Creo que tanto Marx como Lenin y posteriormente Gramsci le dieron importancia al concepto de hegemonía de la clase dominante, especialmente el teórico italiano, que revistió al término de una preponderancia vital para entender los procesos sociales.
Actualmente en el caso salvadoreño, algunos de los analístas políticos, están hablando de una «Crisis Hegemónica de la clase dominante «, es decir una crisis de la derecha salvadoreña, tratando de explicar los acontecimientos en torno al que hasta hace poco fué el principal instrumento político y social de este bloque dominante, es decir el partido ARENA.
Entendamos primero la raíz lingüística de la palabra hegemonía y remontémonos a la Antígua Grecia, en donde entre otros existía el «reino» de Macedonia cuyo ejército era comandado por los «strategoi» o Generales y bajo esta linea de mando estaban los «hegemone» u oficiales formados por la aristocracia guerrera del reino, estos eran los encargados de comandar o conducir las «taxeis» o unidades de infantería en la batalla y de ahí nace el término «heghestai» que significa «guiar», «conducir» y el griego entendía por eghemonia al hecho de «conducir a las tropas», «comandar» y se llamaba ciudad hegemónica la que dirigía las alianza de ciudades en guerra contra cualquier enemigo, incluso entre sí, de ahí surgen historicamente los períodos de hegemonía tebana, espartana, macedónica, etc.
Para Gramsci el concepto de hegemonía se podía definir como: El poder que la clase dominante ejerce sobre la clase subordinada obligándola no solo a que satisfaga sus intereses y necesidades y que renuncie a su propia identidad de clase sino que además controla de manera sutil y efectiva todas las formas de relación social, cultural y de producción de la clase dominada y del resto de la sociedad. Es decir que logra que la clase dominada adopte los valores y concepciones de la clase dominante como propios. logra alienar a la clase dominada de su realidad y la somete totalmente a su voluntad, asumiendola como si fuera su propia identidad.
Para eso debe existir un complejo mecanismo de control social, cultural, económico que se logra por medio del dominio de los agentes culturales que son los que crean ideología en la masa, entre los cuales, los medios de comunicación son claves debido a su impacto social y cultural.
Según esta línea de análisis, durante los últimos 150 años de nuestra historia patria, hemos vivido la hegemonía de la derecha que llegó a su punto culminante en estos últimos 20 años de gobierno, en el cual el partido ARENA era el instrumento que la clase hegemónica tenía para mantenerse en el poder luego de ir descartanto sus otros aparatos electorales.
La derrota sufrida en las elecciones presidenciales de marzo del 2009, marcaron un punto de quiebre y se desató lo que algunos analistas y teóricos estan bautizando como una crisis hegemonica del bloque dominante de la derecha salvadoreña.
Elaine Freedman, educadora que escribe para la revista envío lanza esta tesis en su artículo «Nace GANA y ARENA pierde» publicado en diciembre de 2009, en dicho artículo la señora Freedman despues de hacer una reseña histórica desde los inicios de ARENA hasta los días previos a su derrota electoral cuando recién había sido electo Rodrigo Avila como candidato presidencial, señala:
«Después de todo esto, ARENA logró una frágil y reticente unidad alrededor de la candidatura de Ávila. Por eso, no fue sorpresa que se pidieran cabezas cuando perdió las elecciones. El hecho de que Ávila no fuera un candidato de consenso sólo vino a exacerbar la herida que para ARENA significó perder el Ejecutivo después de veinte años de controlarlo.
Perder el Ejecutivo tiene implicaciones reales e implicaciones simbólicas para la clase poderosa salvadoreña. En términos simbólicos, significa el fin de una época, y de una época muy prolongada. Más allá de los 20 años de gobiernos areneros, significa el fin de prácticamente 150 años de completa dominación política de una oligarquía que controló todo el aparato político del Pulgarcito de América desde la creación de esta “república cafetalera”. La pérdida del Ejecutivo trae a la memoria de la burguesía un ejército de fantasmas, cuando desde el fin de la guerra ya no cuestionaban la seguridad de su reino. «
Luego detalla lo que realmente la clase dominante perdió con la victoria de Mauricio Funes en concepto de acceso irrestricto al enorme «cliente» que representa el Estado Salvadoreño para toda la clase de empresarios que conformaban el bloque en el poder y que desataron lo que Freedman denomina como la crisis hegemónica en la derecha salvadoreña.
Mas adelante explica el surgimiento de GANA y la forma en que se está reacomodando la derecha en lo político y en lo empresarial, pero se olvida de un factor muy importante dentro de todo este movimiento y es el que señaló Jjmar en su serie de comentarios sobre «los antecedentes del conflicto en la derecha«, que es la recomposición estructural de los grandes capitales nacionales al ser estos absorbidos por las enormes Transnacionales cuyos CEOS y accionistas tienen otros intereses diferentes a los que sus antiguos propietarios tenían y están totalmente desligados de la política salvadoreña, pero además, sin saberlo ni estar plenamente concientes del hecho, ellos adquirieron derechos hegemónicos sobre un país.
Esta situación de globalización de los grandes capitales debe ser tomada muy en cuenta en los análisis de esta coyuntura y debemos entender que los grupos empresariales criollos se encuentran actualmente a la deriva, sin saber que rumbo tomar, como bien apunta la señora Freedman, quieren tener bien claro el panorama antes de mover sus fichas y en este bloque no están los mismos que conformaban la «Gran Empresa Salvadoreña», porque esta ya no existe mas, pues todas han sido adquiridas por consorcios internacionales, sino que son los empresarios que estaban alrededor del verdadero pero ahora desplazado bloque hegemónico, por eso las elecciones del 2012 serán cruciales para la derecha salvadoreña y por añadidura para todo el país.
La derecha obviamente no está destruida, así como no fué destruida con la casi aniquilación del PCN a finales de los años setentas, simplemente se cambió de instrumento y aunque las condiciones hoy son totalmente diferentes a las de aquella época, ya que entran en juego actores internacionales que antes no estaban tan presentes en nuestra economía, es de esperar que nuevamente la derecha defina un nuevo instrumento político o reviva el actual, ellos solo están esperando las señales oportunas para mover sus fichas hacia la apuesta que consideren ganadora y tengamos la certeza de que lo harán.
Algunos analistas de la misma derecha, están alertando sobre la «Traición» de Tony Saca a los «ideales republicanos» que los unían bajo una sola bandera y especulan que venderá su (aún no aceptado públicamente) aparato político a la Izquierda, lo que pondría aún mas interesante todo este embrollo partidario, pero mas alla de todas estos sucesos, se advierte que la derecha está desorientada y no sabe a que aferrarse, ARENA aparece anclada a su pasado pero su principal bandera: El anticomunismo exacerbado, se está convirtiendo en un ancla y su figura mas emblemática: el mayor Roberto D’abuisson en un lastre que terminará hundiendo a su propia nave.
GANA que pragmáticamente enarbola una extraña e inédita bandera, la de ser una «derecha social», al contrario de las anteriores separaciones de ARENA cuenta con capital y con aparato o estructura político-partidaria, que fué conformada y mantenida a sueldo, pero que fué muy efectiva en las manos de Adolfo Torrez, además desde su formación realizó cuestionadas alianzas con sus otrora rivales y enemigos ideológicos, lo que le dió capacidad de negociación; esto es astucia y olfato político definitivamente, sucio, pero muy efectivo.
En términos generales nos enfrentamos a una crisis de la derecha, posiblemente a una crisis hegemónica como bien lo señalan algunos analistas, pero debe existir mayor rigor científico en el estudio de los movimientos y cambios que experimenta nuestra sociedad, yo creo que aunque ya se están haciendo ejercicios intelectuales en este sentido, nuestros partidos políticos debería revisar estos acontecimientos y realizar un análisis serio y crítico del rumbo que está tomando nuestra sociedad si quiere seguir siendo parte del juego político.
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