Cuando estaba recién llegado a la colonia de Ayutuxtepeque donde actualmente vivo, hubo más de una vez que al volver a la casa se me olvidaba que me había mudado y tomaba la ruta a la antigua vivienda. Eso mismo me pasa ahora que nos hemos cambiado de casa virtual. En forma mecánica me voy a la vieja dirección solo para descubrir un pasado que ya no tiene retorno.
De todos modos, cuando ya se está frente a la puerta de la vieja casa, la tentación de abrir la puerta es enorme. El deseo de recorrer el antiguo corredor, de ver la sala y el comedor vacío o los viejos dormitorios, es grande. Las ganas de sentarse en el patio a recordar las horas que allí pasamos, es inevitable. Eso es lo que hice hoy lunes por la noche, momentos antes de escribir estas líneas.
Cuando visité el top 100 del Blogcindario me llevé una gran sorpresa. A pesar que el cierre oficial del blog comenzó el viernes pasado y terminó el sábado, todavía conservamos el primer lugar. Eso me sirvió de pretexto para continuar vagando un rato por la vieja casa. Uno no puede abandonar una vivienda a la cual siguen llegando los amigos.
Me encontré con nuevos comentarios de nuestros lectores, que por principio debo leer. Algunos a comentarios recientes y otros a comentarios escritos hace varios años. Llegue a la conclusión que estaré regresando periódicamente. Mientras haya quienes dejen comentarios, habrá que leerlos.
Hunnapuh me comentó que irá migrando mucho de lo escrito en el antiguo blog, para llevarlo a la nueva residencia. Será algo así como ir sacando lentamente los tiliches de la vieja casa. Poco a poco el antiguo blog irá quedando únicamente como referencia, como recuerdo de momentos buenos que vivimos, tanto los que escribíamos como los que leíamos.
Creo que en unos meses saldremos del top 100 de blogcindario. Allí se quedará el viejo blog, así como una vieja estación espacial que los rusos construyeron, que se volvió obsoleta y fue abandonada. Con los años se fue acercando de nuevo a la tierra, un día regresó de nuevo en forma de una bola de fuego que iluminó fugazmente la noche. Se hundió en el mar sin dañar a nadie.
Pero en ese momento había otra nueva estación espacial, rompiendo los records que la anterior dejó. Así cuando el viejo blog, destelle su último haz de luz, antes de hundirse en el mar virtual del Internet, ya estaremos rompiendo nuevas metas y alcanzando nuevas fronteras. Todo esto será posible, gracias a nuestros lectores y lectoras que han comenzado a migrar a la nueva casa, con más velocidad que la que tiene Hunnapuh para trasladar los viejos comentarios.
Un saludo a todos y todas, desde esta nueva mansión.
Ayutuxtepeque, Lunes, 19 de Octubre de 2009.
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