Mis abuelos y mis padres nos regañaban cuando dejábamos comida en el plato, nuestras raciones eran pequeñas pero todos pasamos por etapas infantiles de inapetencia, aparte del hecho de que no toda la comida nos gusta cuando somos niños, pero dejar comida en el plato era motivo de regaño y hasta de castigo y peor si botábamos comida al basurero.
La lógica era sencilla para ellos, «dale gracias a Dios que tenés comida en el plato, hay mucha gente que se acuesta sin cenar y que no tiene ni para desayunar al día siguiente».
Esta práctica de servirse sólo lo que uno se va a comer y dejar limpio el plato, la he visto en contadas personas, pero por fortuna lo he podido apreciar tanto en personas mayores como en algunos jóvenes como la conciencia del despilfarro de alimentos, lamentablemente la mayor parte de nosotros, nos hemos transculturizado con la modalidad consumista estadounidense.
Tristram Stuart, historiador y escritor inglés, es el autor del libro «Despilfarro: el escándalo global de la comida» (Waste: Uncovering the Global Food Scandal) traducido a varios idiomas, en el que denuncia el despilfarro alimentario que se produce en el mundo. Tan sólo las 40 millones de toneladas de alimentos despilfarrados en los EEUU cada año podrían alimentar a los 1.000 millones de personas que se van a la cama con hambre cada día.
«Se desperdicia más comida en el mundo de la que podrían consumir todas las personas hambrientas» Tristram Stuart
Em una entrevista que le hicieron Alianza Editorial e Oxfam Intermón, le preguntaron entre otras cosas lo siguiente:
¿Desperdiciar comida aún comestible es algo cultural, típico de los países ricos o bien es una práctica que se encuentra por todo el mundo?
Cuando estaba investigando para el libro pasé una temporada con la etnia uigur en el Noroeste de China. Un día estaba comiendo en un restaurante de carretera. El chef se había sentado conmigo para hablar un poco. Cuando retiré el bol de arroz que ya había acabado, frunció el entrecejo, me señaló los tres granos que quedaban en el fondo del recipiente y me ordenó: «¡Limpia!» Sonrió mientras con cuidado limpié a fondo el bol. Los uigures creen que despilfarrar comida es un insulto al cocinero, al agricultor y en última instancia un insulto a Alá. En esta ocasión recibí una lección en mi propio terreno. Me hizo darme cuenta de que nosotros -las personas- tenemos el poder para producir los cambios necesarios si convertimos el desperdicio de comida en algo socialmente inaceptable.
¿Qué recomendaría a un ciudadano para evitar tanto desperdicio de alimentos en casa?
Todo empieza al ir a la compra. Haz una lista de lo que necesitas, y utiliza la lista como un escudo que te proteja de las técnicas de marketing que utilizan los comercios de alimentación, que quieren que compres más de lo que necesitas. ¡Come lo que compras y compra lo que necesitas!
¿Deberíamos enviar los restos de comida al extranjero? ¿Es esto la solución?
¡No! Se trataría por supuesto de una idea absurda. La solución es no producir más de lo necesario y no despilfarrar. Sin embargo, está claro que despilfarrar comida es el equivalente de sacar comida de las bocas de los pobres a escala global. Cuando compramos comida, por ejemplo, pan, estamos interactuando en el mercado global del trigo. Las recientes subidas de precio de algunas materias primas como el trigo han sido provocadas en gran medida porque la demanda supera la oferta. Estas subidas de precio condenan a millones de personas al hambre. Si nosotros, en los países ricos, despilfarráramos menos pan y por lo tanto, compráramos menos trigo en el mercado mundial, quedaría más cantidad disponible para las personas en África y Asia, que pasan hambre, y que compran el trigo en el mismo mercado mundial.
¿Deberían los supermercados donar sus productos antes de que caduquen? ¿Cómo es la situación en España y Europa?
Sí, si un supermercado u otro comercio de alimentación acaba teniendo excedentes de productos que van a caducar, deberían donarlos para que la gente pueda consumirlos, antes que despilfarrarlos. Esta práctica está mucho más extendida en los EEUU que en España y en el resto de Europa. Y es hora ya de que nosotros -los consumidores- exijamos a los comercios de alimentación que donen sus excedentes en vez de tirarlos a la basura.
La FAO afirma:
El hambre sigue siendo uno de los desafíos más urgentes del desarrollo, pero el mundo produce alimentos más que suficientes. Recuperar tan sólo la mitad de lo que se pierde o desperdicia podría bastar para alimentar al planeta. La iniciativa Save Food, dirigida por la FAO, colabora con organismos internacionales, el sector privado y la sociedad civil para permitir que los sistemas alimentarios reduzcan la pérdida y el desperdicio de alimentos, tanto en los países en desarrollo como en el mundo industrializado.
Dejar limpio el plato, significa, sírvete sólo lo que te vas a comer, en nuestra sociedad consumista, tenemos por mala costumbre servir en los platos grandes cantidades de comida, cantidades que no alcanzamos muchas veces a comernos y queda desperdiciada.
No desperdiciemos comida, es realmente un pecado capital contra la humanidad.
Mas lecturas sobre el tema:
http://www.fao.org/food-loss-and-food-waste/es/
Documento: Pérdidas y desperdicio de alimentos en el Mundo
http://www.fao.org/docrep/016/i2697s/i2697s00.htm
http://www.eufic.org/article/es/artid/How-to-minimise-food-waste/
Pobreza en Miami
https://www.youtube.com/watch?v=5A7dCVpIGOo
http://www.miamiherald.com/news/local/community/miami-dade/article3789435.html