El cambio de personaje en la Presidencia de la Asamblea Legislativa no debería ser una noticia tan importante, tratándose de un país con gravísimos problemas sociales y económicos. En el pasado nunca lo fue, incluso cuando Francisco Flores, a media legislatura, dejó la Presidencia del primer órgano del Estado para aceptar una candidatura presidencial. La razón es simple: el cambio de la figura que suena el Gong al iniciar o finalizar una sesión plenaria, no modifica la correlación de votos en la legislatura.
El verdadero problema que provocó el cambio que veremos mañana 01 de febrero, sucedió hace más de un año. Fue la división más dramática en la historia del partido ARENA la que provocó la modificación de fuerzas en la Asamblea Legislativa y provocó una nueva negociación que culminó con un nuevo protocolo de integración de la Junta Directiva del primer órgano del Estado.
Las fuerzas de derecha o de izquierda en la Asamblea Legislativa no pierden ni ganan un solo voto a partir de mañana por el hecho que cambie el Presidente de la Asamblea. ¿Cuál es entonces el escándalo? Simple nuevamente: que una fuerza de izquierda ocupará ese puesto por primera vez en la historia y para los sectores de la derecha cavernaria esto es inadmisible y les angustia, pues para ellos, es el comunismo que se apodera poco a poco del país.
En las legislaturas de 1991 a 1994, 1994 a1997, 1997 a 2000, el Partido ARENA tenía la Presidencia de la República y la Presidencia de la Asamblea Legislativa. En esos días esta situación no era entendida como concentración del poder del Estado en un solo partido. Se veía como algo natural que era consecuencia que el partido ARENA ganaba más diputados que los demás partidos. Por tanto, el partido que tenía más diputados ponía el Presidente del primer órgano. Esa era la tradición.
Las cosas comenzaron a cambiar a partir de las elecciones legislativas del año 2000, en que el FMLN empezó a ganar más diputados que cualquier otro partido en forma individual. En ese momento cambiaron las reglas y terminó la tradición. La derecha debía continuar en la Presidencia pues en su conjunto tenía más diputados que la izquierda. Así se fue abriendo el espacio para que Ciro Cruz Zepeda, Secretario General de un partido mediano, llegara a tal cargo.
El escándalo de los grandes medios de comunicación ha generado una coyuntura noticiosa, como si fuese cambio de Presidente de la República. Esto tiene varios objetivos bastante evidentes. Buscan crear la imagen que el país está dominado por la izquierda. Van a buscar semejanzas con el período en que el PDC con Napoleón Duarte en la Presidencia de la República controlaba también la Asamblea con los 33 votos (cuando solo eran 60 diputados) de la que denominaron “Aplanadora Verde”.
Esta imagen de un país controlado por la izquierda es clave pues buscarán con ello unificar grupos de la derecha, que todavía no logran aglutinar. Además culparán a la izquierda de todos los males del país. Esta táctica la usaron contra el PDC con excelentes resultados en las elecciones de 1988 y 1989 en que desterraron para siempre a ese partido de la dominancia electoral y ARENA se enquistó 21 años en el control del Estado (21 años, pues en realidad ARENA inició el control del país en lo político a partir de las elecciones legislativas de 1988, un año antes que ganara el Presidente Cristiani)
Pareciera que el FMLN ha caído en la trampa publicitaria de la derecha. Ellos también han contribuido a darle al hecho más importancia de la que realmente tiene. Sigfrido Reyes desde hace más de dos semanas ha comenzado con las poses y declaraciones presidenciales. Anda ofreciendo cosas que quien sabe si podrá cumplir. Sin darse cuenta que los medios le filman y conservan todo lo que les dice.
El poder que tiene Ciro Cruz Zepeda, no solo deviene de ser Presidente de la Asamblea Legislativa. Ese poder se ha tejido durante varios años con mucha habilidad y destreza política tanto personal como de equipo con su partido. Ese poder no se pierde al dejar de ser Presidente; no nos olvidemos que en la legislatura pasada Ciro no era diputado, pero todos sabían que era el poder tras el trono del profesor Orellana.
Si Sigfrido Reyes creyera que a partir de mañana tendrá el poder de Ciro Cruz en la Asamblea Legislativa, puede que se equivoque. Lo único seguro es que a partir de mañana tendrá una enorme responsabilidad con poco poder y autoridad real y esta es una de las fórmulas de los fracasos.
Mañana podríamos ver a los diputados del FMLN caer en una de las trampas políticas más antiguas: “La trampa del oropel” los veremos desfilar felices sobre la alfombra roja, sin que se den cuenta que la derecha tiene el suficiente poder para jalar la alfombra con fuerza y botarlos a todos.
Ayutuxtepeque, lunes, 31 de enero de 2011.
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