Ni modo, hay que hacerlo funcionar y lo mejor posible. Ya pasó bastante tiempo, no nos olvidemos que este proyecto estaba diseñado para comenzar a funcionar antes de la campaña presidencial del 2014. Además, hay que hacerlo funcionar bien pues hay bastante dinero invertido en él, no estamos para tirar el billete, como si tuviésemos fábrica de dólares.
Hay que completarlo con el reordenamiento del resto del tráfico del centro de San Salvador. La construcción del SITRAMSS ha provocado nuevos puntos de congestionamiento, las rutas de buses que modificaron sus recorridos, causan mayor carga vehicular en otros puntos. Por ello el llamado es a que completen el proyecto y su entorno, lo mejor y lo más rápido posible.
El 07 de mayo los titulares del MOP en conferencia de prensa anunciaron que el recorrido de los buses llegará hasta el monumento a El Salvador del Mundo. Esto es bueno pues beneficiará a más personas. Pero no sabemos si ya se hicieron los estudios de impacto de la carga vehicular en la zona donde se ampliará el proyecto.
Otro punto que se está debatiendo en la opinión pública es la tarifa que tendrá para el usuario. Al parecer en la conferencia de prensa de ayer lo único que les interesaba a algunos medios de comunicación era cuanto hay que pagar. Por ello se molestaron mucho cuando se les habló primero de otros proyectos y al final se habló de los 0.33 de dólar que costará subirse en un bus de esos.
Este costo representa un aumento del 65% en relación a los veinte centavos que se pagan en el sistema actual. Un viaje de ida y vuelta costará entonces 0.26 centavos más. Una familia de cinco personas, que usen este sistema en ida y vuelta, seis veces cada uno a la semana les representará un aumento semanal de $7.80. En el mes tendríamos un incremento de $31.20 al presupuesto del grupo familiar. Si tomamos en cuenta que es la población de menores ingresos la que usa el transporte público, este aumento mensual en su gasto es significativo.
Por ello el gobierno debe de buscar mecanismos compensatorios, especialmente para las personas que lo usarán con más frecuencia. Una tarjeta de uso semanal o mensual con número de viajes ilimitados en su tiempo de vigencia es una opción que debería estudiarse. Hacer precios de paquete con el sistema de rutas que alimentarán el sistema es otra posibilidad. Mantener la tarifa, estable independientemente del aumento de los costos de hidrocarburos u otros insumos para el funcionamiento del sistema, también puede considerarse.
Un sistema de transporte público, medianamente eficiente, seguro y limpio tiene que ser subsidiado por el Estado para que pueda ser realmente de beneficio para el usuario. No nos olvidemos que prácticamente el 100% de los usuarios son personas de escasísimos recursos. Si debemos de buscar la eficiencia y transparencia en el manejo del subsidio, pero si todavía seguimos subsidiando a grandes productores ¿Por qué no hacerlo con los más necesitados?
Ayutuxtepeque, viernes 08 de mayo de 2015.
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