Todo indica que la campaña presidencial de ARENA dará un viraje estratégico en las próximas semanas. Ha sido conocido a través de varios medios de comunicación de la reunión que hace unos días sostuvieron los veinte empresarios más grandes del país convocados por Ricardo Poma. El punto central era, cómo salvar la candidatura de Norman Quijano y ganar las próximas elecciones presidenciales.
Como resultado de esta reunión hay un acuerdo de apoyar hasta el final la candidatura de Norman. Para garantizar el resultado exitoso, Ricardo Poma asumirá de hecho y detrás del trono la conducción real de la campaña, quien tendrá dos alfiles claves para la ejecución del plan: Francisco Flores Pérez, ex presidente de la República, además de hombre de su confianza; y, Jorge Velado, uno de sus gerentes favoritos.
La permanente caída en las encuestas del candidato presidencial arenero ha sido el factor motivante de esta reunión y las decisiones que han tomado. Para ello consideran que necesitan imprimir un giro diferente a la campaña electoral y aportar suficiente dinero para una campaña que tendrá que ser arrasadora.
Una de las causas del fracaso en la elección presidencial de ARENA en el año 2009 fue que los grupos de poder económico tardaron demasiado en unificarse en torno a la candidatura de Rodrigo Ávila. Lo hicieron hasta después del triunfo arenero en la alcaldía de San Salvador, cuando solo faltaban unas semanas para la elección. Ahora lo intentan ocho meses y medio antes del día de la elección.
Es de hacer notar que la asesoría de Francisco Flores ha sido contratada por solo ocho semanas, lo cual llama la atención, pues pareciera que se están dando un tiempo para medir los resultados y luego tomar otras decisiones, si fuese necesario. Ello indicaría cierto nivel de inseguridad en las posibilidades de cambiar la dinámica de caída que experimenta Norman Quijano en la popularidad. Es un plazo pragmático al estilo empresarial, como ponerse una meta de venta a cubrir en un tiempo determinado.
También es de hacer notar que según las mismas fuentes periodísticas, varios empresarios aceptaron con frialdad o a regañadientes la decisión de apoyo hasta el final, lo cual, de ser cierto sería un indicativo de poca solides en el acuerdo. Se conoce que los empresarios salvadoreños, cuando se trata de la política, apuestan a varios caballos. Por ello, los que ya han establecido relaciones privadas con Tony Saca, las mantendrán por eso de las cochinas dudas.
En todo caso, los meses de junio y julio serán claves para esta nueva estrategia arenera. Es considerable el poder que este grupo de grandes empresarios tiene en la vida nacional, su poder no es solo en la esfera económica, ellos controlan poderosos medios de comunicación, tiene en conjunto cientos de miles de empleados cuya voluntad puede ser manipulada a cambio del mantenimiento de la plaza laboral, tienen escritores y plumíferos que asedian desde distintas esferas de la comunicación, tienen cierta capacidad de presión con el actual gobierno de Funes, tienen el control formal de todas las gremiales empresariales, tienen contactos de mucho poder en la región centroamericana y en los EUA. Lo anterior, solo para señalar algunos de los poderosos resortes con los que cuentan.
Pero también, ellos deben saber que ya no son la poderosa oligarquía de los años pasados, ahora han perdido incidencia en los sectores económicos de mayor acumulación de riqueza, entre ellos la banca privada y grandes empresas emblemáticas, como la industria del cemento y la cerveza. Tampoco tienen los recursos del Estado para usarlos en la campaña electoral. Ahora ellos tienen importantes detractores en los mismos sectores empresariales, por lo cual es difícil que sigan a ciegas sus designios.
En los últimos años han emergido en el país nuevos grupos empresariales que se mueven en dinámicas económicas y políticas diferentes a la del capital tradicional. Estos grupos emergentes tienen, en muchos casos, relaciones contradictorias con los grupos tradicionales y por lo tanto hay apuestas políticas diferentes. Ya pasó la época en que el grupo dominante llamaba a filas y todos sin excepción se formaban. Terminaron los años de la unidad granítica del empresariado bajo la bandera del grupo oligárquico tradicional. Ahora hay un complejo y multifacético juego de intereses.
Finalmente es necesario tomar en cuenta que el sector multinacional con inversiones en el país y que por ahora controla los rubros estratégicos de la economía nacional, tiene otra visión de las cosas. Todo indica que este sector ha decidido mantenerse al margen de la contienda electoral, este sector no ve los fantasmas que asustan y afligen a los grupos de poder tradicional.
Así las cosas, como ya lo señalaba en comentarios anteriores, tendremos una campaña electoral interesante y con novedades, todo como resultado de que la existencia de tres candidaturas fuertes está rompiendo la tradicional polarización política.
Ayutuxtepeque, jueves 16 de mayo de 2013.
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