Tal como estaba previsto el panorama electoral presidencial se va completando, el hilo argumental era conocido desde mediados del año pasado, lo importante y novedoso san sido los detalles. La coreografía siempre es importante en la conceptualización del entorno, aunque no sea pieza de fondo en la trama. Ahora solo falta esperar si el CD va a poder lograr incorporarse al tren de la elección presidencial que cada vez corre con más velocidad.
Las últimas elecciones presidenciales tuvieron la simpleza que imponía el viejo esquema polarizante. Una lucha entre dos grandes partidos, que con grandes recursos se abrogaban la representación de la derecha y de la izquierda, excluyendo al resto. La elección del 2004 fue patética, solo los dos partidos grandes sobrevivieron al mínimo de votos que el Código Electoral (Escrito y aprobado por los mismos partidos) exigía para no ser cancelados.
En esa ocasión (2004), la crisis del esquema vino después de la elección, no antes. La desaparición del PDC, PCN y CDU era una sorpresa para muchos y la lucha por pasar encima de la misma ley que ellos habían aprobado y aplicado a otros, fue el elemento dominante de la coyuntura política en los siguientes meses después de las elecciones.
En la siguiente elección presidencial de 2009 el esquema fue igualmente simple, las dos fuerzas políticas se volvieron a enfrentar, en esa ocasión en solitario. El resto simplemente se apartó de la contienda formal y buscaron diversas formas de arrimarse a los dos grandes contendientes. No tenía ningún sentido intentar una participación alternativa.
Pero en esta ocasión, el resultado electoral provocó las sinergias que hacen que esta próxima elección tenga elementos novedosos. El resultado electoral del 2009, demostró el agotamiento de la polarización izquierda versus derecha, sistema de libertades versus totalitarismo. Al igual que en las elecciones del 2004, la crisis del esquema se produjo después de la elección. La división en ARENA no fue solo la consecuencia de un conflicto intrapartidario. Era el inicio de un proceso de descomposición, o recomposición del viejo y tradicional grupo de poder económico que sin mayor oposición había venido controlando los hilos de la economía y la política salvadoreña.
Tampoco el partido ganador de la contienda electoral ha estado exento de crisis. Su naturaleza es diferente, menos evidente y como consecuencia menos pública, pero no menos impactante en el mediano plazo. Esta crisis no se expresa en plano cupular o direccional, su impacto es en la base partidaria y social, que desilusionados, después de más de tres años, comienzan a erosionar el aparato de abajo hacia arriba.
Por todo lo anterior es que estas elecciones presidenciales pueden ser un tanto diferentes a las anteriores. En primer lugar surgen nuevos espacios de participación electoral, que aunque todavía limitados, por un Sistema Electoral excluyente, pueden y comienzan a emerger. En segundo lugar, y como consecuencia de lo primero, la competitividad aumentará y esta significará un nuevo golpe al viejo modelo polarizador de dos grandes partidos. En tercer lugar, aumentará el margen de incertidumbre en el resultado electoral, lo cual es clave para el desarrollo de la democracia formal.
La incertidumbre en los resultados, como consecuencia de la apertura de nuevos espacios de participación, es beneficiosa para el país. Esta obliga a todos los participantes a poner sus mejores esfuerzos para conquistar el voto ciudadano. Los obliga a tener mayores niveles de seriedad en las propuestas y a elevar el nivel del discurso político electoral.
El reto ciudadano es desentrañar los verdaderos intereses que se encuentran detrás de cada candidatura y de cada propuesta. De alguna manera se enfrentarán diversas formas de concebir la realidad y diversas formas de enfrentar, solucionar o administrar los complejos problema económicos y sociales que padecemos. De que la ciudadanía logre descubrir estas cuestiones estará la clave para una decisión certera en las próximas elecciones presidenciales.
Ayutuxtepeque, viernes 01 de marzo de 2013.
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