Por fin la Asamblea Legislativa eligió al Fiscal General de la República. Tardaron casi cinco meses para lograrlo. Ello es una muestra de lo difícil que es llegar a acuerdos entre los partidos políticos en temas de relativa trascendencia nacional. Lo positivo de esta elección es que hubo unanimidad, lo negativo es que no escogieron lo mejor, si no lo posible.
A primera vista pareciera que ARENA y la derecha ganaron este pulso, pues el electo fue Fiscal Adjunto de Safie y todo indica que es proclive al partido ARENA. Pero también asumen una enorme responsabilidad en un tema de alta sensibilidad nacional como lo es la lucha contra la delincuencia.
La elección sería positiva si facilitara el acuerdo nacional que se necesita para el combate efectivo a la delincuencia. Si ARENA comparte responsabilidades con el gobierno de Funes y con el FMLN, hay mas probabilidades que la realidad los obligue a un plan común.
El nuevo Fiscal fue votado afirmativamente por los 84 diputados representantes de los cinco partidos políticos que tienen existencia legal en el país. Es decir, no se puede quejar de la falta de respaldo político. No podrá mas adelante alegar ineficiencia por carecer de apoyo político.
Los salvadoreños debemos, al menos, concederle el beneficio de la duda. Es necesario darle la oportunidad para que nos demuestre si es capaz de convertir la Fiscalía en un instrumento clave al servicio de la justicia y eficiente en el combate a la delincuencia. Al final de todo, ese será el principal parámetro de evaluación.
Al nuevo Fiscal no lo debemos juzgar por su militancia política o por su posición ideológica. Deben ser los hechos concretos los elementos que deben servir de base para evaluarlo.
Por el bien del país le deseamos mucho éxito en su labor.
Ayutuxtepeque, miércoles, 23 de septiembre de 2009