Lo que llamamos capitalismo en general basa sus argumentos en las ideas de Adam Smith, retomadas con fervor por Ludwig Heinrich von Mises bajo la consigna que inmortalizara Jean Claude de Gournay: “laissez faire, laissez passer”, defendiendo al “egoísmo responsable” individual como el motor auténtico de la sociedad.
Según ellos, el hombre es por naturaleza egoísta y busca el beneficio personal para sí mismo y para sus familiares directos, esto activa el espíritu emprendedor que busca trascender de la producción artesanal e individual de los bienes de consumo a un modelo mas amplio y empresarial que le permite alcanzar mejores ganancias, generando trabajo para la gente que a su vez es capaz de adquirir los bienes de consumo que otros “emprendedores” fabrican, moviendo la economía.
El egoísmo hace que el ser humano busque la forma de ser mas productivo, porque solo así obtendrá más ingresos, crecerá su empresa y al crecer aumenta las fuentes de trabajo y la sociedad en general se beneficia.
Estas ideas son las que se pregonan a los cuatro vientos: “Preocúpate por tu bienestar y el de tu familia”, “Trabaja duro, estudia y prepárate académicamente para lograr una mejor posición en la sociedad”, “piensa en tí y en tu familia”, “Tu no tienes la culpa de la pobreza del mundo, por eso no debe preocuparte”. Se publican un montón de libros sobre emprendedurismo y todos enfocados en el esfuerzo individual para salir adelante y en ningún momento se habla de la solidaridad con los demás.
El tema de solidaridad se limita a que compres tu pulsera de Teletón, a que mandes tus dos libritas de arroz a los damnificados, a que des unas monedas cuando pasan recolectando las ofrendas en la iglesia y que mandes a tus hijos a construir un par de casitas de madera, es decir que el tema de solidaridad se enfoca exclusivamente a que repartas limosna entre los necesitados…y que luego te olvides de ellos.
Así nos educa la televisión, la radio, el cine, las revistas, los periódicos, a pensar en nuestro puro y exclusivo bienestar primero y que cuando estemos sobrados, repartamos las migajas entre los pobres a los cuales no nos acercamos nunca.
Esto ha formado dos tipos de sociedades, la de los pudientes que limitan su solidaridad a la limosna, es decir a dar las sobras y olvidarse de quienes reciben esta ayuda y la de los desposeídos que únicamente esperan pasivamente a que les entreguen la ayuda, sin hacer nada a cambio de ella.
¿Cual es el efecto de este modo de pensamiento?
En las escuelas de Apopa, desde octubre, el ministerio de educación está dando un refrigerio a los niños que en algunos casos se constituye en almuerzo porque dan frijoles, arroz, leche, etc., pero a cambio las madres deben organizarse para cocinarles a los niños por turnos, llevar complementos alimenticios como verduras, salsa, encurtido y prestar colaboración en servir los alimentos, recoger los desechos y limpiar los utensilios, platos, cubiertos o tazas.
Se trata de un modelo de autogestión de la ayuda, el estado cubre el gasto de la comida y la logística de transporte hasta el centro de estudios pero son las propias personas de la comunidad quienes deben prepararlos y repartirlos, deben gestionar la forma de mejorar el refrigerio y colaborar en lo necesario para que sea efectivo.
En muchas familias ambos cónyuges trabajan y no tienen tiempo, pero mas de un familiar puede colaborar y sin embargo se dan muchos casos según me comentan en que personas que tienen el tiempo necesario, porque no tienen un empleo fijo o se dedican a labores del hogar no quieren acercarse a colaborar porque “esto debería hacerlo el gobierno”, en una actitud nos pone a pensar en aquello de “limosneros y con garrote”, pero es resultado de la falta de conciencia solidaria en mucha gente.
Casi siempre los mas pobres son los mas solidarios entre sí, pues es a veces la única forma de sobrevivir, pero la gente que ya logró un trabajo y que tiene su televisor, su radio y ha sido bombardeada subliminalmente con la mentalidad “neoliberal”, no piensa en términos de sociedad, sino de bienestar individual, dejando de lado toda posibilidad de aportar algo a la sociedad sino obtiene un beneficio particular a cambio.
El reto de cambiar este tipo de pensamiento en la sociedad es enorme, porque durante mas de 500 años hemos sido moldeados a imagen y semejanza del “Poderoso Caballero” y re-educar a la población será una tarea de años, porque hay que rescatar a los niños desde ahora de ese nefasto modo de pensar y convencer al resto de adultos de que un mundo mejor es posible pero con la participación activa de todos los miembros de la comunidad.
5 comments for “Las escuelas de Apopa y Von Misses”