Por: Alexandro Tepas Lapa
El salvador, es un país marcado por diferentes hechos históricos, su gente con raíces multi-étnicas, Europeas y en su gran mayoría mestizas. Una nación muy pequeña, que en tiempos de alivio, busca la forma de salir adelante.
Un pueblo que busca reponerse a sus desaciertos, y golpes de la naturaleza, que anhela en su alma encontrar el buen vivir, para ser mas visible y participativo.
Una población que además a ser víctima de muchos flagelos, busca la manera de expresar al mundo su desconcierto de diferentes formas, para ser vistos y oídos, convirtiéndose algunos, en fenómenos sociales.
Un primer flagelo heredado y que ha convertido a nuestro país en lo que es en la actualidad es el materialismo. Este flagelo vuelve insensible a las personas, porque cuando buscan una cuota de poder material, traducido en la esencia y peso del dinero, ignoran a los demás y se alimentan del ego. Los sinónimos más próximos del materialismo son el egoísmo y la avidez; otros pueden ser la ambición, la avaricia, la codicia, y la vanidad.
Un segundo seria la corrupción que cumple la función de trabajadora social del materialismo. La corrupción se disfraza de diferentes atuendos para infiltrarse dentro del poder, y así satisfacer las necesidades de sus clientes y no le interesa si tiene que negociar con el alma y cultura de un pueblo.
Un tercero y muy dañino es el populismo, cumple la función de ser el opio de los pueblos, adormece, causa efectos psicotrópicos y dependencia; al igual que la droga. El populismo promete todo aquello que nunca puede cumplir, y regala falsas expectativas, aprovecha cada situación para sacar ventaja de los que sea, hace montajes, utiliza las apariencias y las medias verdades para que el materialismo logre sus objetivos dentro de los que contempla el grado mas alto que se pueda alcanzar. Este es capaz de desnaturalizar la historia con montajes imaginarios utilizando personajes de fama e instituciones de prestigio. El populismo utiliza los medios de comunicación, para difundir, infundir, y venderse. Posee un léxico refinado, para convencer y un léxico intencionado para controlar, ambos léxico los utiliza como justificante o bandera, dentro de los cuales se pueden escuchar: “la gente”, “el pueblo”, “la pobreza”, “el empleo”, “democracia”, “libertades”, “independencia”, “Disciplina”, “lealtad” “honor”, “Justicia”, “Valores”, entre muchos más “la gasolina”, “la salud” etc.
En fin los tres flagelos son un trío, que han hecho de de nuestro país lo que es, haciendo creer a muchos que ser leal, tener honor, disciplina y valores es no decir nada. Lo único que se logrado con ello es la mediocridad, el masoquismo, la extrema pobreza y el subdesarrollo. Un pueblo que no participa, que no aporta, no piensa, y no produce positivamente, está condenado a seguir siendo víctima de estos flagelos tan dañinos para el desarrollo y transparencia de una nación.
Alexandro Tepas Lapa
Opinión: Ciudadano Salvadoreño.
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