Hospitalización frente a la deshospitalización

Por: Francisco Quintanilla

Una de las leyes de la dialéctica, la del enfrentamiento de lo nuevo y lo viejo, plantea que lo nuevo se desarrolla sobre la base de lo viejo, pero donde lo viejo no desaparece absolutamente, ni lo nuevo termina por aparecer absolutamente.
Para que algo nuevo aparezca, lo viejo tiene que morir, por su puesto, esta muerte, no es total, ya que en lo nuevo que germina a partir de lo viejo, lleva algo de este último.
En todo sistema, organización económica, gobierno o incluso partido político, en medio de las marejadas de aspectos negativos, se encontrará, como oasis en el desierto, algo de bueno, que por el mero hecho de proceder de una estructura en franca descomposición, no se puede desechar, sin más.
Uno de estos oasis, que no debió de desecharse, sólo por el mero hecho de que fue propuesto y desarrollado durante el primer gobierno del FMLN, fue el de los Equipos Comunitarios de Salud (ECOS), los cuales eran de dos tipos: familiares y especializados.
Sobre todo, los primeros, iban por su naturaleza orientados a la prevención primaria. La prevención primaria, como medio mundo sabe, es de las prevenciones más baratas e importantes, ya que ataca una enfermedad antes de que aparezca. En este sentido, según esta prevención, de lo que se trata es de mantener saludable a una población por medio de la educación y no esperar a que se enferme para curarla.
Mantener sana a una población, resulta, en este sentido además de un proceso más efectivo y eficiente, más barato para cualquier Estado, que esperar que su población se enferme para luego curarla.
Los ECOS, formaron parte esencial de la reforma en salud impulsada durante el gobierno de Mauricio Funes y sostenida débilmente durante el gobierno de Sánchez Cerén. Esta reforma, planeada y dirigida, por la entonces Ministra de Salud, Dra. María Isabel Rodríguez, dio sus frutos, los cuales serían imposible rebatir y negar, aun por la mente más negadora y deformadora de la realidad.
Los ECOS fueron creados en 2009 y puestos en acción, en el año de 2010, los cuales como sostenía el Ministerio de Salud, de ese entonces:
Los Ecos están basados en un modelo de atención primaria de salud y con enfoque de salud familiar y son parte de la reforma de salud que el Ministerio de Salud Pública impulsa con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud y se pretende a través de los Ecos garantizar el derecho a la salud y el acceso efectivo de la población cerca de su hogar, evitando que la población tenga que recorrer largas distancias e incurrir en gastos adicionales para ser atendida y que los hospitales se saturen. (MINSAL, 2018)
Como puede denotarse, que con los ECOS, en primer lugar, se puso en práctica y desarrolló la prevención primaria, en segundo lugar, se hizo los esfuerzos para que la población, sobre todo la que ha sido excluida del derecho a la salud, gozara de tal derecho, y en tercer lugar, se impulsara un proceso enorme, de deshospitalización de la salud, es decir, que la salud, fuera al encuentro de los más excluidos de este derecho, y no que estos, fueran a mendigar limosnas de salud a los hospitales.
Todo este proceso de deshospitalizar la salud, se constituyó en un proceso además de un acto de justicia social, un proceso complementario a la naturaleza de un hospital, a la hospitalización de la enfermedad, ya que los hospitales están diseñados para curar y no para prevenir. Para curar, cuando una enfermedad se puede curar en un momento determinado, pero cuando no existe una cura o medicina que contribuya a superar tal enfermedad, como es el caso del covid-19, el sistema hospitalario se ve casi totalmente desarticulado y atestado de pacientes como en la actualidad.
El Dr. Rúales (2018) sostiene que al poder resolver los problemas de la población en la localidad se evitará que se acumulen los pacientes en los hospitales. Esta premisa, expuesta por este galeno, no hay duda, que no fue tomada en cuenta, por el actual gobierno, ni por las autoridades de salud que dirigen en este momento el sistema de salud nacional.
El MINSAL sostuvo en ese entonces, que el Modelo de atención integral en salud con enfoque familiar y comunitario, se fundamenta en la estrategia APSI (Atención Primaria en Salud Integral), con un abordaje integral del individuo a lo largo de su curso de vida, la familia y la comunidad; así como la toma del control por parte de la ciudadanía de la determinación social de la salud, para reducir la inequidad en la gestión y prestación de servicios de salud; reconociendo las bondades de la promoción de la salud así como la prevención de enfermedades a partir de la detección temprana de condicionantes y riesgos.
Partiendo, de la naturaleza y esencia de los ECOS es decir, de la prevención primaria y de deshospitalizar la salud, era y es básico en el contexto de cualquier pandemia, que un gobierno cuerdo y con un profundo compromiso con el bienestar del pueblo salvadoreño, mantuviese dichas herramientas preventivas, independientemente de que fuesen impulsados y puestos en prácticas por un gobierno del FMLN o por cualquier otro gobierno, ya que, lo que debe privar en situaciones donde está en riesgo la vida de toda una población, es el bienestar de la misma, y no los intereses partidarios y proselitistas de uno u otro partido político.
Haber eliminado esta herramienta preventiva, sin un mayor análisis técnico y científico, más bien guiados por un arrebato político e ideológico, está teniendo sus costos bastantes elevados para la población salvadoreña e incluso para los mismos trabajadores de la salud.
Según trabajadores de salud de diferentes hospitales nacionales del país decenas de personas, incluidos trabajadores de la salud están muriendo a diario, producto de la pandemia del COVID19. Decenas que también son constatados por diferentes alcaldes de distintos municipios, datos que reflejan que la cantidad de muertos como de contagiados por dicho virus, son mucho mayor que los reportados oficialmente por el actual gobierno de la república.
Entonces, si no se “cuenta”, actualmente, con un medicamento que contribuya a superar efectivamente la enfermedad producida por el nuevo coronavirus, el sistema hospitalario poco pude hacer para combatir mediante la curación tal enfermedad, por lo que, lo fundamental es en estos casos, combatirla mediante la prevención.
Si bien es cierto, las cuarentenas domiciliares resultan valiosas para tratar de disminuir el número de personas contagias, por si solas resultan insuficientes, sino se complementan con herramientas de campo, como eran o son los ECOS, ya que muchas personas, no han sido educadas en el arte de la prevención: piensan, en este sentido, mucha gente, que la prevención no sirve para combatir el covid19, saliendo a las calles libremente sin ninguna protección.
La prevención de muchas enfermedades, la herramienta principal es la educación y no el confinamiento en centros de contención, donde se mezclaron a gente sana con gente contagiada por el covid19, esto aumentó, como consecuencia, las posibilidades que se contagiara más gente en estos lugares. En este sentido, se confinan o se aíslan a las personas contagias, a las enfermas y no a las sanas.
Ahora bien, destacar la importancia de los ECOS, no significa en absoluto, que con ellos se hubiese evitado la pandemia del COVID19, pero si, se está afirmando que muy probablemente el número de contagiados serian menores, y por lo tanto los hospitales estarían menos atestados de enfermos del covid19.
La ideología del revanchismo, definitivamente, no sólo contagio desde el inicio de su gestión a la forma política como el señor presidente de la república, se ha vinculado con la sociedad salvadoreña en general y con las diferentes instituciones del Estado en particular, sino que también, se desvió en el abordaje científico y técnico que le tenía que haber dado a la pandemia del covid19, dejando hasta este momento altos costos humanos en la población salvadoreña. Por supuesto, de este mal no se salva tampoco la Asamblea Legislativa, ya que ambos, el primero para mantener y aumentar el poder, y los otros, por querer recuperar el poder perdido, no les ha interesado verdaderamente el bienestar del pueblo salvadoreño.
A estas alturas, cuando ya murieron un alto porcentaje de salvadoreños, hombres, mujeres, niños y ancianos, es bien difícil recuperar a los ECOS como herramienta de prevención primaria en salud, pero si se puede aprender la lección; lección que como ya se dijo, ha tenido y continúa teniendo un alto costo humano. Lección, que supone y exige, dejar de lado primero, los intereses político-partidarios y proselitistas, dándole primariedad al bienestar humano; en segundo lugar, escuchar y retomar, por parte de los gobernantes las proyecciones científicas, que sostienen que de ahora en adelante, la “aparición” de nuevos virus más débiles o más fuertes, menos o más mortales que el COVID-19, será una constante, por la alta contaminación ambiental provocada por el mismo hombre y sobre todo por los más poderosos y ambiciosos económica y políticamente, que no les interesa utilizar cualquier arma química o bilógica con tal de lograr sus propósitos, y en tercer lugar, a partir de tales proyecciones científicas, los gobiernos de todos los países y sobre todo, de países pobres como El Salvador, desarrollar e impulsar medidas de prevención sostenidas y sustentables, como parte de una política nacional y no partidaria.
Para terminar con esta reflexión, es de vital importancia, que el actual presidente de El Salvador, así como el órgano legislativo, depongan su soberbia política y su ánimo mal intencionado de sacarle raja político-proselitista al dolor y sufrimiento del pueblo salvadoreño, y decidan de una vez por todas poner a la cabeza en la toma de decisiones a los epidemiólogos salvadoreños más capacitados, para que sean ellos los que dirijan las acciones preventivas para enfrentar la pandemia del covid-19.
30/06/2020

2 comments for “Hospitalización frente a la deshospitalización

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