Allá por el 2007 escribía sobre un sujeto que se suponía que era Jesús encarnado, el cual fundó una secta cuyos seguidores llegaban a tatuarse el 666 para identificarse con dicho personaje (ver “Creciendo en desgracia”, que para ser dios hombre terminó de una manera demasiado mundana (derrame cerebral después de padecer de cirrosis hepática) y que tuvo cierto impacto mediático en nuestro país (Ver Diablo de hoy, BBC). El caso es que esto no es nuevo, de cuando en cuando aparecen farsantes, magos, patafísicos, enviados de dios, sanadores, ufólogos y será la de no terminar; tenemos por ejemplo cuando vinieron seguidores del coreano Moon una secta que casaba a medio mundo con el otro medio mundo, y que el poco tiempo que le permitieron estar en el país lograron convencer a gran cantidad de ingenuos (por no escribir una mala palabra) (Ver, otra vez, el Diablo de hoy), o mucho más antes el profeta Amos (Amocito para sus amigos) cuyos seguidores se visten de blanco y andan por ahí sin mucho escándalo, las visitas frecuentes que nos hace Sixto Paz Wells, invitado dilecto de ciertos medios televisivos.
Lo anterior lo traigo a cuenta porque en la serenidad de mi domingo leyendo la Prensa Gráfica leo un artículo de otro sanador René Mey estuvo en el local de Centro Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO) con una participación, según ese medio de unos “3,000 personas, 1,500 en la mañana y 1,500 durante la tarde” (Prensa gráfica), el año pasado anduvo por estos lugares (ver nota de Prensa gráfica), lo que resulta lamentable es la negligencia con que ese medio de no investigar a profundidad a estos tipos milagreros, que según afirma cura enfermedades como el cáncer entre otras, que puede aguantar la respiración por 16 minutos (lo cual sería fácil de comprobar, aunque dudo que acepte demostrarlo bajo condiciones de control experimental independiente), esto y más en una película que vende Más allá de la luz (para el que quiera ahorrarse dinero y saque sus propias conclusiones puede ver la película en el inevitable YouTube)
El tipo se presenta como un humanista, ajeno a religiones, totalmente apolítico, altruista; no cobra por sus oficios (de todos modos que le ponga la mano encima a uno no le cuesta nada), lo que si pide son donaciones para cubrir sus gastos, además de ventas de sus libros, cds, diversos suvenires además de todo tipo de tratamiento alopático, quienes se encargan de venderlos, por supuesto sus fieles, quienes obviamente obran con su mismo altruismo (o sea que trabajan «de choto» como diría don Will Salgado). Sin embargo el asusto no queda ahí, el tipo tiene una cola bastante larga “En el historial delictivo de René Mey se encuentran varias demandas por fraude originadas en Francia y otras más que se agregaron en Costa de Marfil, pero el dato más marcado es su estadía de 5 años en prisión por un acto violento.” Fuente oem.com.mx, también pueden consultar este artículo, del semanario L’Express, o este otro legrandjournal.com.mx.
Pero como decía lo más indignante es la Prensa Gráfica, que se supone es un medio serio y profesional publique estas notas sin verificar al tipo, prácticamente promoviéndolo en nuestra sociedad de por sí en extremo crédula y fácilmente manipulables, que no superan el pensamiento mágico-religioso.
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