Escatología de la naturaleza

Por: Francisco Quintanilla

Estornudos dantescos

 de los más económicamente poderosos

que tozudamente imponen su capricho

asesinan pandémicamente

a decenas de miles

de pobres inocentes

e inocentes pobres

en todo el planeta tierra.

En todo el planeta tierra

los pobres inocentes

y los inocentes pobres,

los tozudos con su capricho

les han robado maquiavélicamente

hasta su derecho a vivir

y a organizarse para vivir.

El Papa Francisco

dijo que el hombre

perdona al hombre,

Dios perdona al hombre,

pero la naturaleza no perdona a nadie.

La tozudez de los más poderosos

que han deificado el dinero,

la riqueza y el poder

y han cosificado la vida humana

de los más pobres de la tierra

han comenzado

a enfrentarse

como Caínes

malcriados y desobedientes

a las señales escatológicas

de la naturaleza

que no perdona a nadie.

El silencio eterno

se pierde y se ahoga

en el infinito individualista

profundamente doloroso.

Se ahoga en la impotencia

de todos aquellos

que perdimos o nos dejamos robar

la solidaridad y el amor por los demás.

Hasta los cristianos:

curas, pastores y feligreses

están desaprovechando la oportunidad

de convertirse en verbo

no en simple palabra bíblica,

                              huyen en desbandada

de los enfermos de coronavirus,

se encierran en sus madrigueras,

se olvidan que Jesucristo

no huyó

de los enfermos,

se acercó a ellos

hasta a los enfermos de lepra,

les dio amor, esperanza

y los sanó.

La oscuridad más profunda

 se ha cernido

sobre la faz de la tierra.

no se sabe con certeza

si la cola del diablo imperialista,

 la reacción de la naturaleza

o ambos,

una con intención

y la otra por reacción,

están exterminando genocidamente

a miles de humanos.

Parafraseando a Bertolt Brecht:

Se llevaron a un panadero,

como yo no era panadero

no me interesó;

se llevaron a un estudiante,

como yo no era estudiante

no me interesó;

se llevaron a un sindicalista,

como yo no era sindicalista

no me interesó;

encerraron a un enfermo de coronavirus,

como yo no tenía esa enfermedad

no me interesó;

hoy yo tengo el coronavirus,

pero ahora, ya es tarde,

fui una víctima mortal más

no sé, si de la cola del diablo imperialista,

de la reacción de la naturaleza,

o de ambos,

probablemente

nunca se sepa,

pero ahora ya es tarde….

18/04/2020

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