Hay hechos y situaciones que nos impactan cuando los vemos y reflexionamos sobre ellos.
Hace unos pocos años, en medio de una profunda crisis económica y política en España. Cientos de miles de jóvenes que se coordinaron a través de las redes sociales irrumpieron en las principales plazas en una masiva protesta contra el injusto régimen económico imperante. Surgieron los indignados. La faz de Europa comenzaba a cambiar con el emerger de esta nueva generación. Esto dio lugar al surgimiento de nuevas opciones políticas que ahora disputan el poder a los partidos tradicionales españoles y en otros países europeos.
Más recientemente hemos visto como ante los desastres naturales en el sur de los Estados Unidos, México y el Caribe, esta misma generación se vuelca generosa a ayudar a las víctimas de los desastres. Con una velocidad que supera en mucho las tradicionales y burocráticas estructuras de respuesta pública, los jóvenes a través de las redes sociales y la comunicación digital se organizan y coordinan con mucha eficiencia y velocidad, el apoyo que tanto se necesita en estos casos.
Pero en la cara terrible, vemos como esta misma juventud es víctima de terribles masacres, en las Vegas y otras ciudades europeas. Pareciera que esta generación se vuelve objetivo de los terroristas de cualquier signo o simplemente de desquiciados mentales.
Es la generación conocida como los milennials. Generación, que esta realidad globalizada e interconectada nos nuestra en toda su energía para luchar por el cambio, en toda su generosidad y profunda sensibilidad social y humana, así como en toda su tragedia.
Ayudando a sus semejantes en una solidaridad con pocos precedentes, luchando por crear nuevas opciones políticas más justas y democráticas, o siendo víctimas del terrorismo, esta generación emerge, alza su voz, ante sociedades que se han quedado en los esquemas del siglo pasado y del período de la pos guerra.
En nuestro país, esta nueva generación, emerge con fuerza. Se van convirtiendo en la nueva mayoría, pero al igual que en otras latitudes, no es escuchada ni tomada en cuenta.
En las redes sociales esta generación inunda las redes sociales, con sus comentarios, opiniones y reflexiones. Son jóvenes con una inmensa capacidad de adaptación al cambio. Son jóvenes para los cuales la tecnología de las comunicaciones es algo natural, pues nacieron en ella. Son jóvenes que buscan oportunidades sin hallarlas, en este convulso mundo dominado por nosotros los mayores.
Que vacías quedan las frases de “Juventud divino tesoro” o “los jóvenes son el futuro” ante la cruel realidad que enfrentan, en la marginación.
Los mayores estamos obligados a ver las cosas de forma diferente. Abrir con urgencia los espacios de participación en la sociedad y en la toma de decisiones.
Con este comentario iniciaré una serie de reflexiones sobre esta temática. Para ello les pido sus opiniones, sus comentarios. Debemos construir pronto, en una sociedad que se nos desvanece ante nuestra impávida mirada.
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