Por: Francisco Quintanilla
El ser humano no se desarrolla como ser humano alejado del mundo, alejado de los demás seres humanos. El ser humano como tal se desarrolla no sólo frente al mundo sino inserto en el mundo humano mismo, ya Marx (1987:144) lo dejaría explicado en la sexta tesis sobre Feuerbach donde sostiene que “la esencia humana no es una abstracción inherente a cada individuo en particular, en su realidad es el conjunto de relaciones sociales”. Es decir, que la naturaleza social del hombre, no es producto ni de condicionamientos exclusivamente biológicos ni de condicionamientos estrictamente sociales, ni mucho menos por determinantes psicológicos, sino de la interacción dinámica que el sujeto humano establece con el mundo social, que establece con los demás humanos, así como con sus producciones.
Nadie adquiere la naturaleza humana sólo por el mero hecho de que sus progenitores sean humanos, nadie en este sentido nace con personalidad, ni con conciencia; la personalidad y la conciencia se desarrollan en esa interacción dinámica con el mundo social y natural socialmente transformado que le rodea.
En esa interacción dinámica, que ha sido una interacción transformativa del mundo que le rodea como también de sí mismo, el humano se ha visto en la necesidad de crear instrumentos, de crear herramientas que le permitan por una parte explicar y comprender el mundo como así mismo, pero también por otra parte, ha utilizado de diversas maneras esas herramientas para transformar el mundo como así mismo. Desde esta perspectiva por medio de estas herramientas el humano ha intentado acercarse en su amplitud y profundidad al mundo con el cual interactúa, sin embargo, las herramientas como tales no tienen un propósito en sí mismas, el propósito se lo asigna o su creador o su comprador, creador o comprador cuya conciencia y cuya personalidad está condicionada históricamente por una determinada clase social, que no precisamente es la clase social a la cual pertenece, sino la clase social que en un momento históricamente determinado tiene el poder económico, político, tecnológico y militar.
En función de lo anterior, creador y herramienta creada, está su existencia y su finalidad condicionada por los poderes de las clases sociales dominantes; poderes que con el transcurrir de la historia de la humanidad y de la misma tecnología como herramienta creada, han adquirido una capacidad más poderosa de dominar sin que el dominado se dé cuenta que está siendo dominado ni mucho menos de quién lo está dominando.
El tipo de dominio, por no decir de explotación o de esclavización ha ido de ocurrir desde el acercamiento crudo y obligatorio del dominado al mundo mismo de la explotación hasta el alejamiento aparencial del explotado de ese mundo por medio de herramientas lo más sofisticadamente posibles que son capaces de crear mudos ilusorios modélicos de la realidad.
Estos mundos modélicos van desde intentar recrear realidades pasadas, presentes y futuras lejanas, por ejemplo recrear como es que habrá ocurrido el origen del universo, la famosa teoría del Big Bang, o modelos que recreen cómo funciona el universo, o modelos que recreen como sería una posible hecatombe apocalíptica o fin del planeta tierra de seguir la trayectoria humana de contaminación acelerada de este planeta.
Estos mundos modélicos también han ido orientados a tratar de representar el funcionamiento del organismo humano para lograr en un futuro lo más inmediatamente posible una mayor comprensión de dicho organismo como organismo o como organismo humanizado.
Pero esta modelación virtual ha sido utilizada no sólo para recrear modelos comprensivos y explicativos del universo, del planeta tierra, del organismo humano, sino que también para crear y recrear modelos no comprensivos, modelos virtuales cuyo propósito es matar, asesinar masivamente la razón, la comprensión y la inteligencia humana, estos son los modelos virtuales que se podrían mal llamar de “entretenimiento”, como los que modelan un juego de football, de basketball, o de héroes violentos de televisión o de cine.
Los modelos virtuales de “entretenimiento” como herramienta manejada por su comprador trasnacional, son una especie de bisturí lo más afilado inimaginable posible, pero también lo más infectado inimaginablemente posible, cuyo propósito es sino extirpar, infectar de muerte conciencias, inteligencias, razones y razonamientos críticos y cuestionadores de la realidad objetiva y de los que administran, explotan y se apropian de esa realidad objetiva.
Ahora bien como se dijo anteriormente toda herramienta creada por el ser humano también está condicionada por los intereses de las clases sociales dominantes representadas en la actualidad en las grandes corporaciones transnacionales y en organismos internacionales como el FMI, el BM y la OCDE. Este condicionamiento sesga rotundamente no sólo las herramientas creadas sino que también los productos de la aplicación de esas herramientas, desnaturalizando el propósito de esas herramientas como es comprender el mundo y al ser humano como parte de él para poner dicha comprensión al servicio de la liberación del ser humano y del mundo humano mismo; la desnaturalización ha llegado al grado tal que dicha comprensión no se utiliza para ese fin, sino para el fin contrario como es la esclavización del humano y del mundo humano llevándolo en este momento al filo de destrucción total del humano y del mundo humano.
La comprensión modélica o virtual del mundo en su estado natural y en su expresión de la naturaleza socializada ha tenido su antecedente en la llamada “ciencia” ficción en su máximo esplendor en las obras literarias del francés Jules Gabriel Verne en el siglo XIX, escritas sobre la base del conocimiento científico que Verne había asimilado de grandes científicos que le habían precedido.
Acá es necesario aclarar que el concepto de ciencia ficción es contradictorio tanto como el concepto de realidad virtual, ya que algo o es ciencia o es ficción, es decir, si es ciencia no es ficción, si es ficción no es ciencia, así como algo que es real no es virtual o algo que es virtual no es real. En este sentido en este documento sólo se hace uso por una parte del concepto de ficción y del concepto virtual, no del concepto de ciencia ficción ni del concepto de realidad virtual.
El concepto ficción deriva de la raíz latina fingere o fictio que significa el acto o consecuencia de fingir, es decir, permite la existencia de algo que no aparece en el plano de lo real, sino en el plano de la imaginación creadora. Sin embargo, con el uso excepcional y de excepcionales de la imaginación creadora ha sido capaz de adelantarse en extremo temporal al avance de las creaciones científicas y tecnológicas. En este sentido de este tipo de imaginación se ha saltado de lo inexistente a lo existente, de lo imaginario a la realidad científica y técnica.
Continuará…