El pensar las cosas nos lleva por el camino de encontrarnos con el entendimiento, pero estas pueden ser vistas de varias maneras: en su manera apariencial, tal y como se nos aparecen, y en su facticidad esencial, es decir tal como son en sus conexiones internas.
Para que el pensamiento entre en la realidad hemos de hacer una lectura hacia adentro del intelecto. Por eso todo lo que resulta falso o verdadero pasa por esa estructura del entendimiento o razón. La realidad de las cosas mismas nos da que pensar, las cosas mismas son en alguna manera una forma de interpelación hacia lo "es".
Esto lo podemos ver en la búsqueda de las causas y esencias que nos revelan el carácter apariencia y escurridizo de los fenómenos.
Si por algo tenemos que pasar al discurrir sobre la realidad es sobre la interpretación que hace nuestra inteligencia sobre las cosas. No es que exista un "faktum brutum" fenomenológico fuera de la realidad de nuestra mente, nosotros ya formamos parte de esa realidad pensada. La construcción de esa realidad de las cosas en la mente como ya dijimos pasa por toda nuestra experiencia y de los prejuicios y valoraciones que hacemos cotidianamente en el hacernos la vida.
La realidad habla en el pensamiento en la forma de "logos", esto es en el lenguaje en el "decir" en el cual establecemos de una manera configurada el pensamiento mismo de las cosas.
Las cosas tienen de por si una categoría sustancial, son las formas como nos enfrentamos o nos vemos con el mundo. Estas atraen las distintas formas de la materia, y es la ciencia y la filosofía quienes se encargan de darle un discurso racional-explicativo en el que se descubren los contenidos que la integran.
De esa manera las cosas refluyen en la mente y se alcanza en cierta forma una especie de comprehensibilidad y reflexividad que solo la inteligencia humana posee, estas cosas podrán existir fuera de la mente humana pero solo este les da la categoría de realidad.
La diversidad con que la mente humana enfrenta las cosas y la forma de asimilación receptora, y no solo receptora si no también transformadora en una dialéctica sujeto-objeto. Los hombres en esa transformación cometemos errores que nos hacen enmendarlos en nuevas situaciones.
Para poner un ejemplo, los políticos tratan de resolver problemas de la comunidad, si no lo hacen con conocimiento profundo de la realidad y sin la virtud en sus acciones cometerán errores que afectaran a la gran mayoría haciendo que las cosas estén o se muestran desajustadas.
Es tarea nuestra, de los que nos dedicamos a la reflexión intelectual, señalar que la realidad puede ser aprehendida de tal manera que se logre una especie de intelección acorde a las necesidades humanas y del planeta en toda su diversidad.