Es grato ver que ya tengo dos compradores del librito en su versión digital, en realidad tres pero la primera compra fue autofinanciada, dije que al menos una venta haría, aunque tuviera que comprarme el libro yo mismo, pero hoy me encuentro con la gratísima sorpresa de que he tenido 2 compradores más.
Imagino que mi familia me ha colaborado en dicha compra y sé lo duro que es hacer despegar la venta de un librito autopublicado, pero la lucha se hará, mientras se prepara una secuela.
Para iniciar el proceso de promoción de mi libro, les dejo el Prólogo del mismo y el link a Amazon, posteriormente publicaré el primer capítulo en unos dos o tres post mas.
Saurios – El día de la bestia
Prologo
Cuando el clan de Hierro llegó a las frías montañas cruzando el gran lago, ascendió por agrestes senderos, con sus magras pertenencias a cuestas, llegaron con la esperanza de encontrar una tierra libre de peligros y de bestias, la nueva tierra les fue propicia y el clan se asentó en un lugar fijo, encontró la tranquilidad de poder vivir sin tener que correr, encontró el tiempo para comenzar a crecer, comenzar a crear, comenzar a construir.
Durante canastos de ciclos solares vivieron solos, sin contacto con el mundo que habían dejado atrás, incluso olvidaron sus orígenes y lo que estaba más allá de la montaña, solo mantenían viva la superstición de que abajo estaba la miseria, la muerte y el dolor, hasta que llegó un grupo de refugiados que como ellos venían huyendo de las hordas, los vieron como salvajes, no les entendían la jerigonza con que se comunicaban, venían harapientos, sucios, famélicos y con una mirada que rebosaba miedo y locura, venían del inframundo, entonces recordaron y entendieron lo que las historias que se transmitían de boca en boca desde siempre significaban, entendieron que quizá no estaban a salvo, llenos de miedo atacaron y mataron a todos los refugiados, estos se defendieron con gran ferocidad pero eran muy pocos, siendo derrotados a costa de muchos muertos por ambos bandos, al terminar la batalla, enterraron sus restos; varios ciclos solares después llegó otro grupo y corrió igual suerte, hasta que llegaron unos salvajes montados sobre unas bestias magníficas, ellos si hablaban su idioma, pero con muchas diferencias, ante la sorpresa, no los atacaron y dialogaron con ellos, les contaron las historias que ellos mismos transmitían a sus hijos, más nuevas historias, supieron que eran de su misma tribu, descendientes de los que originalmente habían llegado y los acogieron, asimilándolos a su nueva vida, por ellos no masacraron a los demás grupos que fueron llegando poco a poco, pero los fueron separando en tribus y con ellos comenzaron a poblar las montañas, el resto es historia.
Saurios: El día de la bestia
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