Algunos antecedentes del conflicto en la derecha. (II parte.)

No nos ganaron... Perdimos...

La derrota en las pasadas elecciones ha sido el principal detonador en la división que por hoy vive la derecha salvadoreña. Pero sería un error de análisis considerar esta como el único elemento que la ha producido. Incluso la derrota misma tiene otras implicaciones internas que sumadas al desgaste y el deseo de cambio de la población consumaron el resultado electoral desfavorable.

En las pasadas elecciones, ARENA entró  dividida a la contienda electoral, se mantuvo dividida durante toda la campaña y fue solo hasta el final, después de la victoria de Norman Quijano que hicieron un tibio esfuerzo de aparecer unidos, pero ya era demasiado tarde y el esfuerzo fue poco convincente.

Por ello un análisis serio de lo que sucede al interior de la derecha debe ir más atrás. Debemos partir que la división se gestó antes del resultado electoral.

Tampoco debemos de caer en las trampas de creer que el problema del desgranamiento de ARENA es por el dinero que el grupo del ex presidente Saca ofrece a los diputados que se muevan hacia GANA. Este argumento es poco consistente, pareciera que el pobrecito de Cristiani y su grupo no pueden conseguir suficientes recursos económicos y el millonario de Saca le gana la jugada a puro dinero.

Durante la Presidencia de Antonio Saca surgió un nuevo grupo de millonarios que jugaron con las licitaciones del Estado y obtuvieron grandes ganancias. Al mismo tiempo el grupo de poder económico tradicional perdió peso  al verse obligado a vender sus principales empresas al capital transnacional. Como lo señalaba en el comentario anterior este grupo dejó de ser dueño de los bancos y de varias de las grandes y emblemáticas empresas del país.

La división política de la derecha tiene su centro en las contradicciones de estos dos grupos fundamentales y en el alineamiento de otros sectores con intereses económicos, descontentos con el grupo oligárquico tradicional.

El poder económico del cual deviene el poder político no se consigue solo con el hecho de tener dinero. Es clave tener el dinero colocado en las instituciones económicas que constituyen los ejes estratégicos de acumulación de la economía.

Tanto en El Salvador, como en el resto del mundo el eje fundamental de acumulación económica ha sido el sistema financiero. Por tanto los dueños de estas instituciones son los que tenían el control de la economía. En el caso salvadoreño la situación era similar. Con la llegada al gobierno de Cristiani la banca se reprivatizó, allí se inició la conformación del nuevo grupo de poder, que incluso desplazó a los tradicionales agricultores y ganaderos que fundaron y dirigían el partido ARENA en los primeros años.

Las políticas de los primeros tres gobiernos de ARENA estuvieron orientadas en función de este grupo de poder que asumió la conducción estratégica del Estado, incluso afectando a los grupos económicos desplazados. La destrucción sistemática del agro salvadoreño ha sido el ejemplo más evidente. Comenzaron a construir un país a imagen y semejanza de sus intereses económicos.

Solo baste recordar que después de todas las privatizaciones de los activos del Estado, implementaron un plan para desmontar toda la capacidad regulatoria y de intervención del Estado en la economía. Volvieron anatema toda posibilidad que el Estado regulara los mercados, excepto en los casos en que ellos resultaban favorecidos.

Desmontaron toda la capacidad productiva del país, nos convirtieron en una zona franca maquilera. Dolarizaron para favorecer a la banca. Firmaron en forma inconsulta el Tratado de Libre Comercio con los EUA.

Este grupo económico dominante controlaba además la política. Su incidencia en ARENA era total. Eran el verdadero poder político detrás del COENA. En todo este período se les llamaba “ARENA SA de CV”.

Algunos intentaron rebelarse sin éxito. El caso más notorio fue el de Gloria Salguero Gross, que se salió del partido, fundó su propio instrumento político que desapareció sin ganar ni un diputado en la primera elección en la que participó. Ella no tuvo más opción que regresar al partido del cual salió.

Yo "tava bava" vaya!

Por táctica política conservaban al PCN y al PDC, pues el método de elección de los diputados les permitía mantener con ellos la mayoría legislativa y varias veces hasta los dos tercios de la votación. Además estos dos partidos han sido válvulas de escape del descontento de sectores  de la derecha, que desde estos instrumentos minoritarios han logrado algunas ventajas a través de la negociación o la prebenda.

Este esquema de control del poder económico político mostró sus primeros síntomas de desgaste previo a las elecciones presidenciales del 2004. En ese momento se iniciaba el proceso de compra de las primeras instituciones financieras. Importantes empresas salvadoreñas se aliaban a empresas y consorcios internacionales y el capital nacional comenzaba a ser minoritario en las empresas que si bien conservaban el nombre y la administración salvadoreña, pero en sus actas de nacimiento cambiaban de nacionalidad.

Por otra parte, si bien el Presidente Flores había brindado un excelente servicio en el campo económico al grupo de poder, tenía un déficit en lo político. ARENA no había salido bien en las elecciones Legislativas y Municipales del año 2000 y 2003. El Presidente había mostrado poco interés por el partido en sus años de gestión presidencial.

Por su parte, la izquierda no fue capaz de interpretar correctamente estos primeros síntomas. Al interior del FMLN dos militantes “pura sangre” pero con distintos niveles de ortodoxia se disputaban el derecho a la candidatura presidencial. La ganó por escaso margen quien tenía la imagen de mayor radicalidad (Aunque en la realidad no lo fuera tanto).

El nombramiento de Shafick Handall en la candidatura presidencial del FMLN brindó a la derecha el respiro y el espacio que necesitaban para exacerbar la polarización, jugaron a fondo con el miedo al comunismo y con la falacia que los salvadoreños en EUA ya no podrían mandar remesas y serían deportados.

La agrupación oligárquica conocida como “Los Torogoces” negoció a su interior la fórmula presidencial de ARENA. La presidencia para Antonio Saca, un hombre de total confianza del conocido empresario dueño de las televisoras y las radios más importantes del país, entre otros negocios, además muy conocido en todos los círculos empresariales pues era Presidente de ANEP. La vicepresidencia para Vilma de Escobar, esposa de un hombre de total confianza de otro grupo familiar empresarial, dueño de los más grandes centros comerciales, hoteles, constructoras y otros negocios que son parte del “Grupo Roble”. De esta manera “ARENA SA de CV” impuso sus candidatos, unificó al sector empresarial y al partido. La imagen de Shafick les facilitó las cosas tanto en el plano político como en el económico.

La campaña en términos de la lucha contra el comunismo ocultó durante varios meses los cambios que se producían en las grandes empresas. Estos pasaron desapercibidos, con la complicidad de los grandes medios de comunicación.

Ya en la presidencia Antonio Saca y su equipo tenían acceso a la información privada que denotaba con precisión el nuevo rumbo que tomaba la propiedad de las empresas estratégicas de la economía nacional. La tradicional oligarquía había perdido el control, y por tanto, aunque tenían dinero resultado de las ventas, habían perdido el poder que solo da el ser parte de los ejes centrales de acumulación de ganancia.

Muchos de estos empresarios invirtieron parte del dinero recibido en paquetes accionarios de la banca internacional que meses después fueron considerados tóxicos. La crisis financiera mundial los volvió a golpear. Es en este contexto que el grupo de amigos del presidente Saca los aparta de la jugada de las licitaciones de las grandes obras de infraestructura y otras de importancia económica y crea un nuevo sector empresarial que comienza a obtener jugosas ganancias

Si revisan el histórico de Hunnapuh Comentarios encontrarán varios artículos donde denunciábamos la escandalosa corrupción del anterior gobierno, que se expresaba con más fuerza en el MOP, pues era el Ministerio que manejaba las mayores cantidades de dinero en las licitaciones de infraestructura. Solo baste revisar la situación de la autopista urbana Diego de Holguín, que costó muchos millones de dólares y actualmente está tirada inconclusa e inservible.

Yo...nada que ver....

Las grandes empresas que todavía quedaban en manos del grupo oligárquico tradicional, no podían oxigenarse con los recursos que provienen de las licitaciones públicas. Estas eran ganadas por nuevas empresas que aparecían de la nada, pero cuyos dueños eran parte del nuevo grupo que surgía en torno al Presidente. Esto exacerbó las contradicciones a niveles no vistos antes. Se puede jugar con los santos pero no con la limosna.

Además Saca no cometió el error de Francisco Flores de abandonar el partido. Durante toda su presidencia se convirtió en su principal activista y conductor. El país tenía Presidente de lunes a viernes, de 8 am a 4pm, el resto del tiempo era activista político. Después de cinco años de intenso trabajo Saca tenía el control total de ARENA. Con gran habilidad Saca y su equipo tenían el control de un eje importante de acumulación de ganancia económica, usando como plataforma los recursos públicos; también controlaba el aparato político partidario. Una eficiente combinación que paralizó al grupo oligárquico tradicional.

Cuando este sector exigió que se le devolviera el partido, Saca simplemente se negó y los obligó a jugar a elecciones primarias en su cancha y con sus reglas. Fue así como el Presidente Saca impuso la candidatura presidencial y la mayoría de los candidatos a diputados.

Esta fuerte disputa es lo que explica el atraso en el nombramiento de la candidatura presidencial, cuatro meses después de la del FMLN. La lucha interna era fuerte. Baste revisar las páginas editoriales de los dos periódicos matutinos que en esos días estaban plagados de comentaristas que señalaban la importancia que ARENA se reinventara como lo hacía en cada elección presidencial. Que allí estaba la clave de la victoria. Que cuando el votante pedía cambio, ARENA ofrecía más de lo mismo. Hacían llamados a la inteligencia de los conductores de ARENA.

Por otra parte, el grupo oligárquico tradicional acusaba en privado al equipo del Presidente Saca de ser una pandilla de ladrones. Una mafia que se había apoderado del Estado. Comentaban los actos de corrupción, especialmente los de Gutiérrez en el MOP, pues era lo que más les dolía.

El grupo oligárquico tradicional estaba entre la espada y la pared. Si ganaba Rodrigo Ávila, el grupo de Saca continuaría creciendo y consolidándose con los recursos del Estado. Si perdía, llegaba el comunismo. Aparentemente no tenían opción. En esta lógica, Saca calculaba que no tendrían más opción que apoyarle.

Pero las cosas comenzaron a moverse en forma imprevista para ambos grupos.

Esperen una tercera parte.

Ayutuxtepeque, Lunes, 12 de Abril de 2010.

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