El PDC y el PCN se consideraban partidos eternos, creyeron que nunca desaparecerían, consideraban que podían violar la ley con impunidad. Por ello endurecieron el Código Electoral para que fuera muy difícil y duro inscribir un partido político. Volvieron lento, engorroso y cansado este proceso. Ellos no querían competencia, no querían que nuevos actores políticos aparecieran en la escena electoral.
En los años ochenta para inscribir un partido se necesitaban 3,000 firmas, ellos votaron para elevar la cifra a cincuenta mil. En los años ochenta un partido era cancelado cuando no alcanzaba el 0.5% de los votos válidos en una elección, ellos dieron sus votos para elevarlo al 3%. Ellos participaron en la decisión que cuando un partido desaparecía no se podía usar ese nombre o bandera durante un año como mínimo.
Ellos levantaron la mano para alargar los plazos para inscribir un partido, ellos concibieron un complejo sistema de comprobación de cada una de las 50, 000 firmas y que con unas cuantas que salieran malas se detenía todo el proceso. Ellos contribuyeron a dejar en manos de los magistrados del TSE una excesiva discrecionalidad para jugar con los tiempos y los plazos.
Todo esto ha vuelto casi imposible inscribir un nuevo partido. Muchos esfuerzos se han estrellado contra es muro. En este momento hay más de un esfuerzo detenido en la burocracia del máximo tribunal electoral. Hay un caso de un partido que ha tenido que recurrir a presentar un recurso ante la Sala de lo Constitucional de la CSJ al tener estancado el proceso de inscripción.
Ahora les tocará enfrentar ese calvario que ellos mismos construyeron. Esto recuerda el dicho popular que dice que “Con la misma vara con que mides serás medido, y con una cuarta más” La cuarta de más, es el escaso tiempo que tienen de cara a la próxima elección.
Por ello buscan un decreto legislativo que aligere los procesos, que les de las garantías y las facilidades que les han negado a otras fuerzas políticas que han intentado inscribirse en el TSE. Quieren una ley transitoria a su medida y solo para ellos. No en balde las organizaciones de la sociedad civil han denominado esta propuesta como “El Decreto de la Vergüenza”.
Buscan un decreto ad hoc, que podría tener visos de inconstitucionalidad, además de violar en forma flagrante el espíritu y el texto de la sentencia de la Sala. Con esto solo se están acarreando nuevos problemas en el futuro. Varios consejeros les han recomendado humildad y respeto a la ley, pero pareciera que estos conceptos son difíciles de entender para estos dos partidos.
Hasta hoy no han logrado convencer al FMLN y a GANA para que les den los votos para su aprobación, algunos diputados de ARENA tienen dudas sobre la conveniencia de apoyarlos. No lograron su objetivo en la sesión plenaria de la Asamblea Legislativa de este jueves 5 de mayo, pero seguirán insistiendo.
Todo esto indica que los dos partidos políticos no han aprendido la lección de fondo de la sentencia de la Sala de lo Constitucional: que no se puede jugar impunemente con la Constitución de la República y la institucionalidad democrática del país. Su próxima desaparición es el resultado de las decisiones equivocadas que tomaron después de las elecciones presidenciales del 2004. Su orgullo y su desprecio por el Estado de Derecho los llevó a aprobar un decreto de salvataje que tiene inconstitucionalidades. Es precisamente la parte a la que ellos se ampararon la que ha sido declarada ilegal.
Ayutuxtepeque, sábado, 07 de mayo de 2011.
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