El día de ayer por la noche fué muy peculiar ver a grupos de mareros con pañuelos en el rostro y pasamontañas lanzando un comunicado «pidiendo disculpas» por los inconvenientes causados por el paro que han lanzado por 72 horas pero que era el único modo de hacerse escuchar, aseguraban que ellos han planteado «un diálogo para encontrar una solución a los problemas de la violencia lo cual es simplemente una expresión de la injusticia social».
Además dijeron que «los jóvenes solo tienen 2 opciones: víctimas o victimarios, ante un Estado que no puede suplirles sus derechos de salud, educación, trabajo, justicia, vivienda y seguridad».
En su comunicado hicieron un llamado al gobierno de Mauricio Funes para que vete la Ley de Proscripción de Pandillas o Maras aprobada por la Asamblea Legislativa la semana pasada, e iniciar un proceso transparente de diálogo para encontrar una solución al conflicto de la violencia.
Llamaron a la Iglesia, a los empresarios y a otros sectores para crear un «proyecto real de nación, industrializando las cárceles para que los internos tengan una opción laboral y crear centros técnicos vocacionales».
Se presentaron como justos reinvicadores de la causa del pueblo por el cual luchan, lo extraño es la forma en la que luchan, extorsionando a la población humilde y trabajadora, asesinando con saña y extrema crueldad a personas que no les han hecho nada, asesinando a quienes no les pueden pagar la renta, aterrorizando a la población con amenazas de muerte, todo esto aprovechado por los medios dentro de la campaña de Gobierno Incapaz.
Es totalmente cierto que las maras se iniciaron como una respuesta a la exclusión social pero desde hace tiempo en su mayoría optaron por el crimen no por la protesta como medio de expresión y salida a su problemática social, asesinan, extorsionan, roban, amenazan y aterrorizan a la población y por lo tanto en estos momentos en su mayoría son criminales y de ningún modo luchadores sociales, además a estas alturas califican mas como terroristas por los actos que cometen con objeto de sembrar pánico y terror en la población. Obviamente al verse cercados y perseguidos por una ley, que al escarbar profundamente en ella, seguramente tendrá su grado de inconstitucionalidad; buscan la forma de coaccionar y chantajear al gobierno con la anuente colaboración de los medios que mantienen una constante campaña de desprestigio ante todo lo que viene del gobierno.
El problema de base es económico y social, pues mientras sigan existiendo las condiciones de desempleo, falta de oportunidades, abusos patronales, poca o ninguna educación y miseria, las maras tendrán siempre «carne fresca» que formar e inducir hacia sus estructuras delictivas, pero eso puede ser atacado y el flujo de jóvenes que engrosa las filas de las maras cortado, sin embargo quienes ya están inmersos en esta ola de criminalidad y violencia son criminales y terroristas con los que no se debe negociar nada, solo aplicarles la ley respectiva.
Alguien se burlaba de la denuncia ciudadana como algo inservible puesto que la PNC es parte de las maras o algo asi pero decir esto solo es alimentar el miedo en la población, para muestra: Fué la denuncia ciudadana la que permitió ayer que se capturasen a los miembros de maras que quemaron un bus en el occidente del pais, si la gente se hubiese quedado callada los delincuentes hubieran escapado y quedado impunes, la denuncia ciudadana es importante para combatir la delincuencia de otra manera estos actuarán con toda impunidad ante la cobarde mirada del pueblo.
Es interesante ver como el poder de los mass media crean una percepción y mueven la opinión ciudadana en la dirección que les interesa.
Aquí escriben un interesante artículo al respecto apuntanto lo siguiente:
«Y quienes han puesto el gran rótulo que dice: “¡GOBIERNO DEL FMLN, INCAPACES!”, deben estar así como súper contentos de que la gente está repitiendo su slogan. Y, a lo mejor son incapaces por mérito propio, no porque traen una épica estela de gobiernos desastrosos. Pero vuelvo a la idea de las ciencias sociales: creo que poca gente aquí ha, al menos, hojeado la documentación que comenzó a producirse al finalizar la guerra y que no ha parado hasta la fecha (e.g. visite el IUDOP). Las investigaciones apuntaban a lo que debía hacerse en el ámbito psicosocial; a los gobiernos de turno les valió chonga, a las grandes mayorías mucho más. La advertencia de que, de no tomar acciones, el país empeoraría es una constante en estos escritos. Este infiernito en el que vivo me espanta a diario, pero su mera existencia no me sorprende en lo más mínimo.»
Es lógico que se debe luchar contra la exclusión social, contra el desempleo y la miseria, pero también se debe poner alto al crimen organizado y de ningún modo negociar con terroristas.
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