Análisis escrito por Dr. Joseph Mercola Datos comprobados
- Vivir en un área con altos niveles de criminalidad se relaciona con la presión arterial alta
- Por cada 20 incidentes adicionales en cada 1000 habitantes podría aumentar en un 3 % el riesgo de presión arterial alta
- Por cada 20 incidentes adicionales podría aumentar en un 6 % el riesgo de ser hospitalizado por problemas cardíacos
- Las investigaciones anteriores encontraron que en una región densamente poblada y con altos niveles de pobreza en Chicago, la exposición recurrente a altas tasas de delitos violentos se relacionó con obesidad y presión arterial alta
- Las áreas con altas tasas de delitos violentos también exhibían mayores tasas de muerte por asma infantil
- Los descubrimientos han demostrado una relación constante entre la exposición a la violencia durante la infancia y resultados cardiovasculares en la adultez, incluyendo a la presión arterial alta, enfermedad coronaria y ataques cardíacos
El lugar donde vive puede afectar su salud física de innumerables formas, desde la exposición a la contaminación y acceso a espacios verdes hasta los niveles de delincuencia en su vecindario. Los investigadores revelaron en American Journal of Hypertension que vivir en un área con altos niveles de criminalidad está relacionado con la presión arterial alta.
Estos hallazgos fueron revelados cuando los investigadores de la Universidad de Chicago analizaron las mediciones de presión arterial de 17 783 adultos cuando se elevó la incidencia de crímenes violentos en Chicago, entre 2014 y 2016.
«Por primera vez, nuestro estudio demuestra que las mayores tasas de delitos violentos se relacionan con la presión arterial alta y mayor uso paulatino del sistema de salud por parte de los pacientes», dijo para un comunicado de prensa el Dr. Corey Tabit, autor principal del estudio.
El riesgo de presión arterial se eleva por cada 20 incidentes adicionales de criminalidad
El estudio estaba particularmente interesado en examinar la relación entre las mayores tasas de delitos violentos y presión arterial alta. Cuando comenzó el estudio, la tasa de delitos violentos era de 41.3 incidentes por cada 1 000 habitantes al año.
Tres años más tarde, el crimen aumentó en 59.1 incidentes por cada 1000 personas al año en algunas partes de la ciudad, mientras que en otras disminuyó hasta en un 31.1 por cada 1000 habitantes.
El estudio encontró que por cada 20 incidentes adicionales en cada 1000 habitantes aumentaba en un 3 % el riesgo de presión arterial alta. Además, por cada 20 incidentes adicionales aumentaba en un 6 % el riesgo de ser ingresado al hospital por problemas cardíacos.
También, hubo diferencias en los efectos del delito sobre la presión arterial, en función de las tasas de criminalidad del vecindario.
En las áreas con los delitos más violentos, por cada 20 incidentes adicionales en la tasa de delitos violentos hubo un riesgo 8 % menor de presión arterial alta. Pero, en áreas con menos delitos violentos, por cada 20 incidentes adicionales hubo un riesgo 5% mayor de presión arterial alta. En cuanto a las razones de estas tasas, Tabit lo explica para Reuters:
«Lo curioso es que, se observaron mayores niveles de presión arterial alta en las personas que vivían en áreas con menor índice de criminalidad, que en las personas que vivían en áreas con mayores niveles de criminalidad…
Este hallazgo podría sugerir que las personas con una exposición crónicamente alta a circunstancias de criminalidad pueden acostumbrarse a dicho entorno en su vecindario, lo que podría aislarlos de los efectos negativos de los nuevos y mayores niveles de criminalidad».
La incidencia de crímenes violentos es relacionada con riesgos cardíacos y obesidad
Las investigaciones anteriores también han encontrado que, la exposición recurrente a altas tasas de delitos violentos en una región densamente poblada y con altos niveles de pobreza en Chicago estaba relacionada con la obesidad y presión arterial alta.
«En comparación con los pacientes que viven en un cuartil más bajo, los pacientes que viven en el cuartil con más alta incidencia de delitos violentos tenían una probabilidad ajustada 53 % mayor de obesidad… así como una probabilidad 25 % mayor de presión arterial alta», señalaron los investigadores.
Las áreas con altas tasas de delincuencia violenta también tienen mayores tasas de muerte por asma infantil, y se ha descubierto una relación constante entre la exposición a la violencia durante la infancia y resultados cardiovasculares en la adultez, incluyendo a la presión arterial alta, enfermedades coronarias y ataques cardíacos. Según un estudio del American Journal of Preventive Medicine:
“Los efectos de la violencia pueden diferir según la etapa del curso de la vida. El desarrollo saludable del cerebro y otros sistemas de órganos pueden ser afectados por la exposición crónica al estrés, lo que hace que los niños sean particularmente vulnerables a los efectos de la exposición a la violencia.
Estos efectos en el desarrollo pueden tener consecuencias a largo plazo en el desarrollo de enfermedades crónicas, incluyendo la enfermedad cardiovascular [CVD]. La exposición a la violencia durante la infancia se ha relacionado con el desarrollo de factores de riesgo cardiovascular en la infancia, que persisten hasta la adultez.
… La exposición a la violencia en la infancia y adultez también pueden afectar en la salud cardiovascular a través de vías indirectas. Con respecto a la exposición a la violencia, se han observado efectos a largo plazo relacionados con la depresión, agresión, uso de sustancias y conductas de riesgo.
Aunque no ocurre en todos los casos, muchos niños y adultos expuestos a la violencia desarrollan trastorno de estrés postraumático (PTSD) y depresión. Tanto el PTSD como la depresión se han relacionado con la obesidad, presión arterial alta y efectos cardíacos adversos».