Cuando a las 8:00 pm de la noche del sábado 7 de noviembre, arreció la lluvia atemporalada y vimos que no iba a menguar, mas de alguno de nosotros pensó en que esta lluvia traería graves problemas, otros pensaron en sus familiares que por una u otra razón viven cerca de zonas de riesgo, sobre todo por las experiencias que hemos vivido en años anteriores.
Realmente era el momento de actuar, pero para eso era necesario tener un censo de los habitentes en riesgo en todo el territorio nacional, ignoro si existe un mapa similar o si se le actualiza ya que éste seguramente cambia constantemente, pero al menos tenía que lanzarse un alerta general y pedir a la población que tomara las medidas de precaución necesarias, alejándose de los lugares en riesgo.
Esto no siempre es efectivo ya que el apego a lo material hace que muchas personas por escasas que sean sus pertenencias, no abandonen sus hogares sino hasta que el agua les llega a la cintura y escuchan los primeros fragores del deslave, por eso era necesario ejercer una acción directa de las autoridades en actividades de desalojo a estas personas, sin embargo resulta casi imposible identificar con exactitud los lugares que sufrirán un percance de esta naturaleza si no se tiene un censo previo de la localización de estos sitios, efectuado por expertos, cosa que dudo se tuviera a mano.
Al conocerse de la tragedia, el gobierno tomó acciones de inmediato, pero fué hasta la noche del domingo en que Mauricio Funes habló a la nación, un mensaje que no dijo mayor cosa y que perféctamente hubiese sido lanzado desde el domingo por la mañana.
Muchos nos avocamos a lugares de acopio a entregar ayuda pero por la iniciativa civil que hicieron radios y la empresa privada, pero no supimos de esfuerzos coordinados desde el gobierno que de seguro si se dieron, sin embargo no se les presentó con la oportunidad debida, los medios por su cuenta hicieron llamados e indicaron lugares de acopio de ayuda y mantuvieron informado al público.
En ayutuxtepeque, se instaló el centro de operaciones en el antiguo local del partido ARENA, (que cerró «misteriosamente» luego de acabarse la partida secreta, es decir entre abril y mayo del 2009) y que fué ocupado por la municipalidad del FMLN para hacer un centro de defensa de género que también ha servido como centro de operaciones para canalizar las actividades locales.
Pero yo me dí cuenta porque casualmente pasé por ahí, de otra manera quizá hubiese ido a la iglesia o a la escuela Doroteo Vasconcelos (en donde tuvimos un centro de acopio en 1982, con el grupo scout local para el deslave de Montebello), no hubo una convocatoria de parte de la Alcaldía; lo cual me llama la atención ya que para las fiestas de coronación de la Reina, siempre anda un vehículo perifoneando a los vecinos para que asistan a las fiestas, pero en este caso, al menos el domingo no se informó de nada, por lo menos en nuestro sector.
En estos casos el gobierno local o central deben asumir un papel de conductor de los esfuerzos, comvocar a la sociedad civil a la ayuda, puesto que la respuesta del pueblo en estos casos resulta ser espontánea pero sin mayor coordinación y es por eso que es importante que el gobierno asuma ese papel protagónico que canalice de mejor manera los esfuerzoa aislados.
El mensaje de la noche de Funes hubiese sido mas útil si nos hubiera hubiera indicado al menos en que medio se iba a estar dando la información oficial sobre lugares de albergue, de acopio, de ayuda; teléfonos a los que se pueda llamar para darse cuenta del estado.
El momento de reaccionar fue bueno pues se movilizaron en cuanto sucedió la tragedia pero en cuanto a prevención se quedaron cortos, pero posiblemente por las carencias de mapas de vulnerabilidad que a estas alturas deberían estar mas que actualizados pues llevamos décadas de tragedias por las lluvias y en parte es culpa de los gobiernos anteriores, si, pero ahora es responsabilidad del nuevo gobierno y éste no debe dejar mas tiempo sin tomar las medidas que anunción Funes que se tomarían, lamentablemente la tragedia ya sucedió y es ahora cuando debemos reaccionar (nuevamente a posteriori) para salir de ella.
Críticas recibirán pero es bueno hacer caso de las que puedan aportar a la erradicación de los males que tenemos a causa de nuestra casi innata tendencia a la improvisación y al aislamiento, excluyendo por ideología a sectores de la sociedad que están dispuestos a quitarse la insignia ideológica y participar en aras del bien común, en estos momentos, los salvadoreños sacamos lo mejor de nosotros pero sería mas efectivo si desde el gobierno esta disposición fuese bien canalizada y eficientemente administrada.
El trabajo apenas comienza y es bueno hacerlo de la mejor manera posible.
En el gobierno del señor Funes están puestas las esperanzas de muchos salvadoreños y todos esperan que su mandato no sea una continuación de lo mismo que hemos vivido en mas de 500 años.
7 comments for “Desastres naturales – ¿Prevención o reacción?”