Obligar a que las AFP inviertan el dinero de los trabajadores en títulos del Estado por los cuales se paga bajo interés, sin dudas golpea la rentabilidad de los ahorros de los cotizantes y como consecuencia sus pensiones futuras. Pero es más grave que los fondos de los trabajadores se inviertan en paquetes tóxicos de la las instituciones financieras internacionales, pues en este caso no solo no ganaríamos nada, sino que podríamos perder nuestro dinero.
Antes de la crisis de la banca internacional del año 2008, donde se perdieron miles de millones de dólares en inversiones de los llamados “paquetes tóxicos” que se conformaban con créditos impagables pero con el aval de las calificadoras de riesgo internacional y de grandes aseguradoras que fueron arrastradas a la quiebra, varios personeros en El Salvador, en la más absoluta privacidad, buscaban convencer a los diputados que en la ley que regula las AFP se flexibilizaran las posibilidades de inversión de los ahorros de los trabajadores en los mercados financieros internacionales, se hablaba de cómo habían paquetes de inversión muy seguros pues tenían el aval de Aseguradoras y calificadoras de riesgo de categoría mundial. Por suerte para nosotros, esa reforma legal nunca se produjo.
Pero en esos días, muchos multimillonarios salvadoreños, habían vendido las instituciones financieras a la banca internacional y al verse con exceso de liquidez habían invertido el producto de las ventas en esos paquetes de inversión que pululaban en el mercado financiero internacional, que luego resultaron ser tóxicos. Uno de los secretos mejor guardados en El salvador es: cuantos millones se perdieron en esa aventura. Les tocó algo parecido a las víctimas de INSEPRO FINSEPRO, pero a escala mundial.
Los ahorros de pensiones de los trabajadores conforman un capital netamente salvadoreño, que debe ser invertido con seguridad y eficiencia. Además por ser resultado del esfuerzo de los salvadoreños, este dinero debe potenciar el desarrollo de la economía nacional. Por ello la ley regula con mucho rigor las formas y montos de inversión.
En el mundo financiero globalizado, las inversiones de alta rentabilidad son a su vez de alto riesgo, y las de baja rentabilidad son las más seguras. Por ejemplo, muchos invierten en bonos del tesoro de los EUA, pues aunque tengan una rentabilidad modesta son absolutamente seguros en el mediano y largo plazo. Lo fundamental en el caso de los fondos de pensiones, es lograr un equilibrio que garantice la seguridad de la inversión con una tasa de ganancia aceptable
Como bien lo dicen las administradoras de pensiones invertir en bonos del país tiene poca rentabilidad que golpea las pensiones, pero son seguros. La solución es un acuerdo de aumentar la rentabilidad de estas inversiones para que los trabajadores ganen más por sus ahorros, pero que también el Estado pueda obtener recursos frescos a menor costo que en la banca internacional. De esta manera ambos ganan. Esto es posible conseguir si se sientan con visión de país los diputados con los funcionarios del Ejecutivo y llegan a un acuerdo, escuchando a las AFP, a los patronos y los trabajadores.
El dinero de los trabajadores es parte del ahorro nacional, debe ser usado con responsabilidad y eficiencia. Puede ser muy útil para el desarrollo de la industria y la agricultura nacional, para el empuje de la mediana y pequeña empresa productiva, solo para poner algunos ejemplos. ¿Porqué recurrir a los créditos con la banca internacional si tenemos nuestro propio ahorro para generar progreso y desarrollo económico?
Pero también es necesario revisar los montos que los trabajadores pagan a las AFP por la administración de sus ahorros. Varios estudios especializados han señalado que el costo de la administración de nuestras pensiones es muy alto en comparación a otros países donde se ha implementado este modelo. Los estudios revelan que las ganancias de las AFP son excesivas y esto se produce a costa de los trabajadores. Si disminuyera el costo de administración de nuestro dinero, esta diferencia podría pasar a engrosar el monto de nuestros ahorros mensuales, que con el paso de los años puede llegar a significar varios miles o decenas de miles de dólares más, según el monto cotizado. Pero extrañamente de esto no nos hablan las AFP en su campaña orientadora.
Como podemos ver, el debate que ha surgido sobre este tema es de relevancia nacional, además involucra nuestro futuro. Las medias verdades que manejan los grupos de interés son de poca utilidad pues nublan el panorama global. Las AFP no quieren sacrificar sus jugosas ganancias, el gobierno busca obtener liquidez al menor costo. Mientras que los trabajadores, que son los verdaderos dueños del dinero en disputa, solo observan expectantes, pidiendo a Dios que la pensión que les toque no sea tan miserable.
Ayutuxtepeque, 28 de marzo de 2012.
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