Después de 79 días sin Fiscal General de la República, por fin la Asamblea Legislativa eligió por unanimidad al funcionario. Cuando se consideraba que la terna que había calificado como finalista ya no tenía posibilidades y que lo mejor sería volver a la lista original de 47 candidatos, e incluso se hablaba de ampliarla con nuevos elementos, en cosa de pocas horas, el tercero de la discordia resultó electo.
Al final, el esquema que permitió el éxito fue simple, ni el candidato de uno, ni el candidato del otro, mejor escoger al que aparentemente no es de nadie. Era público que los partidos integrantes del autodenominado “Bloque” pujaban fuertemente por Astor Escalante. Era menos público, pero ARENA pujaba con igual fuerza por Romeo Barahona. Al final se quedaron con el tercero en discordia, a pesar que era el menos preparado y con menor experiencia de los tres.
Esta elección es una demostración del bajo nivel de rendimiento que tienen los métodos obsoletos que se aplican en nuestra política criolla. Es el juego de atrincherarse en una posición y no moverse. Es el juego de buscar agotar al contrincante, sin darse cuenta que en el esfuerzo se agotan ambos. Es un juego de posiciones, en el cual ceder es sinónimo de perder. Es el juego de tener una sola opción y cerrarse ante las otras posibilidades.
Este tipo de método no permite elegir al mejor, se elige al menos peor, o al que se considera que no causa problemas a nadie. Este método ve solo lo numérico de una votación, en la cual lo importante es que el candidato consiga los votos necesarios. Así no es posible que se desplieguen las facultades, potencialidades y capacidades del candidato. Por el contrario, estas pueden ser un factor negativo. Más de alguna vez se ha dicho que es muy peligroso elegir un funcionario capaz, honesto y valiente.
Muchos piensan que un Fiscal General con alta capacidad, valentía y honestidad es un riesgo. Sienten que corren el peligro que se vuelva contra ellos. Algunos diputados expresaron que había sido un grave error elegir en el año 2009 a esos Magistrados de la Sala de lo Constitucional, que luego emitían sentencias de inconstitucionalidad de las resoluciones de la Asamblea Legislativa. Por ello, consideran que lo mejor es elegir a alguien que sea amigo, si esto no es posible, entonces que al menos garantice que no moleste a nadie.
Ojalá que este no fuera el caso. Siempre pueden suceder sorpresas, como les pasó a los diputados en el 2009 cuando eligieron Magistrados para la CSJ. Si Luis Martínez es un hombre valiente y honesto va a aprovechar la unanimidad de su elección para hacer de la Fiscalía el ente que todos los salvadoreños esperamos con ansias. La unanimidad alcanzada es una fortaleza, que no siempre logran todos los funcionarios de elección de segundo grado. Las funciones que la Constitución de la República le concede a este organismo son vitales para la vida democrática, la seguridad jurídica y el desarrollo social y económico. El combate al delito, si bien, es por ahora la más sensible de las funciones, no es la única.
Ayer, la empresa privada a través de un funcionario de su gremial más representativa, se pronunció favorablemente a la elección y a la persona del Fiscal. Esta puede ser otra oportunidad para el Fiscal, pues le está indicando que inicia funciones con un respaldo que va más allá de los partidos políticos.
El Fiscal recién electo, debe tomar en cuenta que estará permanentemente bajo la lupa de los medios de comunicación y la opinión pública. Debe tomar en cuenta que esta coyuntura de entrampamiento de la elección generó el interés de muchos que ahora están atentos a su trabajo. Que su desempeño en el cargo será seguido por muchísimos ciudadanos y por diversas organizaciones de la sociedad.
Por el bien del país, le deseamos mucho éxito en su trabajo.
Ayutuxtepeque, jueves, 06 de diciembre de 2012.
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