Por Chris Hedges:
Traducido por Betotronic.
La Internet tal vez no es la panacea que se supuso que fuera. Hedges sostiene que ha sido secuestrada por los intereses corporativos y que está destruyendo nuestra sociedad.
26 de febrero, 2010.
La Internet se ha convertido en la más secuestrada herramienta por los intereses de las empresas con el fin de acelerar la decadencia de nuestro patrimonio cultural, político y económico. La gran promesa de la Internet, para abrir el diálogo, romper las barreras culturales, promover la democracia y liberar la innovación y la creatividad, han sido expuestos por los criticos y los expertos como un fraude. El Internet nos esta dividiendo en clanes antagónicos, en el que cantan las mismas consignas y el odio a los mismos enemigos, mientras que nuestro trabajo creativo se entrega de forma gratuita a los proveedores de Internet que lo utilizan como cebo para la publicidad.
Pregúnteles a los periodistas, fotógrafos, músicos, dibujantes o artistas de lo que piensan de la Web. Pregúnteles a los productores de cine y cineastas. Pregúnteles a los arquitectos o ingenieros. La Web de manera eficiente difunde el contenido, pero no protege los derechos de propiedad intelectual. Los escritores y artistas son cada vez más incapaces de ganarse la vida. Y las profesiones técnicas están bajo pesados asaltos. Cualquier cosa que pueda ser digitalizado puede y está siendo subcontratados a países como India y China, donde los salarios son miserables y los beneficios no existen. ¡Bienvenidos a la nueva servidumbre mundial de la Web en el que las únicas profesiones que pagan un salario digno son la propaganda y la gestión empresarial!.
La Web, al mismo tiempo que está destruyendo el trabajo creativo, también está formando una multitud anónima que ventila la ira colectiva, la intolerancia y el fanatismo. Estas barriadas virtuales no amplían la comunicación o el diálogo. Ellas no enriquecen nuestra cultura. Ellas crean una mentalidad de rebaño en la cual aquellos que expresan empatía por «el enemigo» -y la clase liberal es tan culpable de ello asi como tanto el ala derecha- son denunciados por sus compañeros de viaje por su impureza. El racismo hacia los Musulmanes puede ser tan malo como el Antisemitismo, pero tratan de expresar esta sencilla verdad en un sitio web partidista palestino o israelí.
Jaron Lanier, el «padre de la tecnología de la realidad virtual», en su nuevo libro «Tu No Eres Un Dispositivo Electronico», nos advierte de que este nuevo colectivismo es aterrador. Él señala que los hábitos impuestos por la Internet han reconfigurado la manera en que nosotos nos relacionamos entre sí. Él escribe que los sitios «Web 2.0», «Open Culture», «Free Software» y la «Long Tail» se han convertido en los facilitadores de este nuevo colectivismo.¨Él cita a la Wikipedia, como aquellos, quienes conscientemente borran las voces individuales, y menciona tambien a Google Wave como ejemplos del aumento del pensamiento colectivo de masas y de las emociones en masa. Google Wave es una nueva plataforma de comunicación que permite a los usuarios editar lo que alguna otra persona ha dicho en una conversación, así como permite a los colaboradores de trabajo a verse unos a otros mientras ellos escriben. la Privacidad, la Honestidad y la Auto-Reflexión son desechadas inmediatamente.
Los gustos y la información en el Internet están determinados por la multitud, lo que Lanier le llama «la mentalidad de la colmena». La Música, libros, periodismo, anuncios y fragmentos de programas de televisión y películas, además de una gran gran cantidad estúpida de vídeos en YouTube, son impulsados a través de nuestras pantallas y en la conciencia nacional debido a los análisis estadísticos de las preferencias del público en el Internet. Lanier dice que uno de los mayores errores que él y otros científicos de la computación hicieron cuando el Internet se estaba desarollando fue permitir que las contribuciones a la Internet no fueran pagadas. Él dice que las decisiones de este tipo ahora han robado a la gente, especialmente a los que crean, de su capacidad para ganarse la vida y en última instancia, la integridad de la dignidad. El advierte que el Colectivismo Digital está destruyendo los vestigios en y de la disminución de la auténtica innovación y de las creatividades auténticas, incluyendo el periodismo, que consume tiempo, inversión y auto-reflexión. Y si bien hay algunos sitios que se paga por ver el contenido – Truthdig es uno de ellos – la gran mayoría son unos grandes parásitos. El único ingreso dejado para la mayoría de los que crean se obtiene a través de la auto-promoción, pero como Lanier apunta, esta cultura se convierte en nada más que en publicidad. Fomenta una ética social en el que la capacidad de manipulación del público es más valorada que la verdad, la belleza o el pensamiento.
Mientras la ruptura de los derechos de propiedad intelectual de sus creadores, ya sean periodistas, fotógrafos o músicos, significa que aquellos que los crean pierden la capacidad de vivir de su trabajo, los propietarios de los sitios Google hacen mucho dinero mediante la recopilación y distribución de este trabajo para atraer a los anunciantes. El trabajo original en la Internet, como Lanier apunta, es «copiado, es machacado, anónimamente analizados, y se convirtien en los ladrillos de las fortalezas de alguien más que todo para apoyar a un régimen de publicidad.». Lanier advierte que si ésta tendencia no se detiene se va a crear una «fórmula que no deja ninguna manera nuestra nación para ganarse una forma de vida a largo plazo».
«La financiación de una civilización a través de la publicidad es como tratar de obtener la nutrición mediante la conexión de un tubo del ano de una persona a la boca de otra», dice Lanier. «El cuerpo comienza a consumirse. Eso es lo que estamos haciendo en línea. A medida que más y más la actividad humana se agrega, las personas se apiñan alrededor de los últimos oasis restantes de ingresos. Los músicos de hoy aún podrían ser capaces de recibir pagos para hacer música para videojuegos, por ejemplo, porque los juegos siguen siendo jugado en las consolas cerradas y no han sido colectivizadas por el momento. »
Llamé Lanier a San Francisco. Comenzó diciéndome que él no estaba en contra de la Internet, pero sino que en contra de cómo ha evolucionado. Él ha dado la voz de su advertencia, dijo, porque teme que si caemos en una vertiginosa crisis económica, la Internet, al igual que otros sistemas innovadores de comunicación de masas en la historia humana, podrían utilizarse para exacerbar la enemistad social y dar lugar a un totalitarismo estadounidense.
«El escenario que veo es que los Estados Unidos son algunos declives económicos, los cuales que parecen decididos a entrar, porque no somos capaces de hacer cualquier ajuste, y un montón de gente llena de tristeza», dijo Lanier. «La preponderancia de ellos están en zonas rurales y en los estados rojos (conservadores), los estados que eran esclavistas. Y todos ellos están conectadas y se enfadan cada vez más. ¿Qué pasa exactamente?, ¿Están comenzando a converger en las clínicas de aborto?, probablemente. ¿Es que ellos estan empezando a converger en las legislaturas y hacerse cargo de ellas?, yo no sé, tal vez. Yo no debería decirlo. Es casi una maldición imaginarse uno estas cosas. Pero cualquier persona inteligente puede ver el escenario y yo tengo miedo de verlo. Hay un gran potencial aquí para cosas muy malas que pueden suceder «. Y sin embargo, los promotores utópicos de la Internet nos dicen que es la mente de la colmena, la vasta virtual colectiva, nos impulsará hacia un nuevo y valiente mundo. Lanier descarta estas visiones como una fantasía infantil, que permite que muchas personas bien intencionadas sean seducidas por una pesadilla de constante evolución.
«El fenómeno de la multitud existe, pero la colmena no existe», me dijo Lanier. «Todo lo que hay, es un fenómeno multitudinario, los que a menudo pueden ser peligrosos. Para un verdadero creyente, que yo desde luego no soy, la colmena es como el bebé al final de la película «2001 Odisea del espacio». Es una super criatura que sobresa a la humanidad. Para mí es la mala interpretación del fenómeno de la gente de edad en un ambiente digital. Tiene todos los mismos peligros. Una multitud puede convertirse en una turba, se puede decir con demasiada facilidad, como lo han hecho en toda la historia humana «.
«Hay algunas cosas que pueden hacer las multitudes, como el recuento de los caramelos en un frasco o el adivinar el peso de un buey», Lanier añadió, » Yo reconozco que este fenómeno es real. Pero yo les propongo que la línea entre la multitud cuando se puede pensar de manera efectiva como una multitud y cuando la multitud no pueden, es un poco diferente. Si usted lee el libro de James Surowiecki: «La sabiduría de las multitudes «, dijo, así como otros teóricos, dicen que si tu quieres un grupo de sabios que la clave para ello es reducir el flujo de comunicación entre los miembros para que no se influyan mutuamente, por lo que son verdaderamente independientes y tienen puntos de muestreo separados. Esto trae una interesante paradoja. El punto de partida para los entusiastas amantes de las multitudes en línea es que la conexión sea buena y que todos deben de estar conectados. Pero cuando ellos hablan acerca de lo que hace una multitud inteligente, ellos dicen que que la gente no debería estar hablando el uno al otro.Ellos Deberian estar aislados. Ahí hay una gran contradicción. ¿Qué hace que una multitud sea inteligente?, es el tipo de pregunta que uno se debería hacer. Si le preguntas a un grupo de personas informadas para elegir un único valor numérico, como el peso de un buey, todos ellos tienen alguna razón para tener una teoría que no es totalmente loca que se centrará en la respuesta. Tu puedes obtener algo útil. Este fenómeno es lo que cuenta para el ajuste de precios en el capitalismo. Así es como los mercados funcionan. Si les preguntas que hacer para crear cualquier cosa, si usted les pide que hagan algún trabajo creativo constructivo o sintético o participar en el razonamiento complejo, entonces ellos fallan. Entonces usted consigue algo aburrido o una cosa fuera del promedio. Otro de los peligros de la multitud es la violencia, que es cuando ellos se convierten en una turba. La otra es la apatía o ser mundanos, cuando están diseñando para una comisión «.
Los seres humanos, al igual que muchas otras especies, Lanier, dice, tienen un interruptor cognitivo que nos permite ser buenos individuos o miembros de una pandilla. Una vez que entramos en los límites de lo que Lanier llama un clan, incluso un clan virtual, se posee la dinámica que apelan a los instintos más bajos dentro de nosotros. La tecnología evoluciona, pero la naturaleza humana sigue siendo constante. El Siglo XX fue el más sangriento en la historia humana porque los seres humanos se casaron con las nuevas herramientas punitivas de las eficientes burocracias estatales y de la masacre industrial con los oscuros impulsos que han existido desde los albores de la especie humana.
«Ustedes se convierten en hipersensibles al orden de la jerarquía y de su sentido de la condición social», dijo Lanier de estos clanes virtuales. «Hay casi siempre un perdedor designado en su propio grupo y en el enemigo externo designado. Ahi está el enemigo de abajo y el enemigo lejano. Ahí vienen a existir o a convertirse en dos clases de personas que carecen de derechos. Usted entra en una obligación constante de defender su status, el cual esta siempre impugnado. Hay que consumir mucho tiempo para convertirse en un miembro de una de estas cosas.Yo Veo un montón de diseños y modelos en la línea que se llevan a cabo. Hay una secuencia reconocible, si se trata de pianos, cachorritos o yihad; Ud. ve personas que están formandose en estos clanes. Se está jugando con fuego. En la historia de la humanidad está llena de muchos ejemplos del mal en la humanidad que no implicaron tal efecto, tales como Jack el Destripador, quien trabajaba solo. Pero la mayoría de los ejemplos de muy mala conducta humana en la historia innvolucra la participación de esta dinámica de los clanes. Ninguna clase particular de personae es inmune a ella. Los jovenes malcriados no son más inmunes a ello que los alemanes o rusos, japoneses o los mongoles. Es parte de nuestra naturaleza. Puede ser despertado sin ninguna estructura de liderazgo o de política. Simplemente sucede. Es parte de nosotros. Hay un interruptor dentro de nosotros esperando a ser encendido. Y la gente puede aprender a manipular el interruptor en los demás «.
«The Machine Stops» (La máquina se detiene), es una historia publicada por E.M. Forster, en 1909, donde pinta un mundo futurista en el cual la gente está fascinada por la realidad virtual. En la dystopía (NdelT. Dystopía es un lugar imaginario o un estado mental donde todo es o está malo y la gente lleva una vida miserable y desgraciada), los seres humanos viven en lugares aislados, pequeñas habitaciones subterráneas, como en los panales de abejas, donde están cautivados por mensajes instantáneos y cinematophoes – máquinas que proyectan imágenes visuales-, de personas de que por si mismos se aislan. Se aislan del mundo exterior y son absorbidos por una pseudo-realidad extraña de voces, sonidos, imágenes evanescentes y sensaciones abstractas que se pueden evocar pulsando unas pocas teclas. El acceso al mundo de la máquina, que ha sustituido el mundo real con un mundo virtual, es proporcionada por una voz impersonal, omnisciente.
Nosotros estamos, como Forster entendió, seducidos y luego, a menudo, esclavos de la tecnología, desde el motor de combustión a los ordenadores o a la robótica. Estas maravillas del ingenio de la humanidad son inevitablemente secuestrados por los dueños de los esclavos modernos que utilizan las nuevas tecnologías para mantenernos pobres, confundidos acerca de nuestra real identidad y la pasiva actitud. La Internet, diseñada por los estrategas de la defensa para comunicarse después de un ataque nuclear, se ha convertido en el último instrumento de los avances tecnológicos en las manos de aquellos que están conduciendo el mundo a un estado de neofeudalismo. La tecnología es moralmente neutral. Sirve a los intereses de quienes la controlan. Y los que controlan hoy en día son los encantadores del periodismo, la cultura y el arte, mientras que ponen a la población como rebaños de ganado convertidos en clanes que son combustible para la intolerancia y el odio.
«Una racionalización común en el mundo en ciernes de las culturas digitales que en ese entonces era que estábamos entrando en un período de calma de transición antes de una tormenta creativa – o ya estabamos en el ojo de la tormenta-, Lanier escribe en su libro. «Pero nosotros no estábamos pasando a través de una calma momentánea. Nosotros tuvimos, en cambio, entrado en una somnolencia persistente, y yo he llegado a creer que vamos a salir de ella sólo cuando nosotros matemos la colmena».
Chris Hedges, es un reportero ganador del premio Pulitzer, es un Fundador Asociado del «The Nation Institute». Él escribe una columna regular para Truthdig todos los lunes. Su último libro es: » El imperio de la ilusión: El fin de la Alfabetización y el Triunfo del Espectáculo.».
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