Por: Francisco Quintanilla
Dado que toda revolución económica y política pasa definitivamente por una real revolución educativa, a continuación se presenta una valoración de la educación a nivel últimos años de primaria y de los años de secundaria de nuestro sistema educativo, para lo cual se recurre a utilizar algunas figuras literarias.
En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, no hace mucho tiempo que vivieron un conjunto de hidalgos, algunos delgados otros infladitos, unos altos otros pequeñitos, algunos bien planchaditos otros aturraditos, pero todos bien armados con el espíritu de la ciencia y de la cultura, dispuestos a hacer de este lugar de la Mancha el mejor escenario posible para transformar espíritus, para cultivar la esperanza en jóvenes conciencias que carguen sobre sus hombros la construcción de un país y de un mundo mejor.
Estos Hidalgos que a la vez eran Quijotes susurraron a nuestros oídos la aventura de que la construcción de un mundo mejor es posible, quijotes armados de sus mejores conocimientos y valores, abastecidos de los mejores libros y formados en las mejores instituciones de educación superior de este país, emprendieron no hace mucho tiempo tan quijotesca tarea.
Los Quijotes de la Mancha con su imaginación creadora convirtieron los grandes molinos de viento en parvas de libros y en maravillosos estruendos de sueños que con el tiempo se convirtieron para aquellos estudiantes de aquel lugar de la Mancha, en los faros que iluminan con sus conocimientos y con sus valores cada instante de sus vidas.
En ese lugar de la Mancha las novatas conciencias vivían con amor el estudio, porque sabían que los Quijotes maestros les inculcaron que lo que no se hace con pasión conduce al fracaso.
Los Quijotes de la Mancha vieron en los diez molinos no gigantes contra los que hay que luchar, sino vieron en ellos a los diez pilares sobre los que se sostiene una institución educativa, estos pilares son: el respeto que los alumnos(as) deben tener por todas las demás personas, el respeto que los profesores deben de tener por sus alumnos, la obediencia crítica y creativa a las normas de una institución educativa y de la sociedad, el desarrollo de la solidaridad por los más necesitados, la responsabilidad por el estudio y por la vida en general, pasión por la lectura, habilidad para leer, habilidad para saber leer, la curiosidad científica ,filosófica y literaria y amor por los deportes y por el arte.
Pero un día de tantos, los Quijotes abandonaron ese lugar de la Mancha, y con el transcurrir del tiempo ese lugar dejó de ser lo que fue, dejó de ser el lugar donde la ciencia, la filosofía, el arte y la cultura se concretiza, dejó de ser la utopía realizable donde los y las jóvenes se preparaban óptimamente o para continuar estudios superiores o para enfrentar con gallardía la vida.
Actualmente ese lugar de la Mancha vive en una casi completa anomia, donde la forma más apropiada de comportarse de sus estudiantes y de algunos de sus maestros es la anarquía, las normas y los valores humanos liberadores han colapsado a tal grado que es un lugar sin dirección y una dirección sin lugar, vive en un desorden hecho orden.
Cuando el desorden hecho orden va permeando hasta el último rincón de ese lugar que un día fue el mejor de los lugares posibles para la formación e instrucción de muchos jóvenes , la esencia de su naturaleza se corrompe, a tal grado que ya no parece una institución donde se enseña ciencia y cultura, sino más bien parece un lugar donde los libros son sustituidos por tambores y trompetas, laboratorios por saxofones, las horas de lectura por el juego de naipes, las horas de consulta por el consumo de alcohol o de alguna droga, ya no es aquel lugar de la Mancha donde se desarrollaba las habilidades para leer, para entender los problemas sociales y naturales, para resolver problemas matemáticos, físicos y químicos, sino más bien un lugar donde ocho horas de lunes a domingo se le dedican a mover los cuerpos reducidos a julones, julones sin conciencia, sin espíritu reducidos a una vil mercancía.
Pero en este deterioro hay muchos responsables, uno de los mayores es el mismo Ministerio de Educación que lamentablemente continua con las mismas políticas esenciales de los Gobiernos Areneros, estas políticas por una parte han conducido y continúan conduciendo a que se impida elevar el nivel académico promoviendo directa o indirectamente, abierta o encubiertamente las promociones masivas sin ningún criterio académico y el anarquismo estudiantil; otros responsables de este deterioro son los mismos maestros unos por acción y otros por omisión, ya que hay lamentablemente no pocos maestros que viven del desorden y para el desorden, como muy bien dice el saber popular, en RIO REVUELTO GANANCIA DE PESCADORES, no están interesados estos maestros en mejorar su preparación académica ni en ordenar el desorden hecho orden, ya que viven de él y para él; un tercer sector responsable y muy dinámico por cierto, son los padres y madres de familia, ya que es evidente que si un maestro y sobre todo un buen maestro se decide a no darle la aprobación para que un alumno(a) pase al grado inmediato superior, el mismo día o al siguiente ya tiene el maestro encima al padre o madre de familia exigiéndole que le apruebe a su muchacho, exigencias que van desde simples reclamos, pasando por ofensas, amenazas, golpes, demandas carcelarias e incluso se ha conocido de maestros que por esta razón han sido asesinados; un cuarto responsable son los mismos medios masivos de comunicación que les inculcan a la mayor parte de jóvenes un repudio por el estudio y un amor por la cultura del consumo y la corrupción y por último, el mismo estudiante como elemento protagónico se ha configurado como un clon que huye del estudio, que adora al mal maestro porque tiene asegurado que con éste pasará una materia y rechaza al buen maestro por que éste le exigirá que estudie.
Bueno, entonces ¿qué se puede hacer con este desorden hecho orden?, ¿es posible superar ese estilo de vida existencialista, donde lo único que interesa es el placer por las cosas banales, y no por la ciencia y la cultura?, ¿pueden los maestros convertirse en quijotes con capacidad de tener utopías y con capacidad de hacer de que ese lugar de la Macha pueda volver a ser posible?
Si se parte de que la realidad natural y social ha avanzado y ha cambiado para bien o para mal no por sí sola, sino por el accionar de los seres humanos que con buenas o con malas intenciones la han llevado hasta donde está, es presumible que la realidad, la sociedad, la educación y sus instituciones pueden ser transformadas, proceso transformativo que es harto doloroso y difícil, sin embargo, posible y necesario, para lo cual se necesita maestros Quijotes e Hidalgos que vuelvan a creer que todavía un lugar de la Mancha es posible.
Para que ese lugar de la Mancha sea posible, se necesita implementar a corto plazo las siguientes acciones internas:
a) Dirección y maestros deben discutir y ponerse de acuerdo sobre la naturaleza y esencia de una institución educativa, de tal manera que todos sepan para donde se debe halar la carreta.
b) Elaborar un régimen disciplinario, en cuya construcción participe tanto dirección, maestros y un colectivo de los mejores estudiantes de cada año, esto permitirá que no sólo la responsabilidad sino que también la asimilación y aprobación sea compartida. Este régimen disciplinario debe ser aplicable tanto a alumnos como a maestros.
c) Hacer coparticipes de este régimen disciplinario a padres y madres de familia, para que ellos también colaboren desde su familia a concientizar a sus hijos e hijas de que a una institución educativa se va a estudiar y a aprender a enfrentar responsablemente la vida.
d) Debe de evitarse que actividades que si bien son importantes como participar en una banda musical, o en actividades deportivas, eclipsen lo académico.
e) Los maestros deberán ser evaluados periódicamente por los mejores estudiantes, de tal forma que a partir de esto se planteen sugerencias para que los maestros deficitarios, por convicción o por presión se vean obligados a mejorar.
f) Sabiendo los mismos maestros cuáles son sus deficiencias académicas, la misma pléyade de maestros deben ser gestores de su propia capacitación.
La consolidación de ese lugar de la Mancha será posible si el Ministerio de Educación por lo menos implementa las siguientes políticas:
1) Contratar a todos los maestros que se encuentran sin trabajo, de tal forma que la relación de cantidad de alumnos por cada maestro sea menor, esto permitirá una atención pedagógica de más calidad.
2) Debe impulsar desde cuarto grado que cada materia debe ser atendida por un maestro especialista.
3) Debe de eliminar las promociones masivas que obligan a un maestro a aprobar a un estudiante aunque no hay aprendido lo necesario, promoción masiva que tanto daño le ha hecho a todo la sociedad en general y a cada educando en particular.
4) Debe seguir manteniendo la política de dotar a todos los estudiantes de sus respectivos uniformes, zapatos, útiles escolares y alimentación.
En cuanto al Ministerio de Gobernación también tiene su responsabilidad en el sistema educativo y en la educación de los y las jóvenes de este lugar de la Mancha ya que le corresponde cumplir con su real papel de regular lo que los medios masivos de “información” o de “comunicación” transmiten, de tal forma que progresivamente llegue menos basura cultural a cada uno de los hogares salvadoreños.
Para cerrar con esta escueta reflexión, parafraseo un verso del poeta salvadoreño más universal, Roque Dalton:
“Cuando sepan que ese lugar de la Mancha ha muerto
Pronuncien palabras extrañas
Digan libro, tubos de ensayo, microscopios, biblioteca
Que tus labios no encuentren sus diecinueve letras
Fui escenario para la educación, para la instrucción, preparé para la vida……..”
Ahuachapán, 20 de octubre de 2010.
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