Por Raul Fuentes
En la actual coyuntura de elecciones, lo mas importante es saber que el país pasa por una gran crisis económica y de seguridad, que la está teniendo que afrontar el gobierno del Prof. Sánchez Cerén, por esto y con todo y ser los principales de la coyuntura, también destacan otros problemas como es el de la política monetaria a la que estamos sometidos, gracias a la imposición del dólar por los gobiernos de ARENA y específicamente el gobierno del gran defraudador público que es Francisco Flores. El problema de seguridad con todo y lo álgido pasa a ser secundario si se le quiere enfocar desde la raíz: el cual es el problema económico-social de exclusión de amplios sectores de la sociedad salvadoreña sobre todo de la juventud.
El dólar es una moneda que en nada ha contribuido a hacernos mas fácil la vida a los salvadoreños por todas partes vemos la precariedad de la moneda que no ayuda a reducir los niveles de inflación y pobreza de los sectores medios y bajos; sobre todo son las clases medias las que mas pagan los platos rotos de las desacertadas políticas de todos los gobiernos que hemos tenido en nuestra corta, pero ya con cierto trayecto de la vida en democracia formal, desde la época de Duarte.
Ahora con las medidas impositivas del actual gobierno se ve que la inflación a quienes afecta mas es a la frugal clase media (Samuelson):
¿Porqué insistir tanto en esto?
Porque al inclinar la balanza hacia las mayorías se deja de lado a los sectores urbanos de cierta educación e ingresos y no se hacen obras que beneficien en el nivel de vida de estos ciudadanos acomodados, como parques, carreteras, vivienda accesible, control de precios.
Si bien es cierto que los sectores populares son los que mas necesitan de un política económico-social que les facilite a precios accesibles los productos de la canasta básica, por otro lado, sus enemigos los empresarios oligarcas protegen tanto sus intereses y de una forma tan cerrada que esto significa menores niveles de inversión con el consiguiente estancamiento de la economía.
Por lo que toca a estas próximas elecciones municipales y legislativas todos los partidos en contienda y sobre todo el electorado, tiene que tener en cuenta que en esta campaña hay una infinidad de partidos y candidatos lo cual no refleja sino la descomposición social de querer ascender por medios políticos y el profundo desempleo entre los profesionales de los sectores medios.
También refleja la poca institucionalidad en materia política. Son demasiados los candidatos que solo van detrás del hueso. Y si la situación la tenemos en esos términos es poco lo que se puede esperar a futuro de la clase política.
En materia de seguridad lo mejor es ir a las raíces con un buena política de reinserción y rehabilitación de los delincuentes y pandilleros, además de combate frontal a las estructuras organizadas del crimen.
En materia de política económica se debe actuar con una política fiscal, monetaria y crediticia que ponga en reactivación a todos los sectores de la vida económica, de manera que se pueda generar masivamente empleo de calidad (no precario).
Otro de los retos fundamentales de la actual gestión gubernamental es consolidar la Integración Centroamericana, ampliar los lazos de amistad y comerciales con América Latina y el Caribe y el mundo entero.
Ahora que vamos a elegir candidatos al Parlamento Centroamericano (PARLACEN), es bueno que veamos que la región Centroamericana no solo es una de las mas vulnerables del mundo en materia ecológica y agro-alimentaria, si no que también tiene uno de los repartos mas desiguales de la riqueza; por ello deben trabajar los parlamentarios por una integración solida y que haga funcionar eficazmente el Sistema de Integración Centroamericano (SICA).
Todo ello como parte de una reforma política en la región a modo de que funcionen las instituciones y se puedan eliminar problemas como la pobreza, la exclusión, el derecho al agua y la soberanía alimentaria.
Para El Salvador en concreto, y en esto creo que ya hay un poco de acuerdo entre los políticos: se debe implementar la realización de elecciones generales cada cinco años. Así nos evitamos gastos y tensionar o conflictuar al país y los diversos intereses intereses puestos en juego en la vida económica, política y social del país y la región.