Hace más de un año señalé que después de las elecciones del 2009 se iniciaría un proceso de reacomodos y transformaciones en los diferentes institutos políticos. En ese momento era evidente el desgaste del sistema de partidos, pero la cercanía de las complejas elecciones impedía que cualquier proceso renovador se produjera. En esa ocasión señalaba que ganara quien ganara las elecciones, esta dinámica se desarrollaría, aunque con diferente signo y síntomas en los diferentes institutos políticos.
Lo que estamos viendo en el panorama político confirma la hipótesis señalada. El FMLN en su reciente convención ha vuelto a reformar sus estatutos para adecuarse a la nueva realidad, y garantizar la pureza de su pensamiento ideológico. Al mismo tiempo se mantiene una línea de conflictividad con el gobierno de Funes, que aunque está siendo deliberadamente exagerada por la prensa derechista, sabemos que existe.
El CD reformó sus estatutos y ha recompuesto su dirección, desplazando al Secretario General anterior en un gesto que indicaría un movimiento hacia la derecha, aunque esto lo niegue el actual Secretario General electo por escasísima mayoría.
El PCN fue el primer partido impactado por los cambios con la salida del diputado Orlando Arévalo, con el cual perdió la posibilidad de mayoría automática con el FMLN. Además ha estado en un fuerte debate interno (aunque poco ruidoso) sobre sus posibilidades futuras.
El PDC se debate en una crisis interna poco publicitada. En el partido hay al menos dos grupos en disputa, uno liderado por Ana Guadalupe Martínez y otro por Nelson de la Cruz. En la Fracción legislativa se mantienen también disputas por liderazgos, en la cual destaca el rol de Francis Zablah que diputa espacios al mismo Secretario General.
Pero el partido que ha sufrido el mayor impacto en este proceso es ARENA. Que ahora paga de una vez todos los errores que ha cometido en los últimos veinte años. El problema de ARENA no es que sea un partido de derecha. Su verdadero problema es la clase de derecha que ha profesado, su estilo de hacer política, las medidas que ejecutaron durante veinte años en el poder, su negativa a transformarse internamente. Se creyeron indestructibles, creyeron que la demagogia vencería siempre el discurso político serio. Creyeron que su adhesión y respaldo total e incondicional a los grandes centros de poder local les daría la fuerza para mantenerse eternamente en el gobierno.
Por ello en ARENA la crisis se expresa en la forma más dramática posible. En una división de su partido y en la expulsión de su líder mas emblemático de los últimos cinco años. En el caso de ARENA no hay un simple reacomodo, como lo vemos en el resto de institutos políticos.
ARENA sufre los estertores de una derrota para la que no estaba preparada. Su reacción es la venganza entre ellos mismos. Es como un ejército, que después de ser diezmado por una derrota, decide volver a diezmarse a si mismo para castigar a los responsables de la misma. En una acción como esta, el ejército derrotado puede sentirse moralizado, pero está cerrando sus posibilidades de nuevas victorias, al menos en el futuro inmediato.
Pero lo más delicado en la derecha arenera, es que la división y la expulsión han sustituido el debate serio. ARENA sigue sin evaluar las causas de su derrota electoral. No han analizado los complejos factores que los llevaron al resultado presidencial, a pesar de las decenas de millones de dólares que gastaron en la campaña electoral.
ARENA se niega a pensar. No se dan cuenta que sus postulados políticos tienen mas de tres décadas de atraso. No se dan cuenta que en los países donde la derecha ha triunfado en los últimos años es consecuencia de procesos de renovación y actualización de su pensamiento. Creen que esto no es necesario. Ahora después del golpe de estado en Honduras, sueñan más con la vuelta al pasado y se niegan ver el futuro.
La estrategia de los líderes areneros es simple, se trata de barrer la casa echando a los que consideran responsables de la pérdida de la presidencia. Piensan que este momento de fin de año es el mejor tiempo para hacerlo. Como bien lo dijo un ex líder arenero en un canal de TV, que a partir del 16 de diciembre, la gente solo piensa en la gallina, los juguetes y los cuetes. Piensan cerrar la página rápidamente. El ex presidente Saca se los va a conceder, pues no tiene interés en una pelea en esa cancha.
Pero lo que todos saben, es que su problemática no está resuelta. El próximo año volverá a reventar, pero de manera diferente. Esto será motivo de posteriores comentarios.
Ayutuxtepeque, miércoles, 16 de diciembre de 2009.
5 comments for “Los reacomodos políticos.”