Un aniversario mas de los asesinatos en la UCA

Un aniversario mas de los asesinatos en la UCA

Este 16 de noviembre del año en curso se cumplen los 21 años de los asesinatos de los jesuitas de la UCA y sus dos colaboradoras.
Es cuestión de que hagamos un poco de memoria histórica para darnos cuenta de que no podemos olvidar a esos sacerdotes, hombres que dieron su vida evangelicamente a la cultura de un pueblo injustamente vilipendiado en el país.
Ahora han pasado dos décadas y el crimen sigue impune, no se hecho justicia  por el asesinato y por ello no puede haber perdón y olvido. La guerra estuvo colmada de atrocidades por parte del ejercito y la guerrilla, pero mas por el ejercito y los cuerpos de seguridad y sus escuadrones de la muerte.
Masacraron a tanta gente que es una historia espantosa la de las décadas de los 70 y  80. Luego vino la secuela de la misma injusticia en su vertiente de violencia social.
Recuerdo a Ignacio Ellacuría yo tenía alrededor de 18 años todavía no había encontrado el significado de su labor ni había entrado a la universidad en la que me forme (la UCA), Ellacuría era un hombre de gran talante político y filósofico que siempre que lo invitaban salía en las entrevistas y declaraciones de los medios sobre todo en la entrevista al dia del canal 12; el era muy partidario de una solución politico-negociada al conflicto salvadoreño donde veia que ninguna de las partes en conflicto  podía ganar la guerra, sino era con un alto costo, pero lo hacia desde la perspectiva evangelica, lo cual lo convertía en revolucionario auténtico, seguidor de Jesús de Nazareth desde la perspectiva de las bienaventuranzas.

Eso si también criticaba a la izquierda por su falta de realismo político en la solución de los problemas del país.

Pero su visión era la de una universidad cristiana al servicio del pueblo o lo que el llamaba «las mayorías populares», siempre sintió gran afecto por este pueblo y por la situación de injusticia estructural que vivía.

"Martyrs of the Jesuit University", By Br. Robert Lentz, OFM. 1991.

Los otros sacerdotes tenían un menor perfil público. Ignacio Martín-Baró era un gran teórico de las ciencias sociales sobre todo de la Psicología Social y la opnión pública y Segundo Montes un gran investigador y defensor de los Derechos Humanos, solo en contadas ocasiones los escuche y vi por la televisión.

Pero Ignacio Ellacuría era un hombre que se movía muy bien políticamente sin miedo a decir la verdad.

Fue fundador de la Catedra de Realidad Nacional donde invitaba expositores que podían aportar a la solución de los problemas del país, una vez me llamo la atención que criticó a unos enmascarados de la guerrilla que repartian propaganda diciendoles quitense las mascaras, esto fue en el auditorio que hoy lleva su nombre, fue impulsor de la llamada «tercera fuerza» o sea la sociedad civil organizada en el Comite Permanente por el Debate Nacional  por la Paz (CPDN), y previo a su asesinato le dio un doctorado «honoris causa» en Ciencia Política al Dr. Oscar Arias Presidente de Costa Rica y en Barcelona cuando recibio el premio Alfonso Comin dijo que la UCA estaba trabajando revolucionariamente por la paz y el desarrollo en el país.
Hay que recordar que Oscar Arias fue impulsor de los acuerdos por la reconciliacion en los pueblos de Centroamérica que vivian la agresión imperialista de los Estados Unidos con las propuestas de Esquipulas I y II.

Para entonces la UCA era una universidad muy pequeña de tenía solo 7,000 alumnos, no como la densa población estudiantil que hoy tiene.
Pero lo importante decia él era que el centro de la UCA no eran sus alumnos y su formación, ni la investigación y publicaciones sino que su centro giraba en torno a esas mayorias populares, a su bienestar, solo asi la UCA avanzaba, el centro era el «pueblo crucificado» que sufre las injusticias del sistema.
Hablaba de que tenia que haber convivencia y practicar artes y deportes y no perder el sentido de la «fiesta» tan importante para los pueblos a todo eso invitaba al pueblo, a la cultura.

Monseñor Oscar A. Romero

También en una ocasión hablo de la muerte de Moseñor Romero como algo que era como «que si Dios hubiera pasado por El Salvador».
Si mataron a Monseñor Romero que no podian hacer con el humilde pueblo de campesinos, obreros y estudiantes dijo «si eso haceis con el leño verde que no podeis hacer con el seco» palabras evangelicas.
Ahora a 21 años de la muerte de los jesuitas es bueno recordarlos, puesto que estos españoles se comportaron con una ética y calidad humana mejor que muchos salvadoreños asesinos y explotadores.
Y esperamos que la justicia divina y humana les repare de esa atrocidad cometida que puede calificarse como delito de «lesa humanidad», no solo castigando a los culpables sino dando una vida digna al pueblo Centroamericano que tanto se la merece.