Michael Jackson ¿Descansa en paz?

Uhhhhh!

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Hasta después de dos meses del fallecimiento podrá descansar en paz el cuerpo de Michael Jackson. Por más que nos cuenten historias de autopsias para investigar las causas de su muerte, todos sabemos que también ha mediado el interés de las grandes corporaciones discográficas y del espectáculo, que han exprimido el cadáver para sacarle hasta la última moneda.

 


Es la última oportunidad que tenían ante un suceso que no esperaban. Por otra parte se une el interés de la familia del difunto que siempre vio el dinero como algo vital. Mucho se ha escrito del mal trato que el menor de los cinco hermanos recibía de su padre, para garantizar que el muchachito rindiera toda la ganancia posible.

Ahora van a enterrar al cantante, para poder iniciar el mito y la leyenda. El asunto es continuar el negocio, en todo caso el difunto ya no podrá quejarse. Un amigo me decía que los pintores se vuelven famosos cuando se mueren, pero parece que la fama no se reduce solo a ellos.

Ahora se trata de armar la leyenda, aparecerán canciones inéditas, que nadie ha escuchado. Sus pertenencias serán subastadas por miles de dólares. Su mansión particular será sitio de peregrinación. En el sitio de su tumba en el cementerio habrá que poner seguridad especial, pues lo enterraron en un sarcófago de oro que para muchos puede ser tentador fundirlo. Además, más de un loco puede robarse el cadáver para venderlo por piezas. Muchos podrían pagar miles de dólares en secreto, por el fémur o la tibia del difunto.


Pobre Jackson que nunca podrá descansar en paz. Tendrá que continuar pagando el costo de la fama. La misma fama que adquirió cuando era solo un niño y que le impidió madurar.

Porque Michael Jackson fue el eterno niño, que se negó a crecer, que se quedó atrapado en la infancia. Que nunca fue capaz de asumir su vida con el mínimo de responsabilidad de un adulto promedio. Su incapacidad para madurar y volverse adulto fue el costo que en vida pagó por la fama. Pero también era la fuente de la misma.

Millones de seres humanos adoraron a ese niño que se negó a crecer. Enloquecían al escuchar esa vocecita chillona que se negó a volverse grave. Ese niño que en los videos musicales jugaba a ser adulto, a ser mafioso, a ser súper héroe, que eran en el fondo los mismos juegos que todos nosotros siendo niños más de una vez jugamos.


Por ello el secreto de su fama consistía en que despertaba el deseo ancestral que todos tenemos de volver a los viejos tiempos. Parafraseando a Hunnapuh, “cuando éramos felices e indocumentados”.

Ahora este niño eterno ha fallecido. En este planeta muy difícilmente alcanzará la paz que solo el olvido y el anonimato pueden brindar. Si dios en su inmensa bondad se apiada de su alma, quizá no lo lleve al cielo, a lo mejor lo manda al país del Nunca Jamás, con Peter Pan y los niños perdidos que nunca crecieron.

Ayutuxtepeque, Jueves, 03 de Septiembre de 2009.

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