En esta semana el Presidente de la República ha confirmado lo que ya se rumoraba días atrás. Que la Organización delictiva mexicana cuyo principal negocio es el narcotráfico, está buscando expandir sus mercados de operaciones y nuestro país es el objetivo. Pero es limitado pensar que los Zetas solo han venido a buscar contactos con otros grupos de narcotraficantes y con las maras.
Los Zetas son una organización fuerte desde su surgimiento en 1994 a partir de grupos militares de elite que pertenecían al ejército mexicano. Varios de sus fundadores, cuando todavía pertenecían a unidades elites del ejército, fueron entrenados por la CIA en el manejo de armas sofisticadas y métodos de contrainsurgencia. Ahora tienen en jaque al gobierno y a la sociedad mexicana. Por ello, pensar que han venido solamente a conversar con los grupos del narcotráfico criollo y los líderes de las maras me parece muy limitado.
No podemos descartar que estas exploraciones hayan sido hechas por falsos empresarios, que vienen al país a explorar el clima de inversiones. Cuando un grupo delictivo obtiene grandes ganancias, también necesita lavar grandes cantidades de dinero. Invertir en un país pequeño como el nuestro puede ser una forma de lavar el dinero sucio.
En las últimas semanas ha resurgido la presión por la concesión del puerto de La Unión. Se han alzado voces exigiendo que debamos darla a un inversionista privado que sepa del negocio. A pesar que el actual Presidente de CEPA (que es un ex arenero) ha demostrado que este argumento es una falacia, pero se sigue insistiendo en la concesión del puerto.
El control de un puerto sería un negocio maravilloso para cualquier organización delictiva vinculada al narcotráfico, pues les permitiría lavar importantes cantidades de dinero y además usarlo para el tráfico de la droga. Esto es por hoy una especulación de mi parte, pero al dar pensamiento a los hechos, no se puede dejar de hacer esta conexión teórica.
Tampoco podemos descartar, que los Zetas estén haciendo exploraciones en el mundo de la política. Es característica común de todos los países donde opera el narcotráfico que estos buscan corromper partidos y funcionarios. Tener incidencia o control de ciertas instituciones se vuelve clave para sus operaciones delictivas. Aunque de este tema se habla poco en el salvador, es de todos conocidos que un ex diputado salvadoreño guarda prisión en los EUA por narcotráfico.
En El Salvador como en muchos países del mundo, la política está dominada por el dinero. Las campañas electorales son cada vez más caras, y si se observan los resultados electorales hay una proporción directamente proporcional entre resultado electoral y dinero invertido en la campaña.
Esto lleva a los candidatos y partidos a buscar desesperadamente recursos económicos, los cuales abundan en el narcotráfico. En El salvador tendríamos un paraíso para estas “inversiones políticas”, pues ningún partido da cuentas a nadie de cuanto gasta y como gasta en una campaña, ni mucho menos quienes son sus donantes.
El Presidente Funes ha señalado que se busca una estrategia regional de combate a este grupo de narcotraficantes, lo cual es positivo. Pero es necesario que definan metodologías distintas a las empleadas en México o en los EUA, para enfrentar este tipo de delitos.
Hasta hoy solo se combate a los de abajo. Se ataca con fuerza únicamente el narco-menudeo, a veces capturan mandos intermedios. Pero nunca tocan las verdaderas cúpulas dirigentes. Este esquema ha fracasado a pesar que se sigue implementando y en México tenemos un triste ejemplo en Ciudad Juárez.
Una estrategia seria e integral de combate al narcotráfico, además de ser regional debe priorizar los verdaderos mandos altos de la organización criminal. La guerra sin cuartel debe darse a los grandotes, de allí caerán los mandos medios.
Con el narco-menudeo el problema es complejo en su dimensión social. Al ahogar los grandes y medianos, los pececillos se quedan sin agua. Pero el fenómeno social es de atenderse, pues son miles de jóvenes en los barrios pobres de las ciudades los que sobreviven con esta forma delictiva. El narco-menudeo está ligado a la pobreza urbana y la falta de oportunidades. Se necesita también enfrentar el problema de los que son adictos y deben ser desintoxicados.
La violencia en El Salvador es un problema grave. Según los sondeos de opinión es el principal problema para la población. Pero como vemos se puede agravar más. Por ello urge asumir con seriedad estos nuevos problemas.
Ayutuxtepeque, jueves, 15 de abril de 2010.
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