No sorprende mucho que ante la ola de burlas y retos que recibiera ARENA por la «renuncia» de Norman Quijano, se apuraran en definir un candidato, la diputada Ana Vilma de Escobar, quien era la posibilidad más lógica, declinó «graciosamente» en medio de risitas de conejo.
Edwin Zamora es un nuevo político, es decir no tiene la enorme trayectoria de todas las otras momias areneras y representa un sector bastante fuerte del Gran Capital que no está alineado a los designios de la cúpula Poma – Meza – Pohl, etc.
Representa al sector textilero, ligado a las multinacionales del rubro, Hanesbrand, Fruit of the Loom, Petenatti, etc. y a un sector industrial de derecha que de viva voz, no comulga con algunas de las extremas ideas neoliberales del actual COENA, pero que paradojicamente, defienden al sector maquilero, quienes han sido sistemáticos violadores de las leyes de trabajo en el país.
Como no responde a las órdenes de la Junta directiva de accionistas de ARENA, S.A. de C.V., durante la pasada tuvo varios enfrentamientos por fijar desde el principio su postura ante el caso Francisco Flores y se le considera un elemento políticamente valioso pero ingobernable.
Por eso como bien lo comentó Grismel en el post anterior, podría ser que lo están tirando al ruedo de forma tan intempestiva para quemarlo anticipadamente y que no tenga luego aspiraciones presidenciables.
En las encuestas creo que sale abajo de Ana Vilma, puesto que es casi desconocido y su salto a la popularidad fue por el famoso audio en el que despotrica contra Flores, pero en estos momentos quizá es su mejor argumento como alguien que aún estando en ARENA, antepone «sus principios» a la famosa «Lealtadquenoquitacerebro» que pregonan por ahí.
El problema para ARENA y más para el FMLN, sería si gana la alcaldía, pues el hombre más que político ha sido un administrador y un gerente, es decir alguien acostumbrado a rendir y dar resultados de tal modo que si lo dejan seguramente pondría a trabajar a la Alcaldía a un ritmo que no han conocido hasta la fecha, fijándolo en el inconsciente popular como un presidenciable de primer orden y nuevamente el COENA-ARENA se las vería con un presidente al que no podrán dominar.
Sin embargo Nayib tiene lo propio, además de que se hábil con las redes sociales y mucha de su popularidad se la debe no solo a sus excelentes propuestas y logros en su municipio sino a sus efectivas campañas de marketing social y político.
Por eso quizá la premura en lanzarlo, sin mayores consultas ni estrategias, a lo mejor lo dejarán que se pague la campaña o que lo haga el sector afín a él y al perder la contienda lo borren de la lista blanca de posibles candidatos a la siguiente presidencia del país. Dura política sed política.
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