como el tipo de la película, y que no le importa perder el tiempo, con tal que su ego salga cada vez más fortalecido, tal como lo está mostrando, en la telenovela del traspaso de mando presidencial, o como lo mostro en el caso de Eugenio Chicas, con los cincuenta mil dólares en la mano puestos con arrogancia sobre una mesa.
La gente, no se ha percatado, que mientras se desarrolla la trama de esta telenovela, el pueblo salvadoreño, sigue padeciendo de graves problemas, donde el presidente electo debería concentrar su preocupación y no a dónde va a ser la toma de la presidencia de la república salvadoreña.
En esa misma telenovela, ha dicho el protagonista principal, y quienes lo defienden, que desde este acto, el traspaso de mando, el presidente electo mostrará que es un presidente además de capaz, correcto, ya que no ha invitado ni a los presidentes de Venezuela y Nicaragua ni al presidente de Honduras, demostrando con esto que es parejo con estos gobiernos de izquierda y de derecha, ya que los considera como gobiernos totalitarios. Obvia, el presidente electo, que el gobierno de Estados Unidos, le dio el aval a Juan Orlando Hernández, para que fuera reconocido como el presidente legal y legítimo de Honduras. Entonces, si fuera parejo y correcto, no debería invitar tampoco al gobierno de Estados Unidos que fue cómplice, de tal reconocimiento, dándole la espalda a lo que el pueblo hondureño había dicho en las urnas el 26 de noviembre de 2017, y a lo que dijeron la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), y los observadores de la Unión Europea, de que Juan Orlando Hernández hizo fraude y que quien había ganado dichas elecciones fue Salvador Nasralla.
Si, Nicaragua, Honduras y Venezuela fueran potencias altamente desarrollas en todo sentido, y de las cuales dependieran el desarrollo económico de El Salvador, aunque tuvieran, presidentes tan cuestionados como el mismo Trump, por la forma como llegó a ser presidente de tal nación o por sus políticas racistas y antipopulares, es muy seguro, que Bukele, los invitaría al traspaso de mando presidencial, así como ha invitado al gobierno estadounidense, que posee un presidente que desde hace ratos quieren procesarlo jurídicamente.
No hay duda, que el pueblo salvadoreño, a un árbol por los frutos lo conocerá, esperando lo conozca más temprano que tarde, para lo cual tiene que despertar del sueño hipnótico en que ha caído producto de la idolatría, si quiere seguir manteniendo viva la esperanza de que un país distinto todavía es posible. Pero queda mucho trabajo que hacer y mucho sacrificio, mucha expiación que el pueblo salvadoreño tiene que dar, todo en nombre de las futuras generaciones que exigen nacer y vivir en un país donde prive lo humano sobre todas las cosas.
15/04/2019
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